“De aquí al Zócalo”, dijo Martín, quien esperaba el mensaje de Andrés Manuel López Obrador afuera del Hotel Hilton Alameda, donde el candidato de “Juntos Haremos Historia” esperó los resultados del conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE).
Cuando Martín llegó después de las 20:30 horas ya había gente que celebraba la ventaja del tres veces candidato presidencial. “Salí de mi casa en cuanto Meade aceptó su derrota”.
Cientos de personas se reunieron primero afuera del hotel para escuchar el mensaje del INE y de López Obrador, y de ahí se fueron caminando hacia el Zócalo.
Parecía una fiesta, había quien traía matracas, cornetas, banderas o máscaras de AMLO. Los vendedores hicieron su agosto: “Llévense la bandera de México y la de Morena, juntas, llévense”.
A fuera del hotel había dos pantallas que decían Juntos Haremos Historia. La gente mostraba su emoción a minutos antes que el presidente consejero del INE diera los resultados del conteo rápido.
A las 11:00 horas en punto apareció en las pantallas la figura de Lorenzo Córdova. Todos se callaron. Se escucharon las primeras palabras y se fue el sonido. Comenzaron las rechiflas y los abucheos. Regresó la señal.
El consejero presidente informaba que la participación de los mexicanos en las urnas fue de 63 por ciento, de inmediato, la gente aplaudió como si la selección de futbol hubiera metido gol. De tajo, cientos de personas se callaron, mientras Córdova lanzaba el porcentaje que obtuvieron en el conteo rápido, Jose Antonio Meade del PRI y Ricardo Anaya de la coalición Por México al Frente.
La euforia de cientos de personas cimbró avenida Juárez. Unos se abrazaban, gritaban “Presidente, Presidente”, otros ondeaban sus banderas como si fuera el Día de la Independencia.
Terminaron las palabras de Lorenzo Córdova y apareció en las pantallas el presidente Enrique Peña Nieto, las rechiflas no esperaron y los reclamos no dejaban escuchar lo que decía. “39, 40, 41, 42, 43…. justicia”, gritó la multitud al unísono.
La señal se apagó y de inmediato se vio a López Obrador. “Te amo cabrón”, dijo un señor. “Presidente”, gritó una mujer. “Sssshhhhhhh”, se escuchó al fondo. “Queremos escuchar”, señaló una pareja.
Todos guardaron silencio y solo se escuchaba la voz del ex Jefe de Gobierno: “quiero ser un buen presidente. Sobre advertencia no hay engaño”. De inmediato el silencio se interrumpió. Aplausos y gritos.
“A huevo”, se escuchó ese grito cuando el candidato presidencial anunció que no habrá más gasolinazos. Al momento que reconoció a Peña Nieto, la gente chifló. “Te vas a la chingada”, dijo alguien en la parte de atrás.
Terminó el discurso y los asistentes comenzaron a caminar hacia el Zócalo. “Hoy el PRI mañana Brasil”, gritaba un grupo de jóvenes.
EL ES EL AMLO DE COLOMBIA QUE TAMBIÉN QUIERE SER PRESIDENTE
La caminata sobre avenida Juárez y Madero parecía una marcha. Todos con una misma causa: “es un honor estar con Obrador”. Por momentos pasaban lista a los 43 estudiantes desaparecidos de la normal de Ayotzinapa, en otros gritaban: “sí se pudo”.
AJA