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¿Quién daña la imagen de AMLO en las mañaneras?

Las conferencias de prensa del primer mandatario, conocidas como “las mañaneras”, planteadas como se llevan a cabo, están destinadas a desaparecer

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Escrito en NACIÓN el

La estrategia de comunicación del presidente Andrés Manuel López Obrador, más que ayudarle, demerita los logros de los que pueda dar cuenta su gobierno. Las conferencias de prensa del primer mandatario, conocidas como “las mañaneras”, planteadas como se llevan a cabo, están destinadas a desaparecer junto con su administración.

Esta es la tesis que sostiene Luis Estrada, analista de comunicación gubernamental y director de SPIN Taller de Comunicación Política, en su libro El imperio de los otros datos: tres años de falsedades y engaños desde Palacio, recientemente publicado por Grijalbo.

En entrevista con La Silla Rota, Estrada asegura que quien más se daña con el ejercicio de las mañaneras es el propio gobierno de la autodenominada “cuarta transformación”, pues el ejercicio evidencia que lo único que sostiene las decisiones gubernamentales s la narrativa de López Obrador. En otras palabras, se hace lo que él dice.

Si vemos el costo-beneficio para los actores políticos, la ciudadanía, la democracia… paradójicamente creo que quien resulta más dañado de realizar todo esto es el gobierno. Ellos piensan que tienen el control con estas conferencias, pero lo que en realidad han demostrado es que han perdido el control varias veces y que, en lugar de resolver crisis, han creado nuevas crisis

LA IMPROVISACIÓN

El ejercicio de querer mantener el control de lo que se desea dar a conocer a la ciudadanía no es nuevo, lo mismo han hecho gobiernos como el de Hugo Chávez, Donald Trump, Jair Bolsonaro, Nayib Bukele… gobiernos basados en la popularidad de sus líderes a decir de Estrada.

De acuerdo con el análisis que mensualmente realiza SPIN Taller de Comunicación Política, hasta noviembre de 2021, López Obrador había ofrecido 700 conferencias de prensa. En contraste, su antecesor inmediato, Enrique Peña Nieto, sólo ofreció 3; Felipe Calderón dio 10; Vicente Fox llegó a encabezar 40 conferencias; y Ernesto Zedillo sólo 5.

Al cuestionarle cómo se relaciona esta diferencia –en cifras– de ejercicios de información con el acceso real a la información gubernamental, Luis Estrada criticó que los dichos del presidente López Obrador carecen de argumentación en datos y hechos concretos, por el contrario, la mayoría de las veces improvisa sus intervenciones.

El presidente no se prepara para las conferencias, improvisa todo el tiempo, hay muchos casos que están documentados, están mencionados en el libro. En fin, cosas que el presidente promete porque le parece una buena idea y cuando se solicita la información a Presidencia no existe

“¿Qué es mejor, un presidente que salga y dé 3 conferencias al año –pero que todo lo que dice y hace, en sus eventos, en su agenda privada, se pueda consultar– o un presidente que salga todos los días o 3 veces al día, pero que todo lo que diga no se pueda conocer?”.

López Obrador, hasta febrero pasado, sumó 76 mil 500 afirmaciones no confirmables con datos duros y hechos o informes; en los 4 años de su administración, Donald Trump sumó 35 mil, según lo documentó el diario The Washington Post.


EL ENEMIGO INVISIBLE

¿Los medios, la oposición, la corrupción? Lo cierto es que los líderes populistas ocupan a varios factores de la ecuación social para presentarlos como el “enemigo a vencer”, pero centrar la estrategia de comunicación de un gobierno a esta narrativa puede ser contraproducente; así lo asegura Estrada, quien fue director general de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación (2009-2010).

El asunto es que enfocar los esfuerzos del gobierno e inclinar la balanza hacia los ataques en contra de uno o varios actores políticos quita oportunidad a que se hable de los avances y logros de la administración en turno.

El presidente ha generado un conflicto y ese –el debate ente pueblo y las élites– es más noticioso que los avances y políticas de gobierno. Es esa forma de generar esta polarización lo que trasciende de las conferencias. Ese conflicto termina demeritando los logros del presidente, se habla tanto del conflicto que los avances de lo que llaman ‘la cuarta transformación’ pierden fuerza

Aunado a eso, la popularidad de las conferencias mañaneras no se ve reflejada –al menos no hay cómo medir que sea así– en la credibilidad del primer mandatario. Luis Estrada incluso sostiene que, en el caso mexicano, a más conferencias, menor credibilidad para el gobierno.

“Hay quienes defienden que la conferencia de prensa es un éxito por su popularidad, pero no podemos asegurar que hay una relación causal entre tener conferencias de prensa y tener alta popularidad, al contrario. Incluso, si existiera, en el caso mexicano sería al revés”.

“Las encuestas llegaron a tener a López Obrador en más de 90 % de aprobación y, hasta este momento, está cerca del 50 %, entonces hay una caída de 40 puntos y la conferencia de prensa ocurre todos los días. Si hay una relación, es al revés, si acaso existiera relación”.

Estrada considera que los niveles de audiencia no son garantía de que realmente se cumpla con el objetivo de informar a la población. De los seguidores de López Obrador en redes sociales, sólo 6 % ve la conferencia matutina. “Por lo menos con esa cifra, no podemos asegurar que la conferencia tiene impacto directo en la credibilidad del presidente”.

UN DISCURSO SIN ECO

La sobrexposición del presidente y no prepararse para las conferencias se suma a la organización que tiene la conferencia mañanera, donde el control sobre las preguntas no es total –aunque se ha evidenciado que el equipo de comunicación trata de hacerlo– y llegan a aparecer preguntas que ponen en una situación de apremio al mandatario.

Cuando existe este riesgo de no estar preparado para una pregunta o varias preguntas difíciles, entonces se busca usar esta estrategia de comunicación solamente en ocasiones especiales; pero el presidente López Obrador no escoge ocasiones especiales. La usa todos los días

Aun así, ciertas personas hacen más preguntas en la conferencia mañanera. De acuerdo con los datos del libro de Estrada, los periodistas enviados por medios como Grupo Fórmula, Grupo Healy y Grupo Imagen son los que más preguntas hacen en la conferencia de López Obrador.

Por encima de Grupo Imagen y solo debajo de Grupo Fórmula están los representantes de organizaciones como Petróleo y Energía, Bajo Palabra y Sin Censura, que a través de sus canales en redes sociales publican mensajes de apoyo a López Obrador y le realizan preguntas sobre sus avances de gobierno.

Con el formato de las conferencias de prensa, quienes preguntan y cómo contesta el presidente, pues cualquiera puede hacer conferencias de prensa. Llama la atención que el presidente, cuando ha salido de viaje –sobre todo a Estados Unidos– no hace conferencias de prensa ahí, evidentemente ahí no hay un control; pero entonces ya no son conferencias de prensa, es una hora de ‘plática’ con los reporteros

La palabra más repetida por López Obrador en su discurso es “pueblo”, seguida de “corrupción” y “opositores”. El periódico La Jornada ha publicado 85 primeras planas con alguna frase del presidente, Excélsior 63 y Milenio 49. A esos medios le sigue El Financiero, con 30; Reforma con 24 y El Universal con 20 primeras planas.

¿Por qué es tan importante para el gobierno actual “marcar agenda” en los medios de comunicación? Se le pregunta a Luis Estrada. La respuesta es concreta: “porque lo único que sostiene a los gobiernos populistas es su narrativa”.