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Amores, aliados y traidores: los testigos en el juicio de “El Chapo”

Todos los testigos protegidos de la fiscalía estadunidense han desfilado en el juicio de Guzmán Loera, estos son uno a uno

Escrito en NACIÓN el

Pasaron ya 34 días del juicio contra Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, y ya han declarado todos y cada uno de los testigos protegidos del gobierno de Estados Unidos.

Amantes, compadres, amigos, aliados y traidores, estos son uno a uno los hombres y mujeres que estuvieron sentados frente al jurado para hundir al líder del Cártel de Sinaloa.

“El Rey” Zambada

El primer “pez grande” que declaró contra “El Chapo” fue Jesús “El Rey” Zambada, hermano de Ismael “El Mayo” Zambada. Controlaba las operaciones del cártel en la capital del país, principalmente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Zambada fue el narcotraficante que más acusaciones de corrupción contra altos funcionarios públicos mexicanos realizó frente al juez del caso, Brian Cogan.

El primero en ser señalado fue Gilberto Toledano Sánchez, ex comandante de la 35 Zona Militar en Guerrero y ex secretario de Pública Seguridad en Morelos. Según “El Rey”, Toledano Sánchez recibió sobornos del Cártel de Sinaloa para dejarlos traficar droga en tierras guerrerenses.

Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, también fue señalado por Zambada García de recibir primero 50 millones de dólares de los hermanos Beltrán Leyva, cuando estos eran aliados del Cártel de Sinaloa, por protección. Luego, detalló, le dieron 6.5 millones más.

El tercer funcionario incriminado por “El Rey” fue Gabriel Regino, exsubsecretario de Seguridad Pública del Distrito Federal cuando Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno. Zambada García dijo que él personalmente entregó un soborno de "algunos millones de dólares" a Gabriel Regino, ya que éste les aseguró que iba a ser el próximo secretario de Seguridad Pública Federal.

En cuanto a sobornos, el capo criminal sostuvo que el cártel pagaba 300 mil dólares mensuales a miembros dela Procuraduría General de la República (PGR), Policía Federal, personal de aeropuertos y hasta la Interpol.

Zambada García también contó asesinatos ordenados por “El Chapo”, como el de Rodolfo Carrillo Fuentes, hermano de Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, líder del Cártel de Juárez. Según “El Rey”, Guzmán Loera solicitó a “El Mayo” permiso para asesinar a Rodolfo luego de que este lo dejara con la mano estirada en una reunión. Dicho asesinato terminó por consolidar la guerra entre el Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa

Otro de los asesinatos ordenados por “El Chapo” relatado por “El Rey” es el del agente de la PGR, José Nemesio Lugo Félix. Las razones del asesinato fueron que este trabajaba para los hermanos Beltrán Leyva, quienes enemistaron con el Cártel de Sinaloa tras una supuesta traición de Guzmán Loera.

“El Tololoche”

Miguel Ángel Martínez, alias “El Gordo” o “El Tololoche”, fue el segundo testigo protegido presentado por los fiscales estadunidenses. Fue piloto personal de Guzmán Loera.

La participación de “El Tololoche” en el juicio fue básicamente relatar sobre la vida de “El Chapo” antes de su primera detención en 1993, pero también contó sobre los intentos de asesinatos en su contra y acusaciones de corrupción.

“Nunca traicioné, ni robé a ‘El Chapo’ y aun así intentó asesinarme en tres ocasiones”, según relató Martínez, quien vio en su único “error” hacer todo lo posible para evitar su extradición a Estados Unidos luego de ser detenido en 1998.

Dos meses después de ser capturado, relató Miguel Ángel Martínez, tres hombres se metieron en su celda y lo apuñalaron hasta en siete ocasiones. El intento de asesinato provocó que sus pulmones e intestinos fueran perforados, fue intervenido quirúrgicamente y se salvó su vida.

No tardó mucho tiempo cuando vino el segundo atentado en su contra, de la misma manera, lo apuñalaron, ahora habían alcanzado su páncreas. Increíblemente sobrevivió.

El último de los intentos para asesinarlo fue el más atroz. Tras ser trasladado a otra cárcel, durante la noche, escuchó desde la ventana de su celda a una banda tocando un corrido, “El Gordo” lo reconoció rápidamente, pues era una canción favorita de Guzmán Loera.

