Autoridades de Baja California informaron desconocer el paradero de unos 3 mil migrantes, de los 6 mil que se encontraban en el albergue de la Unidad Deportiva Benito Juárez, tras su cierre el pasado viernes en Tijuana.
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El secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Marco Antonio Sotomayor, admitió que un número importante de los migrantes que llegaron desde el 11 de noviembre simplemente "no están localizables".
La población de migrantes situada en albergues no corresponde a los 6 mil 151 que, según las autoridades, llegaron las últimas semanas a Tijuana, sólo hay 2 mil 122 centroamericanos que se encuentran ahora en el centro de espectáculos El Barretal.
El funcionario comentó que a parte de los centroamericanos contabilizados en el refugio, hay otros 744, 600 que se encuentran en calles cercanas al primer albergue y 144 que se movieron casas administradas por agrupaciones religiosas.
Del resto no se conoce su paradero, aunque algunos pueden estar en domicilios particulares, incluso haber cruzado de manera ilegal a Estados Unidos, donde muchos quizás fueron detenidos u otros aceptaron volver a su país.
Por su parte, el secretario general de Gobierno de Baja California, Francisco Rueda Gómez, alrededor de 600 migrantes han regresado a sus países de origen, 178 deportados y 409 que solicitaron retorno asistido.
Colocan brazaletes
Luego de que de 3 mil migrantes se encuentran como ''''no localizables'''' y por cuestiones de organización y seguridad se aplicará el uso de brazaletes para identificar a los inmigrantes que integran la caravana reubicada en El Barretal.
Para Adriana Olvera Rodríguez, de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en la entidad, esta medida no violenta los derechos de los migrantes, pues lo que se busca es brindara protección.
El organismo indicó que la medida permitirá que estén separadas las familias, integradas por varones con esposa e hijos, así como aquellos que viajan solos.
Con esta medida también se busca tener un control de los insumos que se requieren para sostener la alimentación y los demás servicios en el albergue.
Además, estos brazaletes de colores evitarán que se infiltren al albergue personas que tengan intereses ajenos a la atención de la caravana o de la protección de los derechos humanos, indicó Olvera Rodríguez.
Con información de Excélsior y El Heraldo de México
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