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Covid prolongado: el sufrimiento que no tiene fin

El 80% de las personas que enfermaron de covid-19 presenta síntomas o secuelas a largo plazo

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Escrito en NACIÓN el

“Usted no tiene para cuando, así es que lo vamos a mandar a su casa. Sus pulmones están destrozados”, eso le dijeron a Eugenio Ramírez cuando lo dieron de alta tras haber estado hospitalizado por covid-19. Dos meses después, todavía tiene que seguir conectado al concentrador de oxígeno. 

Así como Eugenio, el 80% de las personas que enfermaron de covid-19 presentan síntomas o secuelas a largo plazo, ese es el dato que encontraron siete científicas que se dedicaron a investigar lo que se conoce como “covid prolongado”. 

El grupo de científicas, encabezado por Sandra López-León, doctora en epidemiología y genética, detectó que hay 55 efectos a largo plazo asociados a la covid-19, el más común es la fatiga, pero dos de cada 10 personas presentan anosmia, como Eugenio.  

Él estuvo un mes hospitalizado por covid pues llegó a necesitar 15 litros por minuto de oxígeno dados sus bajos niveles de saturación, los cuales se desplomaron hasta 70, cuando lo normal debe ser superior a 95.

Finalmente, en el hospital decidieron darlo de alta a pesar de que la saturación del oxígeno no alcanzaba los niveles adecuados. Le preguntaron si fumaba y él respondió que lo había hecho durante mucho tiempo pero desde hace siete años ya no. “El daño ya estaba hecho”, le dijeron.

TRAS DOS MESES, EUGENIO VIVE CONECTADO AL CONCENTRADOR DE OXÍGENO

Eugenio no tenía otros síntomas así es que, tras un mes en las instalaciones médicas ubicadas en el Autódromo Hermanos Rodríguez, salió con unos papeles para que el Instituto Mexicano del Seguro Social le proporcionara oxígeno.

Cuando lo dieron de alta y le quitaron el oxígeno en el Autódromo su saturación cayó a 80 y tras el traslado hasta su casa, que duró una hora y cuarto pues vive en Ecatepec, llegó a 78. “Hasta eso que no se cayó tanto”, dijo.

Sin embargo, tras dos meses de haber salido del hospital, sus niveles de saturación no se han normalizado. Con los documentos que le dieron ahí, sus familiares tramitaron el oxígeno en el IMSS y le proporcionaron “un aparato eléctrico” que le suministra el oxígeno – un concentrador de oxígeno- y un tanque grande del elemento indispensable para la respiración, para cuando se vaya la luz pues, para funcionar, el aparato requiere de energía eléctrica.  “Hasta eso que no hemos tenido que utilizar el tanque”, comentó.

Aunque ya no requiere los 15 litros por minuto (ahora es un litro por minuto) Eugenio vive conectado al aparato todo el día. Se desconecta para bañarse o caminar un poco por la estancia de su casa pues la manguera que le suministra el preciado oxígeno no es muy larga.

Con el aparato, Eugenio llega a tener 92 de saturación; cuando se lo quita se le baja a 85 o menos.

A su problema de la saturación se suma al hecho de que durante su estancia en el hospital le dieron la noticia que ya era diabético y que le tendrían que dar medicina para ello. Antes de la covid-19 Eugenio no tenía síntomas ni problemas con sus niveles de glucosa en sangre.

Eugenio ya sufrió la pérdida de su hijo Julio César por causa de la covid, y otro de sus hijos se contagió pero ya lo superó.

COVID PROLONGADO

Eugenio podría ser una de las personas que en todo el mundo están padeciendo lo que se ha denominado “covid prolongado”. El pasado 30 de enero se publicaron los primeros resultados de la investigación realizada por el grupo de expertas, quienes revisaron 18 mil artículos médicos y eligieron 15 para este estudio.

“El 80% de las personas que se recuperan del covid agudo se quedan con algún tipo de efecto que nosotros lo definimos como síntoma, como signo, como parámetro anormal por más de dos semanas”, señaló Carol Perelman, divulgadora de la ciencia y una de las investigadoras del estudio.

En total, analizaron la información de más de 48 mil pacientes que tuvieron covid en diferente grado, desde leve hasta grave y de 17 a 87 años. Talia Wegman Ostrosky, quien tiene un posgrado en epidemiología oncogenética, señaló que algo interesante que encontraron es que estos signos de la enfermedad a largo plazo se pueden dar en personas de todas la edades, no sólo en los de mayor edad. 

La fatiga es el principal síntoma que perdura a los largo de tiempo en una persona que tuvo covid, ya que 58% de los pacientes estudiados dijo sentirse cansado, le sigue el dolor de cabeza con 44% y el trastorno de atención, con 27%. 

