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EU deporta a bebé luego de estar detenido 5 meses

El infante fue deportado a Honduras, su país natal; antes fue presentado ante un juez de inmigración en calidad de detenido

Escrito en MUNDO el

Un bebé de un año fue entregado a sus padres, luego de cinco meses de haber sido separado de ellos en la frontera de Estados Unidos, debido a la política de Cero Tolerancia de Donald Trump.

Johan Bueso Montecinos llegó en avión a San Pedro Sula, pero en un principio no reconoció a sus padres.

Cuando le hablaba ‘Johan, Johan’... se ponía a llorar”, dijo su madre, Adalicia Montecinos, ante lo cual rompió en llanto. “Él sufrió todo lo que yo he sufrido”.

Sin embargo, luego de un rato su padre se lo ganó jugando pelota. En cuestión de una hora, el pequeño sonreía mientras ambos padres lo besaban afuera de un centro, donde terminaron de llenar algunos formularios para luego dirigirse a casa.

Los padres de Johan mientras lo esperaban en el aeropuerto (Imagen de Tribuna)

Así terminó la travesía de Johan, un bebé cuya corta vida ha pasado por la pobreza de Honduras y un desesperado cruce por la frontera de Estados Unidos, informó Associated Press (AP).

Capturado por agentes de la Patrulla Fronteriza casi al instante de su llegada, el padre de Johan fue deportado. El pequeño de 10 meses permaneció en un albergue en Arizona bajo el cuidado del gobierno estadunidense.

En los cinco meses que siguieron, daría sus primeros pasos, pronunciaría sus primeras palabras, celebraría su primer cumpleaños. Sus padres, a cientos de kilómetros de distancia, se lo perderían todo.

A principios de julio, Johan compareció ante un juez de inmigración. Un reporte de AP sobre ese suceso muestra la ofuscación del juez sobre cómo lidiar con el pequeño detenido en pañales que se alimentaba con un biberón.

El juez John W. Richardson difícilmente podía contener su malestar al tener que preguntarle al abogado del niño si su cliente comprendía lo que estaba pasando.

Me avergüenza preguntarlo, porque no sé a quién se lo explicaría usted, a menos que crea que un niño de 1 año pudiera aprender las leyes de inmigración”, le dijo al abogado.

LA HISTORIA

Rolando, el padre de Johan, pensó que escaparía de su dura vida en el pueblo Libertad; sus hijos no crecerían bajo la misma pobreza que él tuvo que soportar, cuando dejó la escuela en cuarto de primaria para vender burritos y ayudar a su madre soltera a mantenerlo a él y a sus cuatro hermanos.

Hace siete años, su hermano menor dejó las montañas productoras de café en el centro de Honduras para ir a Estados Unidos y salió adelante en Maryland con su esposa e hijos. Su hermana lo siguió y también le fue bien. El hermano mayor murió en un tiroteo desde un auto en movimiento en San Pedro Sula, una de las ciudades más peligrosas en Latinoamérica.

Rolando se quedó atrás con su esposa Adalicia Montecinos y la hermana discapacitada de él, de 35 años. Ganaba 10 dólares al día conduciendo un autobús; su hermano en Estados Unidos enviaba cientos de dólares para ayudar.

El plan del padre de Johan era dejarlo al cuidado de su familia (Imagen de la web)

Entonces, le pagó a un traficante 6 mil dólares, dijo, dinero que su hermano le envió. Se suponía que todo estaba incluido: noches en hotel, tres comidas diarias y transporte en una camioneta SUV con otras dos madres y tres niños hasta la frontera de Estados Unidos.

Su esposa, en el primer trimestre de embarazo, se quedaría atrás, trabajando en un puesto de mercado vendiendo gorras de béisbol Nike, camisetas con estampados de “California Dreaming” y joyería. En Maryland, su familia ayudaría a cuidar a Johan mientras Rolando trabajaba. Adalicia se reuniría con ellos a los pocos meses.

Padre e hijo llegaron hasta Tampico, México, a 500 kilómetros de la frontera con Texas. El “coyote” los condujo a una bodega en la ciudad portuaria y les pidió que permanecieran en un tráiler lleno de otros padres y niños de Honduras, Guatemala, El Salvador y Perú.

El fructífero negocio del contrabando de migrantes

Rolando dijo que su hijo pasó tres días encerrado en el tráiler, temblando a causa de la brisa fría proveniente de una máquina ruidosa que, les dijeron, les proporcionaría aire para respirar. Baldes eran utilizados como excusados.

Nos llevaron como carne, pero ya no es uno que va a decidir. Tuvimos que hacer lo que nos dijeron”, dijo Rolando.

En Reynosa, subieron a una balsa improvisada y cruzaron el río Bravo, luego caminaron entre la maleza de Texas.

Pero minutos después, un agente de la Patrulla Fronteriza los vio. “¿A dónde van?”, dijo el agente. La respuesta de Rolando fue sencilla y sincera: “Vamos a buscar el sueño americano”.

El agente le dijo que los llevaría a un centro de detención y, aún entonces, Rolando no dudó de su plan. Se imaginó que una vez que fuera procesado, lo liberarían con su hijo para llevar su caso a las cortes. En el peor escenario, serían deportados juntos a Honduras.

Al interior de una celda acordonada con una valla metálica, durmieron sobre un colchón bajo una delgada manta isotérmica que les entregaron.

Rolando dijo que tuvo que pedir durante tres días que le permitieran bañar a Johan, ya que estaba cubierto de polvo.

Los padres de Johan se perdieron su crecimiento (Imagen de la web)

En el quinto día, agentes de inmigración le dijeron a Rolando que debían llevarlo a una oficina para interrogarlo. Uno de los agentes le quitó a Johan de los brazos. Mientras se alejaban, el bebé volteó y levantó los brazos hacia su padre.

Los agentes le dijeron a Rolando que lo iban a separar del niño y deportarlo a Honduras porque era la cuarta ocasión que intentaba ingresar a Estados Unidos. En las cuatro fue capturado casi de inmediato.

“Eso es criminal”, le dijo uno de los agentes.


Rolando pasó 22 días encerrado en diversos centros de detención a lo largo de la frontera de Texas. No sabía nada de su hijo.

No tenía dinero para llamarle a su esposa y decirle lo que había ocurrido. Cinco días después otro detenido le prestó dinero para que pudiera llamar.

Cuando Rolando llegó a Honduras en abril, se sorprendió al ver lo delgada que estaba su esposa: había perdido 9 kilos (20 libras) y a su médico le preocupaba que pudiera perder el bebé. Lo primero que dijo cuando vio a su marido fue: “¿Dónde está el niño?”.

Rolando le explicó que en un principio las autoridades migratorias le dijeron que los dos serían deportados juntos, por lo que accedió a irse. Luego le dijeron que su hijo sería enviado en dos semanas. Pero pasaron meses.

70 BEBÉS ENFRENTAN JUICIOS EN EU

Las autoridades migratorias estadounidenses citaron a unos 70 infantes menores de 1 año de edad para que se presenten ante un juez para enfrentar su proceso de deportación, informaron este jueves medios locales.

70 menores de un año esperan juicio de deportación en EU (Imagen de la web)

Según datos del Departamento de Justicia proporcionados a Kaiser Health News, un total de 1,500 niños "no acompañados", desde recién nacidos hasta los 3 años, han sido llamados a presentarse ante un tribunal de inmigración desde octubre de 2015.

El Gobierno de Trump debe, por orden de un juez de San Diego (California), reunir a los más de 2,300 niños separados de sus padres en las últimas semanas antes del 26 de julio.

mlmt