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Una Argentina dividida acude a votar sobre aborto

El histórico debate por la legalización o no del aborto divide a los diputados dentro del recinto y al país afuera de él

Escrito en MUNDO el

Elisa Estenssoro es la jefa del servicio de Terapia Intensiva del Hospital San Martín de La Plata, el hospital público más grande de la provincia de Buenos Aires, Argentina, y ex presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). A lo largo de su carrera le tocó recibir a mujeres que llegaron a verla con las peores complicaciones producto de abortos mal practicados, por fuera de todos los parámetros médicos, en la clandestinidad, ilegales. 

Por eso, ella y su equipo vienen peleando por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo como una forma de terminar con lo que considera que es un problema social de acceso a la salud, y tienen todas sus esperanzas puestas en lo que decida el miércoles la Cámara de Diputados.

Con ella, hay cientos de mujeres en Argentina que se han unido para manifestarse por la despenalización del aborto, asimismo, grupos pro vida también han salido a las calles para dejar en claro su postura.

Argentina vota la despenalización del aborto; las claves del debate

Hasta ahora, el aborto es ilegal en Argentina excepto si la vida de la madre corre peligro o el embarazo es fruto de una violación. La legislación, que se remonta a 1921, contempla penas de cárcel de entre uno y cuatro años para aquellas mujeres que interrumpan su embarazo. 

La Cámara de Diputados de la Nación debate desde las 11:30  de la mañana la interrupción voluntaria del embarazo en un escenario cargado de incertidumbre: ayer fue firmado un dictamen de mayoría favorable al proyecto con 64 votos a favor y 57 en contra.

Llegan al recinto dos dictámenes, el de mayoría y uno de minoría, de rechazo del proyecto. El escenario de virtual paridad hace que las tratativas sigan hasta último momento: está previsto que la sesión de hoy se extienda más de 15 horas en un Congreso rodeado de manifestantes a favor y en contra de la iniciativa.

Hay seis diputados indecisos, que definirán la votación. Son: Facundo Garretón (PRO-Tucumán), Héctor Stefani (PRO-Tierra del Fuego), Jorge Franco (Argentina Federal, Misiones), Inés Lotto (FPV-Formosa), Mirta Pastoriza (Frente Cívico-Santiago del Estero) y Alejandra Vigo (Argentina Federal-Córdoba).

"Nosotros estamos acostumbrados a recibir pacientes que ingresan a terapia intensiva del hospital con abortos sépticos, que es la complicación más grave de un aborto mal practicado y la que lleva a la muerte. Hace mucho que venimos atendiendo a estas pacientes y viendo cómo muchas de ellas vienen a morir a terapia intensiva, asegura la doctora Estenssoro.

Otra intervención celebrada fue la de Mario Sebastiani, médico del Hospital Italiano. Dirigiéndose a los diputados, dijo: "Ustedes no legislaron si era moral o ético el matrimonio igualitario, sino que concedieron un derecho". Y añadió: "¿Si gana el no [a la legalización], quién gana? Los embriones no. Ha sido demostrado, porque tenemos más abortos en los países donde está criminalizado. Las mujeres tampoco, porque van a ir a la indignidad, a la clandestinidad y a la muerte".

Un testimonio que conmovió por lo crudo y auténtico fue el de Lorena Fernández, residente en la villa 31. Exclamó estar en contra del aborto y desafió a los presentes a que concurran a las villas y pregunten a cada mujer pobre si está de acuerdo con el aborto.

"Estoy cansada de que todas [las que promueven el aborto] se cuelguen de nosotras que somos pobres, humildes. Soy de la villa 31 y muchas como yo pensamos que un aborto es matar. Todas tenemos más de un hijo; yo tengo cuatro. Tengo una hija de 13 años; su papá (yo me casé con él) me pidió que aborte. Fui a una clínica y le dije a la doctora que no quería abortar, que ya había abortado a los 16 años, mis propios padres me lo pidieron", contó.

Lorena enfatizó:

"Existen métodos para cuidarse para todas las mujeres. Si tuviste relaciones a la noche porque te fuiste de joda y fue el primero que te bajó el calzón, agarrá, tomate una pastillita del día después y listo. No esperes un mes hasta que te venga la regla".

Otro testimonio que apeló a la fibra sensible de los diputados fue el de Carolina Anahí Mangold, santafesina, de 29 años, quien relató el "trauma" que vivió tras practicarse un aborto de manera casera.

Dijo que, entre los 15 y los 16 años, sufrió un atraso y su pareja la obligó a tomar dos pastillas de Oxaprost con un intervalo de media hora, y a colocarse una tercera de forma intravaginal.

"Empecé a sangrar mucho y a despedir restos de carne, y había un pedacito como si fuera un corazón", contó, visiblemente nerviosa. Vengo porque hoy lo puedo contar, pero viví un trauma muy fuerte", describió, al señalar que "el aborto no es la solución".

Desde el regreso de Argentina a la democracia, en 1983, el proyecto de ley a favor de la despenalización del aborto se presentó siete veces en el Congreso, pero nunca había logrado cruzar la puerta. Bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, Argentina fue el primer país latinoamericano en aprobar el matrimonio homosexual, en 2010, y en tener una ley de identidad de género, en 2012. Pero Fernández de Kirchner siempre se cerró en banda con el aborto. Su sucesor, Mauricio Macri, también se opone. Sin embargo, la presión social y la necesidad de desviar la atención de la incierta situación económica influyeron en la decisión presidencial de permitir el debate.

El debate parlamentario ha roto el tabú que existía en Argentina y decenas de mujeres han confesado por primera vez que en algún momento de sus vidas se negaron a ser madres o a tener un hijo más. Según estimaciones citadas por Rubinstein, entre 350.000 y 450.000 mujeres abortan cada año en Argentina. En 2016, 47.000 gestantes requirieron atención hospitalaria por complicaciones derivadas de interrumpir un embarazo y 43 fallecieron.

Final cerrado

Las posiciones en el parlamento han sido, desde el primer día, independientes de las afiliaciones políticas. Este miércoles, los que apoyan el proyecto llevaron pañuelos o brazaletes verdes, en contraste con los celestes que exhiben los contrarios.

"Nuestra función es escuchar. No es una decisión personal, sino de lo que nosotros representamos. Escuchando a los distintos sectores de la provincia de Buenos Aires tomé la decisión de acompañar", anunció a las puertas del Congreso el diputado Fernando Espinoza, de la agrupación peronista Unidad Ciudadana.

De los 275 diputados, 125 se habían manifestado en contra y 123 a favor. Minutos antes del inicio de la sesión, varios de los indecisos anunciaron sus posiciones, sin que quede claro aún qué postura tendrá la mayoría.

De los 275 diputados, 122 se habían manifestado en contra y 117 a favor.

"Hay un final abierto. Estamos viéndolo con mucha ansiedad", confesó la diputada Brenda Austin, de la Unión Cívica Radical.

Manifestaciones en la calle

Los argentinos se muestran tan divididos adentro como afuera del recinto parlamentario. Movimientos a favor y en contra de la legalización del aborto se concentraron a las afueras del Congreso, donde permanecerán hasta conocer el resultado final.

Allí, se colocaron carpas y varias mujeres que apoyan la propuesta legislativa narraron sus experiencias relacionadas con abortos clandestinos.