Luego de 12 años sin que el FMI intercediera en la política Argentina, la institución financiera ha vuelto a inmiscuirse en la economía de dicho país, debido a un inesperado llamado del gobierno argentino para obtener un préstamo y evitar caer, otra vez, en una profunda crisis.
El préstamo solicitado por la administración encabezada por Mauricio Macri asciende a un monto aproximado de 30,000 millones de dólares.
Sin embargo hasta hace apenas un par de semanas, Argentina parecía tener sus finanzas bajo control, no obstante y luego de precios constantemente altos en la canasta básica y en el transporte público la situación estalló, y el dolar se salió de control.
Dicha situación ha llevado a un contexto de caos en el país sudamericano, caos que se ha visto reflejado en las medidas tomadas por los distintos encargados de la política económica argentina: la reducción del gasto público y el aumento de las tasas de interés del Banco Central argentino al 40 por ciento, ambas decisiones con consecuencias que se verán reflejadas tanto en el bajo gasto público, que frena la economía porque reduce las obras públicas que proveen empleos y dineros, como en el pago de semejantes intereses que frena la economía, debido a que elimina toda tentación de invertir en cualquier cosa que no sea esa especulación tan rentable.
Sin embargo, dichas medidas no parecieron funcionar, ya que el dólar siguió subiendo, las acciones argentinas en Wall Streetcayeron en picada, lo que provocó que los porteños empezaron a retirar sus depósitos bancarios.
POR ESTAS RAZONES, EL DÓLAR LLEGARÍA HASTA A 20 PESOS EN ALGUNOS PAÍSES
La nueva incursión del Fondo Monetario, al contrario de lo que se pensaba el gobierno al argumentar que la intervención del FMI lo respalda en los mercados internacionales y que su dinero es más barato que cualquier otro, ha provocado el descontento de la población argentina, ya que la mayoría de los ciudadanos no ven con buenos ojos a dicha institución financiera, solo cabe recordar uno de los momentos más polémicos del gobierno anterior, cuando el 3 de enero de 2006, el presidente Néstor Kirchner pagó los 9.810 millones de dólares que la Argentina le debía al FMI para "construir su autonomía ”; y se los recibió, en nombre del Fondo, su entonces director Rodrigo Rato, español procesado por diversos fraudes.
Así pues, los efectos políticos que deja tras de sí el ascenso del dólar y la llegada del Fondo son tan incalculables como sus efectos económicos, ya que a partir de ahora el FMI y los que lo llamaron a participar en las políticas gubernamentales pasarán a ser la razón de todos los males argentinos.
No obstante existe otro tema de fondo para entender las profundas crisis económicas que sufre la Argentina: el llamado déficit fiscal, provocado por que el Estado argentino gasta mucho más de lo que tiene, y a los largo de los años, el gobierno argentino sólo ha tenido dos respuestas clásicas: se endeuda y/o emite moneda, lo que ha provocado que la deuda o la inflación, o ambas, terminan por provocar la crisis.
Y para enfrentar estas crisis, los economistas más cercanos al gobierno actual siempre proponen recortar el gasto público, en particular: salarios, pensiones y transferencias sociales.
Con información de Martín Caparrós
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