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Año electoral arranca con panorama violento hacia políticos

El 2018, año electoral, arrancó en Guerrero con un antecedente de crímenes de políticos asesinados que se perfilaban para la siguiente contienda

Escrito en ESTADOS el

Chilpancingo (La Silla Rota).- El 2018, año electoral, arrancó en Guerrero con un antecedente de crímenes de políticos asesinados que se perfilaban para la siguiente contienda: 2017 cerró con al menos una docena de casos ocurridos en las regiones de más alta violencia e inseguridad del estado.

Los casos que cerraron el año preámbulo son los crímenes del alcalde de Petatlán, Arturo Gómez Pérez, quien, de acuerdo a sus conocidos buscaríaa relegirse en el cargo, y el del aspirante del PRI a la alcaldía de Atoyac, Adolfo Serna Nogueda. Ocurrieron la última semana del año (el 28 y el 31 de diciembre) en municipios de la Costa Grande, donde ya se mira los promocionales, aunque discretos, de las elecciones que ocurrirán este 2018.

La Costa Grande

La Costa Grande es una referencia de la violencia por hechos distintos que van desde crímenes hasta retenes armados que regulan el tránsito, como ocurría en San Luis La Loma, comunidad de Tecpan de Galeana, pero cercana a Petatlán, otro municipio con conflictos similares.  Una de las referencias que simplifican la condición de esta zona es la detención en julio de 2016 de Alberto o Edilberto Bravo Barragán, alias El Gavilán, a quien en un comunicado que reportaba su aprehensión, la Policía Federal le adjudicó la presunción de líder de Los Caballeros Templarios en Petatlán, La Unión y Zihuatanejo, o sea la parte más importante del corredor costeño.

Al crimen del alcalde de Petatlán le anteceden crímenes de sus colaboradores directos, como el del secretario general del ayuntamiento, Manuel Rebolledo Pérez, a quien asesinaron el 5 julio pasado. El cadáver de funcionario lo dejaron descuartizado en bolsas negras de plástico sobre el principal bulevar de Zihuatanejo con un mensaje que decía de manera textual: "Esto me paso por apoyar a la GG, Atte:SNG Elthon de la Correa de los Viagras". Este jueves lo mataron a él.

También de quien fuera su compañero de partido, el ex alcalde de Tecpan, Crisóforo Otero Heredia: el 8 de junio pasado unos hombres entraron a su casa y lo mataron después de herir a sus elementos de seguridad.

Zonas de riesgo

Los crímenes de políticos coinciden con zonas que ya son catalogadas como riesgosas por el número de incidencia delictiva, por ejemplo, la carretera Chilpancingo-Chilapa, donde las autoridades sostienen que la violencia que va en ascenso, es la pugna entre Los Rojos y Los Ardillos. El mismo argumento de hace años.

En esa zona mataron levantaron y asesinaron al ex alcalde de Zitlala, Francisco Tecuchillo Neri: el lunes 9 de octubre lo privaron de su libertad unos desconocidos, y a los cuatro días, ya de medianoche, policías lo hallaron tirado y herido en el cuello en un paraje del barrio de San Juan en Chilapa; la lesión profunda acabó con su vida en un hospital de esa cabecera municipal el día 14 de octubre.

Al siguiente día, el 15 de octubre, asesinaron Ranferi Hernández Acevedo, luchador social, fundador del PRD y ex diputado local, junto a su esposa, su suegra y su chofer, en un camino de Ahuacoatzingo a Chilapa. La camioneta en la que viajaban, policías la hallaron incendiándose cerca de la comunidad de Nejapa. Este dirigente social encabezaba actividades políticas por la izquierda de manera permanente.

Los crímenes de políticos y servidores públicos ocurridos de Tecuchillo Neri y Hernández Acevedo hacia atrás, ya deben formar parte de la cifra de homicidios dolosos contabilizados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, instancia que tiene actualizadas sus cifras de 2017 hasta noviembre con 2 mil 288 casos.

En la lista en descenso de los crímenes de políticos del año pasado figuran el del ex candidato del PRI a la alcaldía de Eduardo Neri, Francisco Torres Rendón, ocurrido el jueves 10 de agosto: los policías encontraron dos cadáveres sobre la carretera nacional Ciudad de México-Acapulco, a la altura de la Unidad Deportiva de Zumpango, uno era el del ex candidato.

También el del secretario general del PRD en Guerrero, Demetrio Saldívar Gómez. Lo mataron el 19 de abril, en Chilpancingo, en una esquina antes de su casa. Diez días antes atacaron al ex alcalde de Acapetlahuaya y ex diputado local, Roger Arellano Sotelo y a su tío, el regidor Octavio Arellano Eloisa. Ambos quedaron heridos en el ataque y murieron más tarde en un hospital.

El recuento incluye los crímenes de Elí Camacho, ex alcalde de Coyuca de Catalán; el de Armando Arturo López Solano, dirigente del partido Movimiento Ciudadano y ex candidato a alcalde de Quechultenango, y el del ex regidor de Zihuatanejo, Miguel Ángel Solorio, quien desde el año pasado se apuntó para competir en estas elecciones de 2018 para la alcaldía.

El contexto previo a las elecciones también sumó desapariciones de políticos, como el del ex diputado y ex alcalde de Zirándaro, Catalino Duarte Orduño, de quien no se sabe desde abril pasado que lo levantaron en la Tierra Caliente, otra región conocida por su inseguridad.

Así, con ese contexto, avanzarán los días del calendario electoral que marca votaciones para el 1 de julio.