Durante toda la noche tocaron esa misma canción. Cuando amaneció, el asesino apareció en su celda, amenazó al guardia de que le abriera la puerta, pero él dijo que no tenía la llave. Entonces, el asesino lanzó dos granadas dentro de la celda de Miguel Ángel Martínez. Sobrevivió gracias a que se cubrió detrás del inodoro. Su extradición a Estados Unidos le salvó la vida.

En cuanto a los señalamientos de corrupción, Martínez señaló a Guillermo González Calderoni, elemento importante de la Policía Judicial, de recibir en dos o tres ocasiones sobornos por 10 millones de dólares de parte de “El Chapo”.

“El Chupeta” y “El Barbas”

Juan Carlos Ramírez Abadia, “El Chupeta”, jefe del Cártel del Norte del Valle, fue el tercer testigo protegido presentado por las autoridades estadunidenses. El colombiano relató los pactos entre su organización y el Cártel de Sinaloa para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos.

En una reunión en un prestigioso hotel de la Ciudad de México, en 1991, “El Chapo” y “El Chupeta” acordaron el envío semanal de 400 mil kilos de cocaína a Estados Unidos, lo que se vendiera allá, Guzmán Loera se quedaba con el 40% de las ganancias. El trasiego de drogas era tal, que Ramírez Abadia aseguró que parecía una invasión.

Acusado de ordenar el asesinato de 150 personas y apodado como “El Chupeta” debido a su gusto por las paletas. Tiene la cara desfigurada como resultado de una serie de cirugías plásticas para evitar ser reconocido.

Al final las declaraciones de “El Chupeta”, al estrado fue presentado German Rosero, “El Barbas”, quien fue el enlace entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Norte del Valle.

Cuando “El Chupeta” fue detenido en 2007, “El Barbas” fue el encargado máximo de las relaciones entre los sinaloenses y los colombianos. Se encargaba de hacer llegar droga a Guzmán Loera para que éste la enviara a Estados Unidos, principalmente a Nueva York.

German Rosero negociaba con los peces gordos del Cártel de Sinaloa, desde "El Chapo", Ismael "El Mayo" Zambada, Ismael "El Nacho" Coronel y hasta los hermanos Beltrán Leyva.

“El Futbolista”

Tirso Martínez Sánchez fue uno de los mayores distribuidores de droga en Estados Unidos durante la década de los noventa. En tres años, introdujo a territorio estadunidense alrededor de 76 toneladas de cocaína, obteniendo ingresos brutos por entre 40 y 50 millones de dólares.

Varios son sus apodos: “El Doctor”, “El Ingeniero”, “El Mecánico” y “El Futbolista” son algunos de ellos, sin embargo, este último es el más destacado, debido a que era dueño o socio de equipos de futbol profesional como el Querétaro, Irapuato, León y La Piedad. Usaba a los equipos para lavar dinero e incluso lo hacía también a través de la transferencia de jugadores particularmente los futbolistas provenientes de Colombia.

Relató cómo casi fue asesinado por “El Mayo”, cuando este le apuntó con una pistola pues lo acusaba de haber cambiado su droga por una de baja calidad. Sin embargo, Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, jefe del Cártel de Juárez, intervino para que no lo mataran.

Saltando de cártel en cártel, trabajo para el Cártel de Juárez, para el Cártel de Sinaloa y hasta para los Beltrán Leyva.

Jorge y Alex Cifuentes

Hermanos provenientes de una familia criminal colombiana, Jorge y Alex Cifuentes expusieron las prácticas internas del Cártel de Sinaloa, así como cooptaciones de altos funcionarios.

Jorge relató que Guzmán Loera tenía pactos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombian (FARC) para traficar droga a Estados Unidos. Para comprobar dicho vínculo se presentó un audio de una supuesta llamada entre el capo y los guerrilleros.

También contó como “El Chapo” buscaba utilizar a Petróleos Mexicanos (Pemex) para traer droga a través de barriles de petróleo desde Ecuador. Aunque hubo reuniones con funcionarios de la petrolera paraestatal, el plan no prosperó.

Alex, por su parte, era la mano derecha e izquierda, como el mismo dijo, de “El Chapo”. Comenzó como negociante de droga proveniente de Colombia para el Cártel de Sinaloa, ganándose la confianza de Guzmán Loera a tal grado que se fue con él a vivir a las montañas.

Fungiendo prácticamente como su asistente personal, Alex hizo ofertas para traficar droga proveniente de Colombia, Ecuador, Panamá y Bolivia a nombre de Guzmán Loera. Luego, compró granjas en Costa Rica para que los cargamentos hicieran escala para los envíos provenientes de Sudamérica. Llegó a vender cocaína y heroína de "El Chapo" en Nueva York.

