A buena hora el canciller mexicano, Luis Videgaray, aclaró que no tiene aspiraciones presidenciales.
En el informativo “Despierta” de Loret de Mola, Videgaray dijo “no, no, no…” a la posibilidad de convertirse en aspirante presidencial por el PRI.
Y decimos que a buena hora toma esa decisión porque empezaba a crecer –en redes sociales- y entre la opinocracia, la especie de que al regresar a la cancillería, Videgaray se podría convertir, en automático en el candidato presidencial por el PRI.
Pero al mismo tiempo crece la imagen del que puede ser uno de los titulares, de la diplomacia mexicana, más importante.
Y no, no se trata de una confusión, tampoco de una contradicción. En realidad Videgaray tiene todo para ser uno de los mejores secretarios de Relaciones Exteriores, pero ninguna posibilidad para aspirar a la candidatura presidencial por el PRI.
¿Por qué razón?
1. Tiene pocas, o ninguna posibilidad de ser candidato presidencial, no sólo por los tropiezos que tuvo en su gestión al frente de la Hacienda Pública, sino porque paga el precio de la escaza popularidad, al ser el hombre más cercano al presidente Enrique Peña Nieto.
Dicho de otro modo, que si Videgaray no pintaba para la sucesión de 2018 cuando era el poderoso Secretario de Hacienda, menos brillará hoy desde la cancillería.
2. Sin embargo, a querer o no, el puesto de titular de la SRE no tenía otro prospecto más idóneo que Videgaray.
¿Por qué?
Porque Videgaray fue el único en el gabinete presidencial y entre la opinocracia mexicana que alcanzó a detectar el riesgo de que Donald Trump se convirtiera en presidente de Estados Unidos.
Los cálculos de Videgaray se cumplieron y, hoy Trump es presidente. Y el sentido político, diplomático, y hasta el sentido común confirman que el mejor hombre para la cancillería debía ser aquel que prendió los focos rojos sobre la potencial llegada de Trump.
Nadie sabe que va a pasar en la relación entre México y Estados Unidos durante la presidencia de Trump. Nadie puede adivinar cual sería el destino de esa relación a partir del 20 de enero, pero lo que si se sabe, es que Videgaray tiene las herramientas para entender al nuevo gobierno de Estados Unidos.
Pero además, el desgaste político de Luis Videgaray en los dos años que restan de la gestión de Peña Nieto, seguramente lo colocarán como unos de los potenciales aspirantes presidenciales con mayor debilidad.
Por ello, Videgaray hizo lo correcto al descartarse como potencial precandidato presidencial del PRI.
Al tiempo.