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Así se “apoderó” La Unión Tepito del Centro de CDMX

La parte norponiente del Centro de la CDMX pasó de ser una zona importante de comercio formal a botín de la delincuencia organizada

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Escrito en ESPECIALES LSR el

En tres años, la parte norponiente del Centro Histórico de la Ciudad de México ha pasado de ser una zona importante de comercio formal, tanto del mayoreo como menudeo, a ser un lugar de botín de la delincuencia organizada donde las víctimas son los vecinos y vendedores. Ellos cada día sufren de extorsión, secuestros, agresiones, tortura, violaciones y homicidios.

Todo comenzó en 2014 con la llegada del ambulantaje. El comercio local y vecinos sintieron los efectos de inmediato. En 2017, llegó la Unión de Tepito con el cobro de derecho de piso y de ahí se extendió en la comisión de más delitos o en su control como el narcomenudeo, trata de personas y secuestros, relató a La Silla Rota un vocero de los comerciantes establecidos y vecinos del Centro Histórico, principalmente de nueve manzanas que corren de la calle de Manuel Doblado, Lecumberri, Joaquín Herrera, Nacional, Peña y Peña, Costa Rica, Verdiozabal, González Ortega y Aguilar Alcocer.

Eso ocasionó –explicó bajo petición de anonimato– que en la actualidad en promedio se cometan al día un asesinado y un secuestrado o extorsionado, que las ventas hayan bajado más del 50 por ciento, asaltos, desplazamiento de vecinos, cierre de negocios y sobre todo que la vida se haya convertido en un infierno para quienes trabajan, habitan y compran.

Los comerciantes, empresarios y habitantes de esa zona se organizaron desde que llegaron los vendedores ambulantes, ya que desde el principio sintieron los efectos negativos. Acudieron con las autoridades delegacionales y locales. En tres años les han dado largas y nadie ha podido resolver. Debido a que el gobierno central se ha resistido, los vecinos y comerciantes organizados tocaron las puertas de la Marina, Policía Federal y Sedena. 

Después de los sismos de septiembre del 1985, el Centro Histórico quedó muy deteriorado. Muchas de las vecindades que están en la parte colindante a Tepito y La Merced fueron abandonadas y luego invadidas. En ese contexto se desarrolló el comercio de ropa y telas, y varias de las viviendas se convirtieron en bodegas y negocios”, explicó en entrevista.

Pasaron los años y en 2012, el gobierno capitalino a cargo de Marcelo Ebrard inauguró la Línea 4 del Metrobús que va de Buenavista a San Lázaro. Su paso implicaría remover a miles de vendedores ambulantes que estaban sobre la calle Belisario Domínguez y anillo de Circunvalación cuyos líderes se opusieron. Al final aceptaron la reubicación a plazas comerciales y a otros puntos.

Sin embargo, no funcionó porque las plazas no eran visitadas por potenciales clientes y sus ventas cayeron de manera exponencial. Regresaron a las calles, aunque no a las mismas donde antes estaban, sino a partir de Lecumberri hacia el Eje 1 sobre Manuel Doblado y otras vialidades.

Nosotros no teníamos ambulantaje. La calle de Lecumberri divide lo que le llaman el perímetro A y B. Lo que limpiaron fue el perímetro A y a los ambulantes los aventaron hacía las calles del perímetro B. Nos invadieron de la noche a la mañana más de 300 puestos ambulantes”, criticó.

Llegaron los ambulantes a la zona

A mediados de marzo de 2014 comenzaron a instalarse. A finales de ese año llegaron otros 300 más por la romería navideña. Hubo un asesinato en la esquina de Joaquín Herrera y Manuel Doblado. Eso los alertó. Además, ya sufrían los efectos negativos de su llegada: la disminución de las ventas, asaltos a transeúntes y clientes, fauna nociva, ruido y basura.

Acudieron a la autoridad, primero con la delegación Cuauhtémoc y les pidieron que los retiraran. Se encontraron con pared y deslinde de responsabilidades. Les dijeron que eso se vía con la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México) en el área de Programas delegacionales y reordenamiento de la vía pública encabezada por Jesús Romero cuando estaba Héctor Serrano como secretario de Gobierno.

La fuente detalló que fueron con él y reconoció que autorizaron a los vendedores ambulantes ocupar la calle de Lecumberri y los alrededores. Les pidió a los comerciantes fijos y vecinos que si querían alguna solución que lo vieran con los líderes. Se negaron.