Dejó al descubierto, además, una compañía de modelaje en la Ciudad de México que utilizaban como fachada para una red de prostitución al servicio de cártel.

Pero la bomba más grande que soltó fue el soborno de 100 millones de dólares que “El Chapo” entregó al expresidente Enrique Peña Nieto. La entrega se habría dado a través de una mujer únicamente identificada como "Comadre María" en octubre del 2012, semanas antes de tomar posesión como presidente de México.

Pedro Flores

Pedro, junto con su hermano Margarito, era el mejor traficante del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos. Distribuía hasta dos toneladas de droga en territorio estadunidense al mes y lo más importante: sin derramar sangre de por medio.

Pedro era considerado el cerebro detrás de las operaciones del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos, mientras que Margarito era el hombre de las relaciones públicas, mantenía reuniones con clientes y supervisaba la mercancía.

Su labor criminal hizo que “El Chapo” estuviera incluido en la lista de los hombres más ricos del mundo, según la Revista Forbes.

Sin embargo, la guerra entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva lo puso en medio a él y su hermano, eligiendo así convertirse en testigos protegidos del gobierno de Estados Unidos.

Frente al jurado, Pedro relató que fue secuestrado por un hombre de “El Chapo” apodado “Lupe Ledesma” luego de que los gemelos perdieran una carga de droga. Fue entonces cuando Guzmán Loera intervino, Flores fue liberado y el responsable asesinado.

“El Vicentillo”

Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, fue uno de los testigos más esperados por la corte. Fue el coordinador logístico de la organización para importar a México droga procedente de Centroamérica, así como Sudamérica y luego trasladarla a Estados Unidos.

Entre las revelaciones que presentó el primogénito de “El Mayo” están su visita a Los Pinos en durante el sexenio de Ernesto Zedillo. En aquella ocasión, Zambada Niebla se reunió con un hombre identificado como Roberto Miranda, quien sería el jefe del extinto Estado Mayor Presidencial con el fin de “pedirle un favor”.

También aseguró que en la nómina del Cártel de Sinaloa estaba Marco Antonio de León Adams, fue el jefe de seguridad de Vicente Fox Quesada durante prácticamente toda su administración. “El Vicentillo” que el Cártel de Sinaloa utilizaba a elementos del Ejército y de la Policía Federal para pelear contra grupos rivales.

Incluso, contó cómo un general de la Sedena acudió a ellos para alertarles sobre como “Los Zetas”, el Cártel de Juárez y los Beltrán Leyva se habían unido para cooptar a mandos militares y “El Mayo” fuera detenido. La información fue vital para proteger a Zambada García, precisó “El Vicentillo”, en agradecimiento le pagaron 50 mil pesos cada mes a cambio de información.

Christian Rodríguez

Christian Rodríguez era un experto en tecnología que hizo una red de comunicaciones internas para el Cártel de Sinaloa a través de mensajes encriptados, así como otra red de espionaje para sus aliados y principalmente sus amantes.

Sin embargo, el experto colombiano fue descubierto por las autoridades estadunidenses, quienes le ofrecieron inmunidad a cambio de que cooperara con ellos. Así, Rodríguez consiguió mil 500 audios, mensajes y demás comunicaciones relacionadas con el Cártel de Sinaloa, de las cuales 200 eran de “El Chapo”.

Christian Rodríguez evidenció tratos millonarios de droga y hasta infidelidades de “El Chapo”, al menos tres mujeres eran espiadas: Emma Coronel, su esposa, y dos amantes, Agustina Cabanillas Acosta y Lucero Guadalupe Sánchez López.

De acuerdo con el Buró Federal de investigaciones (FBI), la segunda captura de Guzmán Loera se debió en gran parte por la ayuda informática de Rodríguez, pues proporcionó a las autoridades estadunidenses la ubicación en tiempo real de los celulares encriptados de “El Chapo”.

“La Chapodiputada”

Lucero Guadalupe Sánchez López, exdiputada local del PAN y amante de Guzmán Loera, fue una de las testigos que más han sorprendido en el juicio.

Contó cómo casi fue capturada junto a “El Chapo” en 2014. Según su relato, ambos se encontraban desnudos en una de las casas del capo en Culiacán, Sinaloa, cuando en la madrugada escucharon golpes fuertes en la entrada, fueron sorprendidos por un operativo de la Marina y la DEA.

