En momentos en que crece la tensión entre México y Estados Unidos por el futuro del TLCAN, los temas migratorios y la intención de Donald Trump de construir un muro en la frontera, el virtual presidente de la República Andrés Manuel López Obrador metió reversa y decidió nombrar a Marcelo Ebrard Casaubón como secretario de Relaciones Exteriores en lugar del académico Héctor Vasconcelos.
Vasconcelos tiene un doctorado en la Universidad de Oxford, maestría en Historia Política en la Universidad de Cambridge y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard. Además, fue embajador de México en Dinamarca (1999-2004) y cónsul de México en la Ciudad de Boston, Estados Unidos.
De acuerdo con un documento basado en el Proyecto de Nación 2018-2022, los retos en materia de política exterior y comerciales para el próximo gobierno serán: indicios de mayor incertidumbre asociadas a las medidas proteccionistas anunciadas por Estados Unidos, diversi?cación de mercados internacionales, menores incentivos a la inversión extranjera, creciente tensión política por temas migratorios, debilitamiento del multilateralismo y el comercio multilateral abierto.
En tanto en Proyecto de Nación 2018-2022 establece que la llegada al poder de un nuevo gobierno democrático tendrá que reflejar una coherencia entre política interna y externa.
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“Las prioridades a nivel interno, como la lucha contra la corrupción, el combate a la pobreza y la desigualdad, el imperio del derecho, el apoyo a la educación, la salud, así como a la ciencia y la tecnología, acompañadas de un fuerte impulso a la justicia, deben proyectarse a nivel global para encarar estos grandes retos de manera simultánea tanto nacional como internacionalmente. Un modelo de desarrollo nacional diferente deberá corresponderse con un actuar internacional también diferente”, se afirma
Se afirma que hay crisis de identidad, debilitamiento del Estado-nación, abandono del derecho y la cooperación internacionales, en detrimento del respeto a normas y valores, y un énfasis en políticas discriminatorias y, en ocasiones, xenófobas.
“Estos desafíos exteriores tienen el potencial de afectar la estabilidad y el desarrollo de México, así como sus márgenes de acción e independencia”, dice el documento.
Además se establece que una política exterior de Estado no debe limitarse a la firma y renegociación de acuerdos de libre comercio, sino tener una visión más amplia con énfasis en la acción multilateral y en coordinación con países estratégicos afines, en áreas específicas como migración, derechos humanos, ciencia y tecnología, medio ambiente, educación y cultura, además de definir objetivos concretos de carácter regional y bilateral.
“Es necesario replantear la relación con Estados Unidos en un marco de responsabilidad y prudencia (pero sin permitir posturas que ofendan la dignidad nacional o atenten contra la soberanía del pueblo mexicano), con miras a lograr una política de buena vecindad”, se afirma.
Además, la atención y defensa de los mexicanos en Estados Unidos será una prioridad del gobierno. Se fortalecerá la acción del Instituto de Mexicanos en el Exterior y se brindará apoyo, en general, a todas las organizaciones de mexicanos para la defensa de sus derechos, especialmente en la zona fronteriza.