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Una nueva etapa

¿Cómo hacemos para que nuestros autores nacionales sean conocidos en todos lados?

Por
Escrito en OPINIÓN el

Hoy empiezo una etapa de textos y comentarios con una temática que gira alrededor del mundo del libro y de la lectura. Desde aquí trataré de señalar los elementos básicos para la construcción de opinión y, en su caso, de modificación de las percepciones y de las políticas sobre ese gran tema.  

 

Aspiro a que a través de las semanas vaya armándose una agenda con los temas de discusión necesarios para lograr, dos cosas, cuando menos: una comprensión del mundo del libro, sus complejidades, sus actores, su problemática en nuestro país, y además, la necesaria reflexión sobre la lectura, sus indicadores, sus políticas de fomento y promoción, los esfuerzos y las resistencias.

 

No serán textos “eruditos” (no lo soy ni pretendo serlo) sino reflexiones dirigidas a todos los actores de la red de valor del libro y a todos los interesados por la supervivencia y desarrollo de la cultura escrita como elemento estratégico de desarrollo social, que permitan clarificar las distintas visiones, con el fin de que poco a poco construyamos consensos.

 

¿La lectura y el libro, valores estratégicos de la cultura?

Compartimos un idioma con más de veinte países y es la generación de obras nacionales lo que hace distinta nuestra participación en el extranjero. [No olvidemos, por lo demás, que somos una nación pluricultural y que deberíamos de considerar los idiomas que conviven y subsisten en el país y hacernos la pregunta, provocadora por cierto, sobre si es necesario que el español sea nuestra lengua oficial. Yo digo que no].

 

Salir al mundo con nuestras culturas será lo que nos distinga. Estoy convencido de que a través de los libros, de las publicaciones de autores nacionales, tenemos algo que decir a los demás. Debemos reivindicar y promover seria y ampliamente a nuestros autores para que sean conocidos en el gran mercado de habla hispana y en el amplio mundo de los otros idiomas, de las otras naciones.

 

Los autores nacionales que actualmente son conocidos en otras latitudes son resultado de un esfuerzo individual o, en todo caso, de las empresas editoriales donde publican, y no de una labor programada, concertada de promoción de las culturas de nuestras naciones internas y de la cultura común del país. Ese es, en primer lugar, el gran reto: ¿cómo hacemos para que nuestros autores se conozcan en todos lados? Eso, por supuesto no significa la garantía de éxito para nadie pues depende de la calidad y creatividad individual y de muchos otros elementos del autor (la temática, por ejemplo), más allá de la promoción editorial.

 

Este esfuerzo de reflexión sólo podrá ser posible con el concurso de todos aquellos que quieran participar. No es mi idea, es un espacio que puede servir de fuente, expresión y, en todo caso, abrevadero de ideas. ¿Por dónde empezamos?

 

Además…   

El insoportable calor, la sequedad del ambiente, la nariz y garganta completamente seca; la piel quebradiza, casi como de cartón piedra, son los efectos inmediatos por la contaminación en la Ciudad de México. El mal humor (y no me refiero aquí al que Peña Nieto señala), la irritabilidad están a la orden del día. Las políticas ambientales de los gobiernos estatales y del gobierno federal son solamente paliativos, pues no se atreven (¿quién lo haría?) a suspender la actividad industrial, o la circulación del transporte de carga.

 

Hoy vivir en esta ciudad es muy caro... y no hablo de ingreso o erogaciones, hablo del riesgo para la vida. Lo más triste es que no hay forma de hacer la vida en otro lado. Años y años de centralización de la actividad provocan que no haya posibilidades de vivir y trabajar en otra parte; la inseguridad, de la que no estamos exentos, se vive de manera distinta: todavía podemos caminar por algunas calles en la noche, o ir al cine, aunque cada día se ve más difícil.

 

Sí, no hay carteles, nos dice el jefe de Gobierno, como si eso fuera un consuelo: hay delincuencia, (y agrego yo, hay connivencia entre autoridades, cuando menos las policiacas, hay abandono e irresponsabilidad). Y, por supuesto, no es con un proceso que de entrada se muestra ilegítimo como se resolverá la situación. Y me refiero a la convocatoria para construir la constitución de la ciudad; nos siguen viendo como niños, nos siguen tratando como ciudadanos de segunda.

 

Nadie quiere dejar de lado el gran coto de caza que significa esta megalópolis. Tener el control de la ciudad es lo más cercano a tener el control del país. Ahorcar o apoyar a alguien desde la ciudad tiene beneficios y consecuencias. No hacer caso de lo que los ciudadanos quieren y violentar lo que los ciudadanos votaron en 2015, es, cuando menos, una gran falta de respeto, por no decir otra cosa.

 

Facebook: carlos.anayarosique

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