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La cadena de mando que falló en la detención de "El Ingeniero"

“Soy Vicente Carrillo Leyva, ¿y qué? No tengo problema”, respondió el hijo de "El Señor de los Cielos" cuando los policías increparon sobre su identidad

Escrito en METRÓPOLI el

Como decenas de automovilistas que fueron detenidos en el retén policial de Mariano Escobedo, en Polanco, el conductor de una camioneta Tahoe negra recibió la orden de frenar su marcha. 

Lo que pasó instantes después le dio un vuelco a la rutina de cuatro policías preventivos: a quien habían parado era Vicente Carrillo Leyva, “El Ingeniero”, hijo del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”.

Lo supieron porque en junio pasado se difundió la noticia, acompañada de fotografías, de que había salido de prisión tras 8 años en el penal de Puente Grande, Jalisco.

El hombre al volante lucía nervioso, con prisa, aunque en una primera versión se dijo que el hijo del extinto capo viajaba acompañado de su chofer.


A petición de los uniformados, Carrillo Leyva les entregó una licencia de conducir a nombre de Andrés Favela Vega.

La fotografía de la licencia coincidía con la del individuo, pero su actitud lo delataba y los policías inquirieron: “¿Usted no se llama así, verdad?”.

“Soy Vicente Carrillo Leyva, ¿y qué? No tengo problema, ya compurgué lo que debía”, respondió “El Ingeniero" desde el asiento del conductor.

DETIENE POLICÍA CAPITALINA AL HIJO DE "EL SEÑOR DE LOS CIELOS", PERO LO DEJA IR

Eran las 12:40 horas del jueves 23 de agosto y la tensión creció, según relataron en su informe los cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP-CDMX).

Uno de los oficiales reportó inmediatamente a su superior inmediato, identificado como Érick “N”, quien hizo lo propio con su mando, Wilfrido Márquez.

“Jefe, tenemos al hijo del ‘Señor de los Cielos’ en el punto de Mariano Escobedo. Está haciendo lío y está hablando con sus abogados”, informó Érick “N”.

Los policías confirmaron que no había ninguna orden de arresto vigente contra “El Ingeniero”, a quien la Procuraduría General de la República (PGR) acusó en su momento de lavar dinero para el Cártel de Juárez, fundado por su padre en los años ochenta.

La camioneta que manejaba no tenía reporte de robo ni estaba relacionada con delito alguno.

Pero el incidente llegó hasta Raymundo Collins, titular de la SSP, quien en ese momento se encontraba en una reunión con el Procurador capitalino, Edmundo Garrido Osorio.

Con el teléfono al oído, le preguntó a Garrido si le podían recibir al hijo de “El Señor de los Cielos” por la portación de un documento falso, y el procurador contestó que por supuesto.

Garrido instruyó a personal de la Agencia Central de Investigación (ACI) que prepararan todo para recibir a Carrillo Leyva, pero hubo un giro inesperado.

“¿Por qué trae entonces una licencia falsa?”, cuestionaron los policías a “El Ingeniero”, el cual, altivo, contestó: “Sí, y qué, me la pelan, me la pelan, yo no traigo bronca, me la pelan”.

En este punto el relato de los agentes se torna brumoso: unos refirieron que Carrillo Leyva les ofreció una maleta con dinero, otros que Wilfrido Márquez les ordenó dejarlo ir.

Para cuando Collins instruyó a su cadena de mando presentar al hijo de “El Señor de los Cielos” ante el Ministerio Público, a éste ya lo habían dejado ir.

Los minutos posteriores cimbraron a la SSP: aunque no tenían más ilícito que perseguir que la portación de la licencia falsa, habían dejado seguir su camino a un personaje fundamental del narcotráfico.

Hubo un operativo para arrestar a Carrillo Leyva, pero éste condujo hasta el estacionamiento del Palacio de Hierro, aparcó su camioneta y se alejó del sitio al parecer en un taxi.

El vehículo permaneció en el estacionamiento hasta la tarde del viernes pasado cuando un individuo fue, lo encendió y se fue en él.

Las autoridades lo siguieron a sabiendas que no podían detenerlo, pero tampoco los condujo hacia “El Ingeniero”.

Al parecer, luego de abandonar Puente Grande, Carrillo Leyva empezó a residir en la CDMX y esa tarde se dirigía a una comida.

Horas después de lo sucedido en el retén, los cuatro oficiales responsables de dejar ir a Carrillo Leyva fueron presentados ante la Fiscalía de Servidores Públicos, de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX).

El sábado fueron liberados bajo reservas de ley, al no haber pruebas para imputarlos de algún delito; no obstante fueron suspendidos y estarán bajo investigación interna.

Fuentes de la SSP confirmaron que Érick “N”, su jefe Wilfrido Márquez y el mando de éste, Alan Peña, sólo fueron sujetos a indagatoria interna.

Los tres están localizables, pero Márquez y Peña aún no firmaban su alta en la corporación, por lo cual ni siquiera se les tramitó su baja; simplemente a raíz de lo que pasó no entrarán a las filas de la dependencia.

Los retenes estaban bajo la supervisión del Estado Mayor Policial (EMP), y por decisión de Collins esta área fue desmantelada y sus agentes fueron repartidos en sectores.

Tenían su base de operaciones en unas oficinas de Plaza de la República, conocidas como “La Fortaleza”, las cuales fueron aseguradas y desagregadas del EMP.

Ante la sospecha de que personal de la corporación pudo haber sido sobornado por el hijo de “El Señor de los Cielos”, se abrió una pesquisa general por parte del Consejo de Honor y Justicia.

Todo por un retén en el que rutinariamente cientos de automovilistas pasan diariamente, aunque esta vez uno de ellos resultó ser Vicente Carrillo Leyva y que, pese a las órdenes de Raymundo Collins de arrestarlo por identificarse con un documento falso, sus subordinados lo dejaron ir.

ams