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Barranca de Tarango, víctima de la ambición inmobiliaria en CDMX

El gobierno capitalino le cambió la vocación a la Barranca de Tarango, de Área de Valor Ambiental (AVA) a un Sistema de Actuación por Cooperación (SAC)

Escrito en METRÓPOLI el

En ocho años el gobierno capitalino le cambió la vocación a la Barranca de Tarango, de Área de Valor Ambiental (AVA) a un Sistema de Actuación por Cooperación (SAC), de una zona natural de 268 hectáreas de “importantes servicios ambientales a la Ciudad de México”, a sólo un parque de 27 hectáreas y el resto como un “espacio idóneo para un desarrollo urbano” con viviendas, infraestructura y equipamiento. 

El acuerdo del SAC Barranca de Tarango es claro sobre el proyecto de urbanización en esta área verde: “los desarrollos inmobiliarios que se ubiquen en la zona, deberán apegarse a la normatividad vigente y a los lineamientos del Sistema de Actuación por Cooperación, además de contribuir a la construcción, consolidación y mantenimiento del parque público”. 

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Y agrega que se deben “realizar proyectos y obras tendientes a reordenar el espacio público, incluyendo vialidades, a partir de un modelo incluyente y equitativo para todos los actores involucrados en el ámbito de aplicación del Sistema de Actuación por Cooperación”. 

A los empresarios el gobierno capitalino les dará “las facilidades administrativas para la tramitación de licencias, permisos, autorizaciones y en general, para cualquier trámite que se requiera y se realice ante la Administración Pública de la Ciudad de México”. 

Martha Delgado, ex secretaria del Medio Ambiente e integrante de la Fundación PENSAR, indicó que el proyecto del SAC Barranca de Tarango es un gran negocio para los desarrolladores y una gran pérdida para la ciudad de México, ya que de concretarse se entregará un espacio público a particulares. 

“El SAC Barranca de Tarango es un proyecto hecho a la medida de las inmobiliarias, donde se puso el interés de los desarrolladores por encima del valor ambiental para la ciudad, porque a diferencia de otros SAC´s que se han hecho en propiedad privada, aquí están metiendo terrenos públicos y lo mezclan con recursos privados, es el mismo modelo de La Mexicana, de malbaratar y regalar la propiedad pública a los privados a cambio de casi nada para la ciudad”, explicó.

La Metamorfosis

El 22 de julio de 2009, el entonces jefe de Gobierno Marcelo Ebrard publicó el decreto para declarar la Barranca de Tarango como un Área de Valor Ambiental para “prevenir, rescatar, preservar, conservar, proteger y restaurar los elementos naturales que forman parte del ecosistema”. 

Se reconoció la importancia de los beneficios ecológicos y los servicios ambientales para la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad de México, como el control del ruido, la recarga de mantos acuíferos, la regulación de la temperatura y de la humedad, la conservación del paisaje natural y la detención de la dispersión de los contaminantes atmosféricos. 

Con la declaratoria y los futuros programas de conservación se buscaría la preservación de la flora, como el encino, el palo dulce, el carricillo, la hierba del pájaro, el pirú, el cedro blanco, el pino, el tejocote, y de la fauna, como el tachín, la culebra rayada, el cascabel de montaña, la musaraña, la zorra gris, el cacomixtle, el zorrillo, la ardilla, la tuza y el conejo. 

 

Se estableció que la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), a través de la Dirección General de Bosques Urbanos y Educación Ambiental, tendría a su cargo la administración, funcionamiento y manejo del AVA Barranca de Tarango, a fin de lograr la conservación, restauración y el aprovechamiento de los recursos naturales, y sería la responsable de la elaboración, supervisión y vigilancia del Programa de Manejo. 

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Se prohibió el uso de suelo para vivienda, industria, servicios y agricultura, que solo se podrían "realizar actividades tendientes a la conservación de sus ecosistemas, restauración ecológica, mantenimiento de áreas verdes y servicios ambientales". 

Un año después, el 10 de septiembre de 2010 la Sedema expidió el Programa de Manejo del AVA Barranca de Tarango, donde se fijaron las acciones a corto, mediano y largo plazo. 

Sin embargo, la conservación de la Barranca de Tarango fue relegada, por lo que se presentaron pequeños deterioros e impactos ambientales. 

