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“Así escapé de la pornovenganza”

Víctima de filtración de fotos íntimas se armó de valor e impulsó una legislación que se concretó en Yucatán y recibió el Premio Estatal de Juventud

Escrito en NACIÓN el

Cuando tenía 16 años, Ana Boquedano fue víctima de la “pornovenganza”; las burlas y el maltrato que recibió por parte de personas que la juzgaron le hicieron llegar a pensar que la única vía para escapar era el suicidio. Pero tras algunos años de activismo ha logrado su objetivo: en Yucatán, se aprobó una ley que penaliza el difundir imágenes íntimas sin el consentimiento de la persona que aparece en ellas.

Luego de que su ex pareja publicara una de sus fotografías íntimas, Boquedano tuvo que atravesar por burlas en su escuela, el bochorno con su familia e ideas suicidas, para llegar al punto de ser la impulsora de una ley que combata la pornovenganza y recibir el Premio de la Juventud de este año.

La nueva ley en Yucatán

El primer antecedente de la búsqueda por implementar sanciones y tipificar como delito a la pornovenganza se dio en California, Estados Unidos. Desde noviembre de 2013 se implementó dicha ley, la cual fue adoptada luego por Nueva York, Arizona, Virginia y New Jersey.

Naciones como Japón e Inglaterra también han convertido a la pornovenganza en un delito.

En México, si bien no existe como tal una ley que castigue a personas por cometer pornovenganza, se están dando los primeros pasos. Ana Boquedano impulsó esta ley en los congresos de Yucatán, la cual recientemente entró en vigor.

A inicios del mes de agosto, entró en vigor la modificación al Código Penal de Yucatán con la que se incluye a la pornovenganza en el catálogo de tipos de delitos. La nueva ley dicta que la persona que difunda algún material sexual sin el conocimiento de los dueños, podrá ser acreedora de 6 meses a 9 años de prisión, dependiendo de la edad de las víctimas y su relación con ellas.

La nueva ley, que si bien no es la mejor forma llegar a castigar con prisión, disminuirá este tipo de acciones debido a que una persona ahora se encuentra bajo una amenaza de purgar una pena y pague por la difusión, dijo la consultora de Abogadas por la Igualdad, Claudia Barrón Martínez, en entrevista con La Silla Rota.

La abogada especialista en temas de género también aseguró que como sociedad no se puede buscar resolver todos los problemas por medio de la prisión, sino que “debe haber una transformación cultural a nivel sociedad y gobierno en todos los ámbitos”.

“El sexting no es el problema”

En diversas ocasiones, Ana Boquedano ha declarado que el problema no es enviar o recibir fotografías desnudos o semidesnudos a parejas amorosas, lo que se conoce como sexting; sino publicarlas sin autorización.

Según una encuesta realizada por la Alianza por la Seguridad en Internet en 2013 a 10 mil estudiantes universitarios, el 36.7 por ciento confesó haber enviado imágenes de este tipo por internet.

De acuerdo a un informe publicado por la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas, casi tres cuartas partes de las usuarias han estado expuestas a alguna forma de violencia cibernética.

Claudia Barrón Martínez consideró, sin embargo, que la ley aprobada en Yucatán  debería ir de la mano de alguna otra medida con las cuales se deje de considerar a la mujer como pudorosa, entre otros estereotipos a la mujer.

“Lo vemos por ejemplo en el caso de Zague y en la difusión de su video. Ahí no se calificó a él como un hombre fácil, como un hombre sin moral, sino que se le exaltó”, señaló.

Los efectos psicológicos a nivel mundial

La tecnología como el internet y los teléfonos móviles con cámaras digitales han traído consigo problemas que tienen que ver con la mala utilización de ellas: la pornovenganza ha afectado a miles de mujeres en el mundo.

Las rupturas amorosas o peleas son las  razones más comunes para que una persona decida publicar un material sexual, sea foto o video.

Uno de los más graves efectos que puede tener una víctima de pornovenganza es un trauma, de acuerdo con el director del Departamento de Psicología de la Asociación Argentina de Lucha contra el Cibercrimen (AALCC), Lucas Vázquez Topssan.

“Puede ocasionar a la víctima problemas para sentir y expresar emociones, especialmente con los más allegados. (...) La víctima puede evitar responsabilidades, perder el interés en sus actividades favoritas o sentirse desesperanzados durante la mayor parte del tiempo”, asevera Vázquez Topssan.

En entrevista para La Silla Rota, Ana Boquedano recordó el haberse sentido angustiada y avergonzada ser expuesta de esa manera: su ex pareja difundió una fotografía íntima suya. El apoyo de sus seres queridos fue vital para sortear este proceso.

“El proceso personal fue difícil porque tuve que hacerle frente a muchos de mis miedos y mis inseguridades, pero mi mamá y mis amigos cercanos me apoyaron en todo momento”, dijo Boquedano.

Además, declaró que, si bien nunca mencionó el tema de la foto, las terapias psicológicas le fueron de gran ayuda. “Me ayudó a sentirme más fuerte; trabajé en mi relación conmigo misma”.

Ana Boquedano, a siete años de lo que le sucedió, aconseja a quienes sean expuestas a buscar el apoyo de seres queridos y no avergonzarse por haber sido víctima de un delito.

“(Les recomendaría) que recuerden que al final del día unas fotos o unos videos no definen quién eres como persona, ni cuánto vales, ni lo que puedes lograr. Es fácil creerte el discurso externo pero hay que creernos mejor a nosotras mismas”, agregó.

¿Qué sigue para Ana Boquedano?

Ana se siente satisfecha de haber podido transformar su experiencia, la cual fue muy difícil para ella, en algo que tenga utilidad a otras personas. Su logro se vio reflejado en un reconocimiento con el Premio de la Juventud 2018, que le fue entregado a la estudiante de psicología el pasado 13 de agosto.

“Ha sido un proceso tan largo que se sienten como dos vidas distintas. Recuerdo el haberme sentido angustiada y avergonzada al ser expuesta, pero es un recuerdo que se siente lejano. Tener la oportunidad de dedicarme a mi activismo y recibir un reconocimiento por ello es un verdadero privilegio que quiero aprovechar al máximo”, declaró la activista.

Actualmente, Ana Boquedano se encuentra trabajando con Sergio Legorreta, abogado de tecnología en Baker & McKenzie, y Ana Katiria Suárez, abogada penalista especializada en temas de género, para crear una asociación civil para realizar acciones y prevenir la pornovenganza.

“(Estamos trabajando) para crear una asociación civil que trabaje de la mano con las plataformas de redes sociales, promueva legislaciones en esta materia, brinde sensibilización y pueda ser el apoyo para las personas pasando por la difusión no consentida de su contenido íntimo o sextorsión. Ojalá el interés que ha recibido la causa sirva para que muchas más personas se sumen y formen parte de la solución”, finalizó.