El vocero señaló que cuando comenzaron a instalarse, los empresarios les reclamaron y pidieron que no taparan la entrada a sus negocios. Ahí se enteraron que los líderes se hacían llamar “Los Jaimes”, eran dos.

Nos dijeron: ‘está bien, no te pongo un puesto, pero me vas a pagar el lugar’ y ese espacio costaba 20 mil pesos el metro lineal. Nosotros teníamos una entrada de 3 metros y otra de cuatro y por ende tendríamos que pagar entre 60 y 80 mil pesos como contrato, más a parte hasta mil 500 pesos a la semana. No aceptamos y nos opusimos, pues así se instalaron”.

Las largas del gobierno

Pasaron los meses y llegó el 2015. Luego de la negativa de los gobiernos delegacional y capitalinos para actuar, y después de acudir con más dependencias, interpusieron una demanda. No lograron nada.

Cambiaron de estrategia y en lugar de insistir en el retiro de los ambulantes hicieron un proyecto de recuperación del espacio público en donde contemplaban acciones de todos los niveles de gobierno, ciudadanía, comerciantes fijos, empresarios, protección civil, vecinos y sobre todo ambulantes.

Ya en ese momento no pedíamos que se fueran, sino que formaran parte de ese proyecto para que se frenara la llegada de más ambulantes y con el tiempo retirarlos poco a poco. Que regresara la tranquilidad y se convirtiera en una zona económica especial. Eso tenía que ser con el empuje y apoyo de los gobiernos para que ellos pusieran las reglas del juego con los líderes y los ordenaran”.

Tocaron de nuevo las puertas de la delegación y administración de la CDMX, les mostraron el proyecto y maqueta. Aceptaron que era una buena vía para resolver el conflicto. Aun así, de nuevo deslindaron responsabilidades y les dieron largas.

Al mismo tiempo que intentaron acercarse y mediar con las autoridades, el problema crecía. Ya no solo eran las bajas ventas, ruido y fauna nociva, sino que ya había violaciones, asesinatos, venta de droga a menores, más puestos ambulantes y el cierre negocios de las personas que rentaban y ya no se podían sostener.

“Las banquetas se convirtieron en callejones de miedo, son puestos de tres metros de alto, lonas, toda la banqueta quedó cerrada como callejón, no hay visibilidad de cámaras, no hay policías y los que hay, estaban coludidos con los ambulantes”.


Entraron los cárteles de la droga

Llegó el 2017. Con él la delincuencia organizada y todo lo que conlleva. Primero los que resintieron su presencia fue el ambulantaje, ya que la Unión de Tepito entró y les quitó el poder que en dos años y medio habían adquirido. Inició la extorsión a los vendedores y se dio un jaloneo con las dos mayores líderes: Diana Barrios y María Rosette, personajes que han tenido un reflector en la política de la ciudad.

Cuando se empezó a fortalecer La Unión fueron contra los líderes de ambulantes. En marzo de 2017 mataron a uno de los 'Jaimes', Jaime Vázquez, quien manejaba a los ambulantes que nos invadieron, lo grabaron y luego fueron con los puesteros a decirles: ‘o le entras o te pasa lo que a tu líder’, con el video los estaban chantajeando”, relató el comerciante.

Con ello, aumentaron los homicidios. Cuando empezaron a llegar estas personas a extorsionar, que en su mayoría eran menores y jóvenes, se presentaban como integrantes de La Unión. “No podemos decir a ciencia cierta que sean de La Unión, porque así se presentaban, pero nunca nos constó”, aunque su modus operandi correspondía a la de la delincuencia organizada. 

La organización de comerciantes establecidos y vecinos del Centro Histórico de nuevo tocó las puertas de las autoridades, ahora para informarles lo que ocurría: que el problema ya no eran los ambulantes, sino La Unión de Tepito, o al menos, así se presentaban.

A nosotros nos empezaron a aumentar los robos, violaciones, la trata. Proliferaron las chelerías, llegaron más puestos, a nuestros clientes ya les quitaban los carros o los picaban. Era una forma muy abierta de la delincuencia de estos cuates. Traíamos un promedio de un muerto cada quince días. Ahorita tenemos un muerto diario”.

Debido a que ni la delegación ni gobierno de la CDMX no resolvían, la organización de comerciantes fijos acudió a la Secretaría de Gobernación para presentarles la problemática y el proyecto de recuperación del espacio público, que aún defendían. Los canalizaron a otras dependencias federales.