Ambos escaparon en un túnel construido debajo de una bañera, según detalló Sánchez López, Guzmán Loera iba desnudo. Días después, “El Chapo” fue capturado por segunda ocasión en compañía de su esposa en un hotel de Mazatlán, Sinaloa.

Lucero Guadalupe también protagonizó uno de los momentos más extraños del juicio. Justo antes de reanudarse su testimonio tras un breve descanso, ella rompió en llanto, a tal grado que el juez ordenó diez minutos más de receso para que la exdiputada se calmara.

Frente a Emma Coronel, Sánchez López sostuvo que todavía amaba a “El Chapo” y que ella pensó inocentemente que él también la amaba. La panista también fue parte de las “relaciones públicas” del cártel, al acordar compras de kilos de marihuana a productores del Triángulo Dorado.  

“El Licenciado”

Otro de los testigos más esperados fue Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, compadre de “El Chapo” y su sucesor en el liderato del Cártel de Sinaloa.

“El Licenciado”, quien conoció a Guzmán Loera cuando era subdirector del Penal de Puente Grande, sostuvo que él no lo ayudó a fugarse, pero que recibió pagos en efectivos y hasta una casa para que la estancia de “El Chapo” fuera mejor, ya sea haciéndole llegar celulares y ropa, así como concederle la visita de su entonces amante y posterior segunda esposa Griselda López Pérez.

Dámaso sorprendió a la corte al acusar a Emma Coronel de orquestar la segunda fuga de “El Chapo” del penal del Altiplano en 2015. Según López Núñez, ella recibía los mensajes de Guzmán Loera para los detalles del escape e incluso le hizo llegar un GPS al capo para que ellos supieran en que parte del penal se encontraba.

Asimismo, calificó de “difícil” la relación que tenía con “Los Chapitos”, hijos de Guzmán Loera, con quienes protagonizó una guerra tras la extradición de “El Chapo”.

“El Licenciado” acusó a Iván Archivaldo y a Jesús Alfredo Guzmán Salazar del asesinado del periodista Javier Valdez, luego de que este publicara unos mensajes que Dámaso le hizo llegar sobre la guerra entre ambas fracciones del Cártel de Sinaloa.

“Memín”

El último testigo de los fiscales del Cártel de Sinaloa fue Isaías Valdez Ríos, apodado como “Memín”, un desertor del Ejército Mexicano y guardaespaldas de “El Chapo”. Su relató fue el más cruel de todo el juicio, al relatar tres asesinatos realizados por el propio Guzmán Loera.

El primero fue un miembro de los Arellano Félix, quien fue enviado a los hombres de “El Chapo”, a través de “El Mayo”. El hombre llegó severamente torturado, su cuerpo había sido quemado con un hierro caliente a tal grado que la camisa que portaba ya se había derretido en su piel.

Tras interrogarlo y luego de seis días de encierro, el sicario recibió un disparo en la cabeza de parte del propio Guzmán Loera. Sin embargo, aún no había muerto, por lo que fue enterrado vivo.

Los otros dos asesinatos fueron contra miembros de “Los Zetas”, ahora habían sido enviados por “El Licenciado”.

Los "zetas" fueron encerrados dentro de un granero, Guzmán llamó a sus hombres a iniciar la tortura sin él. Luego, en un lugar aislado en las montañas, "El Chapo" comenzó a golpear a los sicarios con una rama grande. La tunda duró entre dos y tres horas. Lo sujetos quedaron como una muñeca de trapo, sus huesos estaban rotos y no podían moverse.

Después de la paliza, "El Chapo" ordenó a sus hombres cavar un agujero, llenarlo de madera y comenzar una fogata. Posteriormente, ataron a uno de los "zeta" a dos cuatrimotos que "El Chapo" y uno de sus sicarios apodado como "El Bravo", condujeron arrastrando a su víctima hasta el hoyo con fuego.

El otro hombre solo veía con horror como su compañero se quemaba vivo en la hoguera improvisada. "El Chapo" sacó un rifle y le disparó en la cabeza. Hizo lo mismo con el otro de "Los Zetas".

Guzmán Loera ordenó a sus hombres que se deshicieran de los cuerpos, no quería que quedara ni un hueso de ellos. Por ello, contó "Memín", ambos cuerpos fueron quemados durante toda la noche. Por la mañana, no quedaba nada, solo cenizas.