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El asilo de la caravana de migrantes en Tijuana

Algunos de los miembros del grupo que busca cruzar a EU se quedará en México; también hay integrantes de la comunidad LGBTI

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Escrito en ESTADOS el

Centenas de personas están ahora mismo en Tijuana, la mayoría con la intención de cruzar hacia Estados Unidos y otros, para quedarse a trabajar en esta ciudad fronteriza.

Son los y las migrantes centroamericanas de la célebre caravana que partió desde Chiapas a la frontera el pasado 25 de marzo, en plena Semana Santa.

Después de haber intentado cruzar el día domingo, la mayoría tuvo que permanecer en México. Incluso durmieron afuera de las instalaciones de la garita “El Chaparral”.

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 “Los migrantes deben esperar en México”, dijo Kevin McAleenan, jefe del Control Fronterizo. Pero no dice cuándo o si en verdad podrán cruzar el muro.

La problemática mayor ahora es ofrecerles un espacio donde poder descansar en la ciudad y las diferentes asociaciones han apoyado con la logística en los albergues promigrantes.

Esta situación acrece el nerviosismo en las personas ya desgastadas por el largo viaje y la incertidumbre.

Pero volvemos atrás, al principio de esta historia. Hace menos de un mes, Donald Trump amenaza a México con anular las negociaciones del TLCAN si la caravana de migrantes no se detiene. Uno de los tratados económicos más importantes del mundo socavado por algunos cientos de personas precedentes desde el llamado Triángulo del Norte: Guatemala, El Salvador y Honduras.

Migrantes que han pasado por el enorme territorio de México, el hermano de América Central, de la ciudad de Tapachula, en la frontera con Guatemala, a través del río Suchiate, el barroquismo; pero también ha caminado por las zonas desérticas que caracterizan el paisaje de la zona norte de este enorme país, hasta llegar a la playa de Tijuana.

La agenda de comunicación del mes de abril del presidente de Estados Unidos se abre con el tweet que promete hacer fracasar las negociaciones sobre el tratado de libre comercio con su vecino si la autoridad de este último no interviene para detener el “peligroso contingente” que viene de Centroamérica.

Invocando la necesidad urgente de cambiar las reformas de inmigración que entraron en vigor durante el plazo de Obama, que facilitó un poco los llamados ‘dreamers’, Trump describe al Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) como una broma.

Con esto, el presidente Donald Trump reitera los cánticos racistas que había estrenado en campaña electoral: “criminales, violadores, malvivientes”.

La caravana, mejor conocida como “El viacrucis del Migrante” llegaría como todos los años caminando hacia la frontera con los Estados Unidos, pero dado el clima político y el alto número de niños la asociación ‘Pueblos Sin Fronteras’ que organiza el contingente anunció la imposibilidad de moverse a pie, por lo que fue perdiendo integrantes.

De Tapachula salieron aproximadamente mil 500 personas, pero llegaron a Tijuana cerca de 400.

La manifestación en la capital mexicana frente al consulado de Estados Unidos, el pasado 12 de abril ha sido una prueba del aplastamiento del grupo.

El director de Pueblo Sin Fronteras, Irineo Mujica, durante una entrevista con el diario "El Universal" compara los ataques de Trump sobre los migrantes en la batalla entre David y Goliat. "La solución no es tratar de suprimir el fenómeno de la migración. El presidente Trump debería hacer un viaje por " Triángulo de la Muerte " y ejercer presión sobre el gobierno de Honduras, Guatemala y El Salvador: países donde el costo de vida ha aumentado de manera desproporcionada y las calles no son transitables por la violencia ".

Sería suficiente dar un paseo en Internet: el Observatorio de la violencia de la asociación Cattrachas de Honduras, da una demostración mediante el control del número de muertes violentas. La asociación se centra principalmente en la situación de las poblaciones más vulnerables, como la comunidad LGBTTTIQ, obligada por el alto número de los llamados crímenes de odio, a la migración forzada.

 "El tráfico de drogas es uno de los principales factores entre los que determinan el aumento de la violencia, y son los grupos más vulnerables en particular sufrirlo: las personas LGBTTTIQ son parte de este grupo. Desafortunadamente, aunque las estimaciones son muy altas, no hay encuestas ciertas y estamos buscando a través del Observatorio de construir una base estadística ", dice Germán Mendoza, uno de los líderes de la asociación.

"Las personas migrantes llegaron cansadas, en una situación particularmente vulnerable, y estamos tratando de hacer todo lo posible para encontrar un lugar que es digno puede recibirlos, y proporcionar tanto como sea posible una atención sanitaria inicial", describe Jorge Luis Villa tijuanense de la asociación Espacio Migrante, que coordina el proyecto Diversidad Migrante, centrado sobre la acogida de las personas específicamente de la comunidad LGBTTTIQ.

 "Este año una treintena de personas de las comunidades LGBTTTIQ han viajado con la caravana. Nuestro trabajo se centra principalmente en la búsqueda de lugares en los que permanecerán hasta en el que decidirán si solicitan asilo aquí o en EE. UU. ", agrega.

El alcance de la comunidad de migrantes LGBTTTIQ está creciendo. Tita Viveros también es una activista por los derechos de las personas trans en el grupo Union Trans de California. Vive en San Diego, donde trabaja en una farmacia, pero se mueve mucho en Tijuana para ofrecer apoyo.

La asociación Espacio Migrante tiene su sede en la Casa del Túnel, un ex narcotunel construido por sicarios de “El Chapo” Guzmán para pasar drogas a través de la frontera, que fue redimido en 2008 por el artista tijuanense Luis Ituarte. Ahora es un centro cultural que alberga a esta asociación y proporciona un espacio donde dar asistencia jurídica, médica y psicológica a los migrantes. Se organizan también actividades culturales como el Festival Mirada Migrante, en el que hay arte, música y teatro sobre el tema.

La migración entra de nuevo como uno de los puntos centrales de la agenda de la política para las Américas, demostrando, una vez más la falta de una gestión política al menos razonable de este fenómeno humano tan importante, la cual ha sido dejada sólo en manos de la sociedad civil, pero que ha sido capaz de responder en voz alta.

Texto: Virginia Negro

Fotografías: Venancio Junior Reyes Pacheco

mvf