La señora María Rosales denunció una presunta negligencia médica en el Hospital General de Tijuana por la muerte de su nieto.
Hace unos días, su hija fue internada en el nosocomio con 38 semanas de embarazo por complicaciones, por lo que los médicos tuvieron que apresurar el parto.
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Sin embargo, los médicos le informaron que el bebé nació muerto y tenía tres días sin vida en el vientre de la madre.
Aun así, los familiares quisieron que les entregaran el cuerpo para hacerle una pequeña ceremonia fúnebre y despedirlo debidamente.
Cuando se los dieron, el bebé tenía la cabeza cocida con hilo quirúrgico al cuello. Su cabeza se había desprendido del resto del cuerpo.
“Me preguntó qué pensaba hacer con el cuerpo del niño y al decirle que pensaba llevármelo, me dijo que estaba mutilado porque le quisieron hacer parto normal pero solo sacó la cabeza y los hombros no le salieron”, explicó la abuela del pequeño.
La señora María no cree los dichos del médico, ya que su hija todavía sentía que el bebé se movía en su vientre la mañana que la internaron.
Por ello, demanda que se realice una investigación que determine si los médicos incurrieron en una negligencia durante el parto y le cortaron la cabeza por accidente.
Hoy lloran la pérdida del bebé, quien era muy esperado por su familia.
Con información de Frontera.
mvf