El 30 de junio de 2017, el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera publicó un acuerdo para hacer a un lado el decreto de conservación y facilitar la urbanización en el AVA Barranca de Tarango a cambio de un parque de 27 hectáreas, es decir, del 10 por ciento del total del área verde, con un Sistema de Actuación por Cooperación (SAC Tarango). 

Expuso que la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) ubicó un área de 268.81 hectáreas (Barranca de Tarango) en la Delegación Álvaro Obregón, “la cual representa un espacio idóneo para un desarrollo urbano ambientalmente responsable, el cual incluirá un parque público de 27 Has y que por sus características geográficas permite la infiltración de agua y recarga de los mantos acuíferos, ofreciendo además la oportunidad de aprovechar bienes inmuebles propiedad de la Ciudad de México para dichos fines y evitar el riesgo de asentamientos irregulares”. 

Agregó que “de no llevarse a cabo acciones que puedan reordenar y redistribuir los usos y el potencial en la zona, habría un deterioro ambiental y urbano de la misma, ya que podrían generarse asentamientos sin la posibilidad de contar con suelo que pueda ser destinado a equipamiento e infraestructura adecuada, por lo que se busca un desarrollo urbano que incluya un enfoque ambiental y social que permita un aprovechamiento óptimo del suelo con un enfoque de ciudad incluyente”. 

En el documento reconoció que la Barranca de Tarango no recibió los ciudados acordes con su importancia, “por lo que se hace necesaria la aplicación de acciones de colaboración entre los sectores público, privado y social que contribuyan con la reactivación del desarrollo urbano”.

De las 268 hectáreas declaradas como Área de Valor Ambiental todo quedaría en un parque público de 27 hectáreas, “el cual actualmente no cuenta con vialidades de acceso y se encuentra con un alto grado de deterioro, con el propósito de que se convierta en un parque público que preste servicios ambientales a la ciudad, para el beneficio de la población, con lo que se garantizará que su uso conlleve un beneficio púbico, social y ambiental”. 

En el primer punto del SAC Tarango se instruyó “a la Administración Pública de la Ciudad de México a participar en el Sistema de Actuación por Cooperación de la zona en la Delegación Álvaro Obregón cuya poligonal se describe en el Lineamiento SEGUNDO, con la finalidad de lograr los objetivos urbanos y sociales que se señalan a continuación: a) Áreas verdes; b) Desarrollo social; c) Infraestructura; d) Equipamiento; e) Servicios; f) Espacio público; g) Cultura, y h) Vivienda”. 

Se le dieron todas las facultades a la Seduvi en el SAC Tarango, ya que “determinará los proyectos susceptibles de ser desarrollados, atendiendo al uso del suelo y densidades autorizadas para cada predio, en términos de la legislación aplicable, pudiendo relocalizar los usos del suelo y la intensidad de construcción entre los predios que integran el Sistema de Actuación por Cooperación. Los coeficientes de ocupación y de utilización del suelo de las áreas de desarrollo deberán ser definidos por los Lineamientos Generales del Sistema de Actuación por Cooperación que emita la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda”.

Martha Delgado señaló que con este acuerdo se le abrió la puerta a los desarrolladores, ya que el gobierno capitalino quiere detener las invasiones con complejos habitacionales. 

“Las invasiones ilegales de personas de bajo recursos las consideran deterioro, pero los desarrollos urbanos de alta densidad y de lujo esos no los consideran deterioro, el desarrollo urbano que proyectan es el que ocasionará el deterioro”, afirmó.

La ambientalista expuso que a través del SAC Tarango “se le regala la propiedad pública a los privados”, ya que se cederán hectáreas a cambio de un parque. 

“El común denominador de todas las negociaciones es que sale perdiendo el gobierno capitalino y los ciudadanos, y salen ganando las inmobiliarias, son malos tratos que no benefician a la ciudad”, explicó.

“Con este SAC la ciudad no gana nada, pierde los servicios ambientales, y el gobierno pierde credibilidad porque prometió a los vecinos que en esa zona no iba a permitir desarrollos”, aseguró Martha Delgado.

Con la publicación del acuerdo el gobierno capitalino dio el primer paso para el proyecto de urbanización en Barranca de Tarango, la reducción de un Área de Valor Ambiental a un parque con desarrollos inmobiliarios.

fmma