La muerte del periodista y crítico de la corona saudita, Jamal Khashoggi el pasado 2 de octubre sigue sin resolverse a pesar de que 11 sospechosos están siendo procesados por el homicidio.
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Por esta razón, activistas de Amnistía Internacional exigieron afuera del consulado de Arabia Saudita una investigación internacional independiente para esclarecer el caso.
El periodista fue asesinado en el consulado de Riad en la ciudad de Estambul por un comando de 15 agentes sauditas que fueron vistos por la esposa de Khashoggi, Hatice Cengiz y por cámaras de seguridad.
Cengiz denunció que Khashoggi había ingresado al consulado para realizar algunos trámites sin embargo, nunca salió. El periodista entregó dos teléfonos a su esposa y le advirtió que de no salir llamara a un asesor del presidente Turco, poco después el mandatario aseguró que se trató de un asesinato planificado.
Khashoggi fue asesor del Gobierno saudita por décadas pero el año pasado escapó del país y pidio exilio a los Estados Unidos donde trabajó como columnista con críticas hacia el Gobierno saudita y principalmente a su heredero, el príncipe Mohammad Bin Salman.
Las investigaciones del Gobierno turco revelaron imágenes de las cámaras de seguridad que confirmaban la entrada de Jamal y minutos después el ingreso de vehículos diplomáticos.
Durante más de dos semanas, Arabia Saudita negó tener conocimiento de su paradero, incluso el príncipe heredero confirmó que Khashoggi había abandonado el consulado "después de unos munutos o una hora".
Sin embargo, el 20 de octubre la Fiscalía Saudita admitió la muerte de Jamal dentro del consulado durante una pelea a puños para después afirmar que la causa de muerte fue estrangulamiento al intentar resistir ser trasladado a Riad, y más tarde dijo que fue debido a una operación deshonesta por orden de un oficial de inteligencia.
Las explicaciones contradictorias siguieron hasta que el 15 de noviembre, el fiscal saudita dijo que Khashoggi murió por una inyección letal para después ser desmembrado y sus partes entregadas a un colaborador. Las investigaciones turcas arrojan que el cadáver pudo ser disuelto en ácido.
En grabaciones del asesinato filtradas por la prensa turca y estadounidense, se escucha al cónsul general de Arabia Saudita decirle a los agentes que lo hagan afuera o lo meteran en problemas.
Aunque no se conoce el paradero de su cuerpo ni quien dió la orden, algunos de los agentes implicados tienen vínculos con el príncipe heredero.
vmff