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Abismales, diferencias en el sistema de salud: Germán Martínez

La deuda del país con la salud de la población es enorme, sostiene el director general del IMSS; hay hospitales que dan vergüenza, así como resistencias para mantener una cobertura de salud fragmentada, reconoce

Escrito en ESPECIALES LSR el

Para Germán Martínez Cázares, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el diagnóstico es muy claro: el sistema de salud tiene dolencias y rezagos, pero también en algunas áreas cuenta con servicios de calidad “como los de los países escandinavos”.

“Este abismo en materia de calidad y eficiencia es el mayor desafío para la transformación hacia el modelo universal que el presidente Andrés Manuel López Obrador”.

En entrevista con LA SILLA ROTA, admite que el rezago en centros hospitalarios de diversas zonas del país “es una vergüenza” porque –en sus palabras– “dan enfermedades y dan muerte”; y de paso advierte que el sistema de adquisición de medicamentos debe ser sometido a revisión. Por ello, destaca que urge una mayor coordinación entre múltiples actores para permitir el establecimiento de un sistema unificado.

En ese sentido ve con buenos ojos la idea de comprar medicinas de manera directa y licitar por separado la distribución. Respecto a la batalla entre medicamentos genéricos y medicamentos de patente, el director del IMSS destaca que primero le interesan medicamentos de calidad y después, que sean baratos.

Y también reconoce que hay resistencias y obstáculos, principalmente en algunos estados, donde en ocasiones conviene más un sistema de salud fragmentado.

Martínez Cázares tiene un papel protagónico en este proceso de cambio, ya que encabeza la institución que atiende a 81.6 millones de mexicanos, entre derechohabientes y beneficiarios del programa IMSS-Bienestar.

Su corbata en tono verde, como el del emblema del IMSS, es sólo una manera de mostrar su compromiso. Se muestra seguro de la capacidad de la institución. Él es consciente de su rol fundamental y de que sobre sus hombros tiene la salud y el bienestar de más de la mitad de la población del país. Con firmeza, declara que su objetivo es recuperar la grandeza del instituto y que sea ejemplo para el Sistema Único de Salud.

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Al hablar del nivel de calidad y eficiencia que busca el presidente López Obrador, Martínez Cázares enfatiza: “Tenemos zonas al nivel de Escandinavia en el Instituto Mexicano del Seguro Social” y destaca que ese es el camino por el que deben avanzar para implementar el servicio de salud incluyente y sin fragmentaciones que beneficiará a los ciudadanos. 

Pregunta (P): No recuerdo un arranque de gobierno en el que haya sido tan predominante el tema de la salud. ¿Dónde estamos parados en materia de salud en México?

Germán Martínez (GM): Toda transformación tiene un grado de incertidumbre, pero también debe tener un grado de optimismo. Soy responsablemente optimista. También hay que decir que debemos caminar hacia un lugar que no conocíamos, por eso la demanda, por eso el reclamo y por eso la dolencia en salud. Es cierto, como dice el presidente López Obrador, que la deuda que tenemos las instituciones públicas de salud con el pueblo de México es enorme, quizás más que en educación.

P: Todos los días se reporta falta de recursos en las instituciones del sector. El fenómeno va desde falta de atención. Pero el mayor drama quizá sea que la gente entra viva a los hospitales y sale muerta… ¿Este rezago, particularmente en el caso del Seguro Social, de qué dimensión es?

GM: Por mucho tiempo han existido cifras ocultas. En el Instituto Mexicano del Seguro Social, en promedio, 300 personas fallecen diariamente en nuestras instalaciones por diversos padecimientos. Pero nacen en nuestras instalaciones, 1,200 niños. Yo tengo un superávit (financiero) de operación en el Instituto…, pero hay un rezago en infraestructura. Yo no estoy tranquilo con un superávit de operación y al mismo tiempo hospitales en ruinas. Solo en el cinturón que rodea al Popocatépetl hay instalaciones hospitalarias con graves daños como en Cuautla, en Puebla, en el Estado de México, la Clínica 25 en Iztapalapa o la de la Jardín Balbuena, la 21…

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P: En el discurso gubernamental de anteriores directores del Seguro Social siempre se dijo que se había logrado suficiencia financiera.

