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Baja demanda de aspirantes para ingresar a Ayotzinapa

La desaparición de los 43 normalistas propició otros ajustes en la Normal, no sólo la manera de convocar a los aspirantes, también en los métodos de ingreso

Escrito en ESTADOS el

TIXTLA (La Silla Rota).- La demanda de estudiantes para ingresar a la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa ha bajado hasta la cuarta parte de lo que registró el departamento de Control Escolar de la escuela en 2013, antes de que ocurriera la desaparición de los 43 normalistas en Iguala.

Este año, por ejemplo, está garantizado el espacio para los 123 que acudieron a presentar su examen de admisión el 9 de junio pasado en la sedes que dispuso la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), porque la Normal tiene capacidad para 140 estudiantes. Aunque el año de mayor crisis en la demanda fue 2016, cuando sólo entregaron 79 fichas.

El contexto empeoró, según el subdirector académico de la Normal, Felipe Castañeda Tovar, por la desaparición de la entrega automática de plazas para los egresados normalistas. “Vinieron del Ceneval a hacer el examen ahora y estando con ellos, recogiendo el paquete, se manejó que ha decrecido en muchos sentidos a nivel nacional la solicitud de alumnos para estudiar en normales, ¿por qué?, porque ya no hay plazas automáticas como antes”, dijo en entrevista.

Desde 2009 la SEP aplica en Guerrero exámenes para el concurso de plazas, pero a partir de 2013 los criterios de la reforma educativa han reducido el empleo de maestros a contratos de hasta un mes de vigencia.

En su convocatoria de cada año, Ayotzinapa ofrece 100 espacios para la licenciatura de Educación Primaria y otros 40 para la licenciatura en Educación Primaria Intercultural Bilingüe, espacios que desde 2015 son llenados de manera extemporánea porque la base estudiantil se ha dedicado a reunir jóvenes de otros lugares, incluidos los que ya no consiguieron ingresar al resto de normales rurales del país.

El departamento de Control Escolar de Ayotzinapa arroja las siguientes cifras que reflejan la disminución en la demanda: en 2013, año previo al caso Iguala, la normal repartió 490 fichas. Para 2014, entregó 321; después de iniciado el ciclo escolar ocurrió la desaparición de los 43 jóvenes.

Para el año escolar siguiente (2015-2016), es decir el momento más álgido en Ayotzinapa, la dirección repartió 172 fichas, suficientes para cubrir los 140 espacios disponibles. El subdirector sostiene que desde ese año la dirigencia estudiantil comenzó a invitar a los jóvenes de manera directa para reunir la matrícula.   

Al ciclo escolar siguiente, 2016-2017, la entrega de fichas disminuyó mucho más. De la Normal sólo salieron 79 fichas, pero la base estudiantil logró la inscripción de 136 jóvenes, 98 en Educación Primaria y 38 en Educación Primaria Intercultural Bilingüe, con el método de invitación directa.

En esa generación ingresó Juan Javier Cruz, un joven que se entrena en el Comité Estudiantil Ricardo Flores Magón, y lleva actividades de Prensa. Es originario de Chiapas, de un pueblo de San Cristóbal de las Casas. En 2016 probó ingresar a la Normal Rural de Mactumactzá, pero se quedó en el lugar 97, y en esa Normal sólo hay espacio para 90; le ofrecieron quedarse en Ayotzinapa y viajó a Guerrero muy a pesar de la opinión de su madre.    

Para el ciclo escolar que se estrenará agosto, se repartieron 138 fichas en Ayotzinapa, 105 para la licenciatura en Primaria y 32 para licenciatura Intercultural Bilingüe, pero sólo se presentaron 98 para la primera especialidad y 25 para la segunda, o sea un total de 123, quienes ya tienen garantizado su espacio.

En la convocatoria que la SEG emitió en marzo para el nuevo ingreso de Ayotzinapa, se dispuso de un mes para la entrega de fichas (del 2 de mayo al 2 de junio), pero la secretaria del Subdirector Académico de la Normal dijo que todavía el día del examen repartió algunas fichas.

La desaparición de los 43 normalistas en Iguala propició otros ajustes en  la Normal, no sólo la manera de convocar a los aspirantes, también en los métodos de ingreso. Víctor Manuel Hernández Cruz, un estudiante de primer año que también se entrena en el Comité Estudiantil, informó que la semana de adaptación, la prueba de ingreso a cargo de la dirigencia estudiantil, ya no es tan rigurosa como antes, por ejemplo, cancelaron los ejercicios nocturnos.

Las dirigencias estudiantiles de Ayotzinapa siempre han sostenido en sus demandas que la intención del gobierno federal es desparecer las normales rurales.


kach