Después de varias mesas con la Segob, nos dijeron que estaban dispuestos a apoyarnos como ciudadanía, solo que la intervención la tenía que solicitar la delegación Cuauhtémoc, que en ese entonces todavía estaba Ricardo Monreal. Nunca lo pidió y esa opción se perdió”.

Se acercaron con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Su director, Arturo Balandrano, mostró mucho interés en participar en el proyecto de recuperación, ya que reveló que  el ambulantaje había dañado gran parte de los edificios históricos que están en esa zona y que a partir de la entrada de la delincuencia, el 60 por ciento de sus empleados que trabaja en el Centro había sido asaltados. Su preocupación radicaba porque el primer cuadro está catalogado como Patrimonio Cultural e Histórico de la Humanidad.

Sumaron ese apoyo y así aglutinaron el de la Marina, quien se ofreció con aportar trabajo de inteligencia para combatir a La Unión, así como la participación de la Policía Federal y con la Secretaría de la Defensa Nacional. La delegación Cuauhtémoc, ya con el delegado sustituto, Rodolfo González aceptó entrarle a la recuperación del espacio público de la parte norponiente del Centro.

Ahora solo falta el aval del gobierno de la CDMX.

El vocero de comerciantes intentó sostener alguna interlocución sin lograr un resultado positivo. Como pudo consiguió el teléfono particular de José Ramón Amieva y le escribió el fin de semana antepasado. El mandatario le contestó y prometió que atenderían el problema.

Hace unos días le entregó vía la oficialía de partes una carta donde le pide una mesa de trabajo con todas las dependencias que ha logrado aglutinar para llegar ya a una solución.


“Sr. José Ramón Amieva, apelamos a su sensibilidad, autoridad y capacidad de convocatoria para la realización de esta Mesa de Trabajo, y dejemos de ser prisioneros de la delincuencia organizada, de vivir con miedo, terror, angustia y ver como desaparece la armonía, tranquilidad, productividad y valores de las familias”, dice el documento. 

Mientras esperan la respuesta del jefe de gobierno y de la intervención de los tres órdenes: delegación, federación y CDMX, este viernes 31 de agosto fue asesinado un integrante de Los Jaimes , el grupo de ambulantes que tiene el control de las calles Lecumberri, Manuel Doblado, Peña y Peña, Costa Rica y las que están alrededor.

Aumenta la violencia

El fin de semana del 25 de agosto, hubo seis asesinatos, cuatro correspondieron a líderes de ambulantes y dos de vendedores.

En el tiempo en que los vecinos y empresarios del Centro se acercaron con las autoridades federales,  Roberto Moyado Esparza, “El Betito”, presunto líder de la Unión de Tepito fue detenido. Sin embargo, lejos de culminar con la violencia e inseguridad, éstas aumentaron y no solo eso, sino que evolucionó y además el mismo jefe de gobierno, José Ramón Amieva anunció la creación de otro grupo: Cártel Nueva Generación Tepito.

En promedio hay 10 secuestros al mes de comerciantes establecidos, muchos no denuncian y nos damos cuenta en su reacción. Al poco tiempo cierran. No aguantan. Nos dimos cuenta que con la detención de 'El Betito' le siguió otro líder u otra organización, no se acaban, lo único que cambia es el nombre”.

El vocero platicó que en la actualidad la delincuencia ya rebasó a toda iniciativa y voluntades políticas, pues presuntamente la Unión y la Nueva Unión ya son los que extorsionan a todo tipo de comerciante. Les pide cobro de piso. Si se niegan los secuestran, los torturan o los asesinan.

La Unión se dedicaba al narcomenudeo, que es uno de sus fuertes y de ahí escaló al secuestro y trata. Cuando empezó el Cartel Jalisco Nueva Generación a entrar a Tepito y los de Fuerza Anti Unión se empezaron a pelear, se disputaron el ambulantaje, porque deja millones de pesos a la semana. Por eso mataron a los líderes del ambulantaje. Al principio les cobraban una cuota de 300 pesos por puesto, pero luego quisieron controlarlo todo y les aumentaron la cuota a 500 y mil pesos”.

No solo eso. El comerciante denuncia que también los grupos de la delincuencia organizada ya cobran cuota a los vecinos por cruzar las calles por donde viven, así como han desplazado a habitantes originales. Los amenazan y han logrado quedarse, incluso, hasta con sus viviendas.