GM: Hay una suficiencia financiera para pensiones… en el corto plazo. En el largo plazo hay que pensarlo y, la verdad, hay un déficit en el seguro de maternidad y enfermedades.

P: La percepción es que esa suficiencia se logró obtener a costa de la calidad del servicio.

GM: … Y de no ampliar la cobertura y la infraestructura, también, y de no ampliar la conservación de muchos hospitales. Hay unidades de neonatología, aquí en Tlalnepantla, que dan vergüenza, y no sólo eso, dan enfermedades y dan muerte. Y en otras ciudades también. Hay que mantener un equilibrio entre finanzas y servicio. Sí, efectivamente, hay hospitales vacíos a determinadas horas, pero hay pasillos llenos siempre, en muchos hospitales. Cuernavaca da vergüenza, como en muchos centros hospitalarios, y necesitamos gastar sin miedo en reconstruir, en conservar y en pagarle a nuestro personal.

P: Si hay este panorama en el Seguro Social uno debe ponerse a temblar, porque si eso ocurre ahí, ¿qué no ocurrirá en otros sistemas hospitalarios?

GM: Quiero decir algo a partir de que el Presidente ofreció servicios de salud como en Europa, en Estados Unidos, Canadá. Los tenemos en algunas zonas del IMSS:  la terapia intensiva de Lomas Verdes, la terapia intensiva de Magdalena de las Salinas y de otros hospitales nuevos o de algunos viejos que se han conservado, o algunas historias de éxito de algún personal, de doctores con referencias mundiales. El problema es por qué no está generalizada esa calidad, tenemos zonas al nivel de Escandinavia en el Instituto Mexicano del Seguro Social, la pregunta es por qué no es general la atención en todo el instituto.

P: ¿Cuándo será posible compartir infraestructura entre instituciones para que el paciente sea atendido cerca de su hogar, que no haya servicios saturados y otros subutilizados?

GM: Nos debemos integrar entre nosotros. El Sistema Universal de Salud planeado no supone que desaparezcan los distintos institutos, sino que se coordinen. Nosotros debemos tener sistemas de referencia y de contrarreferencia de pacientes no integrados. No es bueno ni es humano que hospitales del IMSS, del ISSSTE o de Pemex estén en su capacidad a medias y en otros esté saturado. Los distintos sistemas de salud debemos dialogar administrativamente para que la capacidad hospitalaria se amplíe, no se trata sólo de construir hospitales, se trata de compartir hospitales y se trata de hacerlos de tiempo completo.

P: Desde hace años escuchamos esa idea ¿cuándo vamos a empezar a ver eso?

GM: Yo creo que se puede empezar a debatir, porque también el sistema de salud ha estado  fragmentado para salvaguardar poder, liderazgos políticos, corrupción o desviación de recursos….

P: ¿Dónde están los obstáculos? ¿Son más internos o externos? ¿los gremios se oponen?

GM: Yo veo voluntad en el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social a ampliar con generosidad la cobertura y a amarrar eficientemente un hospital de tiempo completo. Las resistencias son un poco locales, algunos gobernadores, las historias son claras, no hay que repetirlas.  Ahí están parte de las resistencias. Sí hay sistemas a los que les convienen un sistema de salud fragmentado.

P: … Y están el tema de las medicinas, precios, monopolios en la distribución, patentes…

GM: Sin duda alguna, los actuales modelos de servicios integrados de venta de medicinas y utensilios, bajo un sistema fraccionado, obtienen grandes ventajas. Esa es la verdad. 

P: Previendo una mayor integración, ¿qué pasa cuando los empresarios le dicen al IMSS: ''yo aporto para mi trabajador, pero tú le das servicio a una persona que no cotiza''?

GM: Hay 25 mil trabajadores que atienden a 13 millones de mexicanos que son subvencionados por el ramo 19 del presupuesto de la nación y eso es para medicamentos y consultas gratuitas a personas que no tienen seguridad social. Ese es el IMSS-Bienestar, que el mes que entra cumple 40 años, que se ha ido cambiando el nombre. Tenemos cuatro mil unidades médicas rurales, y muy buenos 80 hospitales en zonas rurales, de segundo nivel, que atienden padecimientos muy bien. Por ejemplo, enfermedades materno-infantiles están muy bien atendidas en esos 80 hospitales. Para el mundo rural y para la extensión del país son muy pocos, pero ese modelo es el que va a copiar, en el mejor sentido, el nuevo Instituto Nacional de Salud para el Bienestar que ha anunciado el Presidente, donde se va a depositar la infraestructura y el financiamiento del Seguro Popular.