Rosalinda Sepúlveda, médica psiquiatra con postdoctorado en la Universidad de Harvard, detalló que el trastorno de atención incluye varios síntomas, como confusión, letargo mental y falta de concentración. 

Otro signo común de la covid larga es la pérdida de cabello, ya que el 25% de quienes enfermaron por el virus Sars-CoV2 tuvieron este problema de salud. Por supuesto, las alteraciones pulmonares son frecuentes, ya que el 24% de las personas dijo seguir con dificultad para respirar y 19% presentaba tos, después de varias semanas de haber sido dados de alta.

Entre los síntomas de la covid prolongada, las investigadoras encontraron también alteraciones cardiovasculares, como arritmias, miocarditis, señaló Sepúlveda. 

Los trastornos mentales son otros de los síntomas de la covid prolongada, 12% de las personas sufre depresión tras haber tenido la enfermedad, y en general 7% dijo padecer un problema de salud mental, como demencia o ansiedad.

“Nos estamos dando cuenta de que esto no se acaba a los 14 días y que esto no se acaba al momento que ya sales del hospital, esto está teniendo una cola muy larga y no sabemos hasta cuándo, pero en este primer estudio mostramos los efectos, que hay algo más después de la infección aguda por la enfermedad”, enfatizó Sepúlveda.

LA COVID CAMBIÓ LA VIDA DE JUAN

Para Juan de 59 años, el covid-19 le cambió la vida. La falta de sueño, la agitación y hasta el uso de un tanque de oxígeno por 10 días son parte de las secuelas que le dejó el virus en su organismo. 

Los síntomas comenzaron el 8 de enero con un gran cansancio, y terminó con calentura y escalofríos. El escenario se tornó peor cuando detectaron que su respiración se aceleraba a la hora de hacer cualquier tipo de esfuerzos. 

“Mi oxigenación comenzó a bajar hasta 84/82. Esto detonó que se contratara el servicio de tanque de oxígeno que estuvo conmigo durante 10 días”, relató. 

Don Juan se dedica a las labores de mantenimiento, oficio que le implica hacer fuerzas o levantar cosas. A raíz de la enfermedad estas acciones ya son mínimas en su jornada. 

Las citas con el cardiólogo y neumólogo arrojaron un diagnostico inesperado: al señor Juan le detectaron fibrosis pulmonar. Para tratar dicha enfermedad, ahora tiene que hacer ejercicios de respiración con un globo. Esto ha hecho que poco a poco pueda retomar actividades, pero no al mismo ritmo al que estaba acostumbrado.

Derivado de las secuelas, don Juan también usa un aparato similar al que usan las personas que padecen asma, mismo que debe utilizar por las tardes y por las noches durante estos meses de febrero y marzo. Él está en espera de hacerse otro estudio en 8 semanas.

CATALINA NO SE LOGRA CONCENTRAR Y PADECE SENSACIONES EXTRAÑAS

Las lagunas mentales están entre los síntomas más confusos. Algunos pacientes han reportado estar olvidadizos o incapaces de concentrarse incluso cuando ven televisión. Puede pasarle a quienes estuvieron en cuidados intensivos durante un tiempo, pero es relativamente raro. Sin embargo, está ocurriendo a diversos tipos de pacientes incluso a aquellos que no fueron hospitalizados. 

Ese es el caso de Catalina, de 31 años, quien a días de haber superado la enfermedad siente esa desorientación o incapacidad de concentración dentro de su propia casa. “Es raro, a veces estoy en casa y me cuesta trabajo hacer mis cosas o recordar mis pendientes. Eso no me pasaba antes”.

Relata haberse contagiado a finales de diciembre, e inmediatamente los primeros tres días de enero comenzó a sentir fiebre y cansancio. Al aplicarse la prueba del covid confirmó sus sospechas: la enfermedad había llegado a su vida. Afortunadamente nadie de su familia se contagió pues a la primera señal acató todas las medidas, principalmente el aislamiento.

También señala que hay una sensación que no se ha ido del todo. Ella la asemeja con acumular ‘agua en la nariz’, “es algo familiar, cuando te sumerges en una alberca y el agua se queda atorada en las fosas nasales, algo así.

“Yo siento todavía eso, como cuando vas a nadar y te entra el agua en la nariz, lo sentía durante la enfermedad y todavía no se va. Es raro, son como piquetes en la zona T de la cara”.

Catalina hoy está tranquila, pues ya ha superado al virus en su totalidad, aunque reconoce que la agitación es algo que sigue presente a la hora de realizar actividades físicas. 

