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Encienden Ruiz Massieu y Mario Delgado sesión en San Lázaro

Este primero de septiembre, luego de la entrega del Sexto Informe de Gobierno, se abrió periodo de sesiones en la 64 Legislatura

Escrito en NACIÓN el

La senadora priísta Claudia Ruiz Massieu encendió los ánimos con su posicionamiento durante la primera sesión ordinaria del Congreso de la Unión, celebrada este 1 de septiembre en la Cámara de Diputados.

Vestida de blanco, la actual dirigente del PRI, quien como secretaria general del partido vio como los priístas fueron arrasados por Morena, lanzó dardos que llegaron a los morenistas. Anunció que el PRI sí sabrá ser oposición.

“Porque somos gobierno, conocemos el egoísmo de la oposición que todo rechaza solo por consigna. Nosotros no seremos eso, no obstruiremos lo que sirve, porque esas actitudes son de partidos pequeños, y el PRI es un gran partido”, expresó desde la tribuna y frente a las curules ocupadas por sus compañeros legisladores, que además llevaron a familiares y a invitados.

 

Continuó y dijo que los priístas no son mercenarios de la política, ni que tampoco cambian de lealtades e ideología tan pronto como el poder cambia de manos.

Los legisladores morenistas –algunos de los cuales han recorrido las filas de distintos partidos antes de llegar a Morena y que además se han quejado que cuando eran oposición eran maltratados por quienes detentaban la mayoría- desde el lado izquierdo frente a la tribuna, reaccionaron a las palabras de Ruiz Massieu y comenzaron con una voz colectiva el conteo para recordar a los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, y siguieron con la consigna de “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Pero la actual dirigente del PRI, hija del ex gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, y quien fuera secretaria de Relaciones Exteriores en el actual sexenio, no se amilanó y continuó con su posicionamiento, en pleno inicio de la cuarta transformación, dirían los morenistas.

Les exigió ser un contrapeso al Poder Ejecutivo y no ser grupos parlamentarios oficialistas. Incluso adelantó que los morenistas podrán cumplir su promesa de no subir los impuestos a la gente, pero gracias a “la agenda progresista que impulsamos durante décadas”, y a la reforma hacendaria impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, pero cuyos costos políticos pagaron los priístas, aseguró, lo que causó también rechiflas y gritos.

Durante la intervención de la priísta además del conteo por los normalistas le exhibieron pancartas, le gritaron corrupta, y se pusieron a gritar “es un honor, estar con Obrador”, lo que causó la impaciencia del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, que campanita en mano les pidió a sus compañeros legisladores orden y respeto.  

“Estamos en una etapa de reconstrucción, no de democracia colérica”, les dijo.

Pero el último turno de los posicionamientos estaba reservado para la mayoría parlamentaria, la de Morena, y el diputado federal Mario Delgado mostró su indignación por el mensaje de Ruiz Massieu. Recordó el escándalo de la Casa Blanca que no se puede ocultar aunque la corrupción la pinten de blanca, lo que causó el regocijo de los morenistas. Pero no solo eso, recordó la crisis de derechos humanos que vive México por los miles de desaparecidos.

El ex secretario de Finanzas del gobierno capitalino estaba encendido, y aunque el discurso ya lo llevaba redactado, parecía escrito ex profeso para responder a Ruiz Massieu y a las críticas vertidas por el también diputado del PAN, Jose Luis Romero Hicks, que calificó de “decimonónica” a la figura de superdelegados propuesta por Andrés Manuel López Obrador para representar al gobierno federal en los estados.

“O estamos en la noche de los cínicos o parece que aquí hay varios partidos que no entendieron el mensaje. Se necesita muy poca vergüenza para venir aquí y decir que por décadas han servido al país cuando se han servido del país y lo han saqueado”, criticó Delgado.

También recordó que 30 millones de mexicanos votaron contra las reformas estructurales y consideró que hay una crisis de derechos humanos por los miles de desaparecidos y añadió que con el nuevo Congreso –de mayoría morenista- inicia “la salida de la larga noche de violencia, estancamiento económico, pobreza y corrupción” y como si fuera el cura Hidalgo en el inicio de la independencia gritó “que viva la cuarta transformación” y que viva México”.  

MUÑOZ LEDO, DE UNA PIEZA

“Esta es la hora cero de la República”, dijo, solemne, con su voz de estruendo, pese a sus 85 años, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, ex priísta, ex perredista y ahora morenista, durante el inicio de la primera sesión

Dicha sesión será recordada por esa frase propia de un tribuno como es Muñoz Ledo, exsenador, ex Constituyente de la Ciudad de México y ya con experiencia como diputado federal, pero también será rememorada porque pese a su edad llevó la sesión con mano de hierro.