P: Conocimos una “lista negra” de distribuidores de medicinas que gozaron de una concentración muy importante de contratos gubernamentales para la compra de sus productos en el pasado sexenio. ¿Dónde está la “lista negra” de los funcionarios que tuvieron acuerdos con esos distribuidores para darles esos contratos?

GM: Pues la verdad, es una buena pregunta, hay unos que están relevados, entre otras cosas, pues hay un nuevo director del IMSS. Primero, los relevó el voto popular; segundo, sí estoy yo preocupado por el control de los medicamentos; tercero, yo sí felicito y facilito que la Secretaría de Hacienda tenga un control sobre la compra de medicamentos y en ese sentido, la experiencia del IMSS se pone a su servicio.

P: ¿Cuál es la agenda de cambios de política hacia los fabricantes, los laboratorios farmacéuticos?

GM: Aquí el tema sí es delicado. Una cosa es tener registro sanitario, otra cosa es tener patente. Es compleja la compra de medicamentos, pero yo sí creo que se debe demostrar que la salud no es una mercancía, sino un derecho y que debemos lanzar nuestra red de compra a nivel internacional.

P: ¿El gobierno mexicano planea tener su propio sistema de distribución de medicamentos?

GM: Ése es el punto que me faltaba decir, una cosa es la sustancia, una cosa es la fabricación y otra cosa es la distribución. Y a veces gana más el que distribuye…. Yo lo digo públicamente, y lo he dicho internamente: no sería mala idea comprar la medicina físicamente y licitar por separado la distribución.

P: Que parte de esta polémica corresponde a la batalla entre medicamentos genéricos y medicamentos de patente, ¿cuál es la visión del nuevo gobierno, particularmente del Seguro Social?

GM: Yo sí quiero medicinas de calidad primero y, después. baratas.

P: ¿En ese orden?

GM: Sí.

P: Porque en otros años ha sido al revés, ¿no?

GM: Pues es que no debemos poner en riesgo nada de la vida y el orden es importante, la medicina de calidad, si los genéricos son de calidad, bienvenidos, si hay alguna duda, científica, médica, no soy el autorizado yo para decir eso, pero no debemos poner en riesgo la vida de nadie.

P: Se habla ya de un circuito de proveedores de medicinas en la India, en Pakistán, en Rusia, al parecer muy baratos, pero no necesariamente con estándares de calidad ni con certificaciones adecuadas. ¿Se les comprará a ellos para ahorrar?

GM: Yo lanzo esta idea al aire. Si consolidamos nuestro sistema de salud en México y compramos medicinas en forma unificada, podemos luego aprovechar que el Instituto Mexicano del Seguro Social tiene una Conferencia Interamericana de Seguridad Social con países de toda América. Podemos organizar la compra de una sustancia a nivel continental, a nivel América Latina. ¿Por qué no? Y que la lidere el IMSS, tiene el mecanismo.

P: Siempre un sexenio pasa más rápido de lo que se espera. ¿Cuáles son las tres cosas que Germán Martínez quisiera dejar bien arraigadas cuando deje de ser director del IMSS? 

GM: Tengo claro qué no quiero dejar: la vergüenza pública, mantener un buen nombre cuando salga del Instituto Mexicano del Seguro Social. Quiero dejar bases para consolidar un Sistema Universal de Salud al estilo IMSS, quisiera dejar más segmentos poblacionales que responsablemente se aseguren, como las trabajadoras del hogar, que vamos caminando en la dirección correcta; como los jornaleros o los campesinos, y a quienes son víctimas de un outsourcing abusivo, como los trabajadores de la construcción. Finalmente, me interesa dejar un IMSS en el que haya orgullo por su pertenencia y no dé vergüenza ni dé miedo ingresar al Instituto Mexicano del Seguro Social. Se puede recuperar la grandeza del instituto, eso lo vimos en los 70. Es una institución querida, muy mexicana, en la que todos hemos participado para hacerla como está, tan grande, tan virtuosa, si bien con sus defectos, a nivel nacional.

AJ