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Caravana de migrantes desafía a Trump y se dirige al norte

Estas son algunas historias de centroamericanos que cruzan México en busca del sueño americano

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Escrito en NACIÓN el

Vienen huyendo de la miseria y de la violencia en Centroamérica y tienen que atravesar por un desafiante territorio mexicano que no siempre es hospitalario. Su meta, casi siempre, es llegar al norte, en búsqueda del sueño americano, pero en muchos casos las circunstancias y hasta la violencia en nuestro país se los impide.

Caravana del Migrante visita a la Virgen de Guadalupe

La quinta Caravana del Viacrucis ya reporta personas desaparecidas. No se sabe si se perdieron en el camino o fueron secuestradas. El punto es que no han llegado a la Ciudad de México.

Hay otros casos menos tristes y más esperanzadores. Estas son las historias.

“Desaparecieron compañeros en el camino”

A diferencia de otros grupos de migrantes para los que fue menos complicado el viaje por México,  Juan y otras decenas de centroamericanos tuvieron un trayecto accidentado. Se perdieron del contingente grande; a unos los asaltaron y otros dicen que fueron secuestrados o al menos desaparecieron. No los han vuelto a ver.

Nosotros nos perdimos en el tren, ahí hubo levantones. Este grupo es de los sobrevivientes en el tren. Fue una experiencia muy dura porque para llegar acá (a la Ciudad de México) nos costó mucho trabajo. Nos perdimos en Orizaba, Veracruz”.

Comenta que venía en un grupo de 500, pero se perdieron 200: 100 en el poblado de Esperanza y otros 100 en Santa Martha Acatitla, en Veracruz.

Les pedimos a la autoridad que respondan por los compañeros que se quedaron atrás. Queremos más atención y una respuesta, porque hay muchos desaparecidos. Venimos juntos para no pasar peligro y desafortunadamente pasó esto. Los que logramos sobrevivir estamos aquí”.

Si Trump no nos quiere en Estados Unidos, que nos ayude en Honduras

Jocelyn Amador es hondureña. Dice que en su país no hay trabajo y la situación cada vez se complica. Viajó con su bebé hasta Tapachula, Chiapas. Esperó a que saliera la Caravana del Viacrucis donde se unió a los centenares de personas que viajan en grupos para atravesar México y llegar a Estados Unidos.

Nosotros venimos por la situación económica de nuestro país. Nos afectó mucho la reelección del presidente Juan Orlando Hernández; hubo saqueos y no hay trabajo. Eso afectó mucho en la economía. Los militares están contra el pueblo. Tampoco vivimos seguros en nuestro país. Tenemos miedo de la delincuencia”.

Jocelyn llegó a la Ciudad de México en el segundo grupo de la Caravana con 300 migrantes, que en su mayoría vienen de Centroamérica e intentarán cruzar el país para pedir asilo a Estados Unidos. El primer grupo está en la capital desde el viernes. Todos se quedan en la Casa del Peregrino, en la delegación Gustavo A. Madero. 

Los migrantes que buscan el sueño americano o incluso quedarse en México como refugiados estarán en la ciudad hasta el miércoles. Después continuarán el viaje a Tijuana, aunque otros se dispersarán e intentarán establecerse en el país.

No será fácil cruzar a Estados Unidos. El presidente Donald Trump ya envió tropas de la Guardia Nacional a la frontera. Aun así tienen esperanza.

Jocelyn tiene 23 años y tres hijos, dos de ellos se quedaron en Honduras. Su meta es que le otorguen asilo para Estados Unidos. Irá primero a Tijuana y desde ahí lo intentará.

Venimos luchando para que nos den asilo. Todos nosotros tenemos derecho, ya que si Donald Trump no quiere que migremos, entonces que envíe ayuda a nuestro país. El propósito es que nos dejen pasar a Estados Unidos y ya no importa en qué ciudad nos dejen estar”.

Jocelyn sólo viaja con su niña de un año y dice que fue muy cansado. Las dos salieron de Honduras hace como tres semanas.

De Tapachula a la Ciudad de México fue complicado, cuenta, sobre todo en las partes en las que caminaron para llegar a un poblado. También está agradecida por el apoyo que les brindaron tanto organizaciones civiles, albergues, gente en general, así como los gobiernos locales y el federal.

Salir de Tapachula fue muy cansado, había mucho sol. Nos quedamos en parques expuestos al sol, a la lluvia. Gracias a Dios México nos ha atendido muy bien. Nos han dado comida, medicinas. La policía federal nos custodió la mayoría del camino y migración nos dio un permiso especial para atravesar el país y pedir asilo en Estados Unidos, y para los que se quedaran”.

Tampoco fue fácil trasladarse a Tapachula. Relata que salió de Honduras con su hijo y al cruzar el río Suchiate en Tecún Uman, Guatemala le robaron sus pertenencias. Los hombres que la asaltaron le querían quitar a su bebé, sin embargo se lo dejaron. Sólo fue una mala experiencia.

Ya en Chiapas se quedó unos días para esperar a que se reuniera la Caravana de Migrantes y se unió al viacrucis. A pesar de las inclemencias del clima y del camino, Jocelyn se sintió más segura al viajar acompañada, incluso hizo amigos que la cuidan a ella y a su bebé.

“Los hondureños huimos de nuestro país”

Rubén Darío García llegó con su sobrino a Tapachula desde enero de este año. Se quedó a trabajar y a esperar a la Caravana. Con un grupo de hondureños llegó su cuñada con un hijo. La vieron en Chiapas y a partir de ahí viajan los cuatro.

Ellos también arribaron a la Casa del Peregrino en la Ciudad de México este lunes y fueron a dar gracias a la Virgen de Guadalupe.

Afuera de la Basílica, Rubén relata que dejó en Honduras a su hija y desde donde ha estado le ha mandado el poco dinero que ha logrado juntar. Estuvo trabajando en el mercado de Tapachula en lo que se reunía la Caravana. Hacía mandados o cargaba mercancía.

Su cuñada y sus dos sobrinos pedirán asilo a Estados Unidos y él se quedará en Tijuana, ya que ha intentado cruzar varias veces y si lo detienen lo encarcelan. Señala que en la ciudad norteña tiene una hermana que lo va a ayudar a conseguir trabajo para mandarle dinero a su mamá e hija, quienes se quedaron en Honduras.

“Estuve en Estados Unidos desde el 2000 al 2014 y luego me deportaron. Después volví a entrar y me regresaron de nuevo. Ya tengo cinco deportaciones”.

Al igual que Jocelyn, Rubén Darío comenta que en Honduras la situación económica, política y de inseguridad está difícil. No hay trabajo para personas mayores de 20 años. Además la delincuencia ha aumentado mucho con las pandillas de Maras que invadieron las ciudades.

Los ‘mareros’ molestan a la gente y el gobierno no hace nada. Ya no aguantamos estar en el país, nos piden cuota y si no les damos nos matan. Por eso estamos huyendo. La mayoría de los que venimos en la Caravana son hondureños”.

En el viacrucis del migrante también se unieron guatemaltecos. Es el caso de Juan Sánchez, quien se dirige a Tijuana e intentará cruzar la frontera para llegar a San Diego, pues ahí tiene familiares.

jamp