Aplacó a Gerardo Fernández Noroña, quien minutos antes, ofendido, en el salón de Protocolos, pidió al Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, una disculpa porque el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, no entregó su Sexto y último informe de gobierno a la Cámara de Diputados, pese a estar obligado constitucionalmente.

El polémico legislador, que gusta de sostener duelos hasta por twitter, llevó la misma queja a la tribuna de la Cámara de Diputados, donde calificó de “ofensa” que el titular del Ejecutivo no llevara en persona el informe, y le pidió suspender esa reunión que hará el lunes en Palacio Nacional para dar a conocer su informe. Muñoz Ledo primero le recordó que no era tema de la primera sesión, pero ante la insistencia de Fernández Noroña, le ofreció que su moción sería transmitida por los conductos debidos.

Después, pidió la palabra el llamado senador independiente Emilio Alvarez Icaza para expresar su inconformidad de que en la primera sesión no se le diera la palabra para un posicionamiento a los legisladores independientes. Muñoz Ledo, con toda su experiencia le recordó al ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que él no era un senador independiente sino sin partido, porque llegó postulado por tres pero al tener su curul se declaró independiente.

Muñoz Ledo también expresó desde su cargo en la Mesa Directiva que el país vive “una refundación, ya que el pueblo de México ha otorgado a sus representantes el mismo mandato” y recalcó que son tiempos de reconciliación, al cual definió como un método para construir juntos, pero advirtió que “no un subterfugio para olvidar. Nadie puede abolir la historia, ejercemos tanto el derecho a la memoria como el don de la tolerancia y acatamos el imperativo de la justicia”.


ATENCO NO SE OLVIDA

En los posicionamientos de los partidos más chicos, también se dieron pequeñas muestras de desorden, como cuando el coordinador de los diputados del Partido Verde Ecologista de México, Carlos Puente, defendió la administración del presidente Peña Nieto, y recibió rechiflas, y una diputada se paró y elevó una pancarta con la leyenda de “Atenco no se olvida”, pero Puente insistió y se llevó más rechiflas, que cesaron cuando también reconoció al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano y antiguo aliado de López Obrador, le pidió al nuevo presidente electo darle la vuelta al gasolinazo y advirtió que si no cumple será “su primera traición al pueblo de México”. A la mayoría de Morena le ofreció los votos de su partido para eliminar el fuero. Pero su discurso fue largo y comenzó a recibir rechiflas, lo que obligó a Muñoz Ledo a pedir mantener el orden y al senador acabar pronto. Al no dar visos de que acabaría su discurso, Muñoz Ledo le reiteró su petición. Pero el ex gobernador de Veracruz se empeñó en no abreviar y recibió más rechiflas.

VIEJOS CONOCIDOS

La convocatoria a la sesión mostró a viejos conocidos del Poder Legislativo: por ahí apareció el morenista Martí Batres, que como presidente de la Mesa Directiva del Senado atrajo un avispero de fotógrafos y reporteros; el ex dirigente del PAN y ahora senador, Gustavo Madero; el dirigente de facto del Partido Verde Ecologista de México, Jorge Emilio González, o el ex diputado federal y ahora senador, el priísta Jorge Carlos Marín, quien acudió en muletas.

De buen humor, dijo que es la muestra de que uno “puede meter la pata sin importar la edad”.

También se vio a la ex gobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri Riancho, quien regresa al trabajo legislativo como diputada decana, o a la ex perredista y ahora morenista Dolores Padierna, quien también será diputada federal.

Además, se vio a nuevos legisladores pero que son personajes con experiencia en cargos públicos, como la ex jefa delegacional de Miguel hidalgo, Xóchitl Gálvez, o el ex titular de la CDHDF, Emilio Alvarez Icaza, ambos ahora convertidos en senadores

POCAS MANIFESTACIONES

A las afueras del Palacio Legislativo de San Lázaro solo llegaron dos manifestaciones, una de supuestos usuarios del IMSS que fueron a quejarse por falta de abasto de medicinas en el Instituto Mexicano del Seguro Social, y una marcha de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que a través de una comisión fue recibida por el diputado de Morena Marco Antonio Carbajal.

Un trabajador de la Cámara de Diputados no dejó de observar que cuando Morena era la oposición las manifestaciones eran más abundantes en los alrededores, y recordó cómo antes el presidente de la República llegaba a la entrada principal del Palacio a entregar su informe, pero la tradición se interrumpió con el panista Vicente Fox, quien ya no entregó el último informe, y desde entonces ni Felipe Calderón ni Peña Nieto lo han hecho.

“Era más bonito”, concluyó.