IRINA LUCHA CON LA FALTA DE AIRE Y LA CAÍDA DE CABELLO

Irina Villegas Zermeño de 45 años padeció de Sars-COV-2 el 12 de junio de 2020. Ella inició con mucho cansancio y con un leve dolor de garganta, pasaron tres días para que decidiera ir con un médico, pero este, al pensar que era una infección, solo le recetó un antibiótico.

Los síntomas perduraron haciéndose cada vez más frecuentes, hasta que llegó el punto en donde la calentura era más intensa y su oxigenación bajó hasta 50 por ciento, contrario al nivel normal que es entre 95 y 98%. 

“Me sentía muy mal cuando me agachaba a recoger cosas, hubo un momento que se me fue totalmente el aire, no supe cómo ni dónde lo volví a agarrar, sentía que ahí me iba a morir”, agregó.

Irina permaneció cuatro días hospitalizada en Centro Médico, sin poder ver a su esposo y a sus hijas, y con el miedo de no volver a salir. La dieron de alta, pero ahora tenía que cargar con un tanque de oxígeno, el cual usó por varios días, ya que sentía que se le acababa el aire.

“Lo único que supe estando en el Hospital fue que salieron a decirle a mi familia que tenía los pulmones muy infiltrados”, relató. 

Villegas Zermeño cuenta que aunque ya han pasado seis meses desde que quedó libre del covid-19, se ha mantenido con secuelas de este nuevo virus. “Se me cae mucho el cabello y de repente siento que me sigue faltando el aire, me duele la espalda y me da tristeza porque mi hija me dice que ahí tenemos los pulmones”. 

TRAS TENER COVID, ADRIÁN AHORA RONCA

Adrián Fuentes, de 40 años, revela que aunque el covid-19 no le dio “muy fuerte” el virus le afectó el olfato. Supo lo que era no oler la comida ni los perfumes por cinco días más. Algo curioso es que comenzó a roncar, cosa que no hacía habitualmente.

“Pues el olfato (es una secuela) como cinco o seis días más, pero poco a poco lo empecé a recuperar. Al parecer ahorita ya lo tengo al 100. Me decían también que roncaba, duré como una semana haciendo eso. También al principio quise hacer ejercicio, correr o hacer pesas y me sentía muy cansado, eso ya no lo siento ahorita”. 

El cansancio y el cuerpo cortado fueron los principales síntomas de Adrián en sus días de contagio. 

“Los primeros días me dolió mucho la espalda, y me sentía, así como cansado, me costaba hacer las cosas, como con sueño. Eso fue los primeros cinco días, ya después no tuve síntomas”.

ME DEPRIMÍ PORQUE PENSÉ QUE NO LA IBA A LIBRAR: LUIS 

Luis, de 30 años, padeció de covid-19 en un escenario difícil: vivir solo y lejos de la casa de sus padres. Pero cuando empezó a sentir síntomas se mudó con sus papás, se aisló en un cuarto del segundo piso y su mamá le dejaba la comida en la puerta. Desinfectaban la planta alta a cada rato y el baño también, cada que Luis lo usaba. Una de las secuelas que el virus le dejó es el cansancio constante. 

“He notado que corro, camino o subo las escaleras y si me agito un buen. Y en las noches sí me falta un poco la respiración, pero tengo todo bien. Secuelas fuertes no tengo”, dijo.

Ver los noticieros y llevar el conteo de las muertes por covid-19 fueron factores para que Luis se deprimiera, además de estar contagiado. 

“Empecé desde un jueves con fiebre y tos, fiebre de 38.5. Eso duró jueves, viernes, sábado. domingo y lunes. El martes se me quitó y nunca perdí el olfato ni el gusto. Estuve en depresión porque pensé que no la iba a librar, por las noticias que pasaban en la tele de la cantidad de muertos”, cuenta Luis.

¿ES PERMANENTE EL DAÑO CAUSADO PO COVID PROLONGADO?

La Universidad de California Davis (UC Davis) señala que no hay una respuesta clara a esa pregunta. No se sabe si los síntomas del covid prolongado serán permanentes o si habrá un daño permanente causado por esos síntomas. 

Algunos pacientes que han estado seriamente enfermos de coronavirus desarrollaron el síndrome de dificultad respiratoria aguda que puede provocar cicatrices en los pulmones. Todavía no está claro si ocurre alguna cicatrización en los pacientes covid prolongado que tienen problemas respiratorios, pero no el síndrome de dificultad respiratoria aguda.

En cuanto a la pérdida del gusto y del olfato, expertos creen que no será permanente pero no hay claridad de cuánto tiempo pueda tomar recuperarlos.

(djh)