Todos los ciudadanos somos peatones y todos tenemos como espacio común las banquetas. La madre que empuja una carriola, los niños que salen de la escuela y las familias que pasean el fin de semana; desde el hombre más poderoso al más sencillo, todos usamos las banquetas.
Las calles de la Ciudad de México ocupan el 30% de nuestro territorio urbano. El 85% del espacio vial es ocupado por coches. El 21% de las calles de la Ciudad de México no tiene banquetas. El 89% de las banquetas no tienen infraestructura de accesibilidad para personas con alguna discapacidad. En una Ciudad con un promedio de 1,091 muertes anuales por hechos de tránsito, esto tenemos que cambiarlo.
La Ley de Movilidad establece una jerarquía para la calle, en la cual el peatón es el actor principal debido a su condición de vulnerabilidad y de prioridad, pues todos los ciudadanos somos peatones en algún momento. Se estima que cada persona usuaria de transporte público camina aproximadamente 2.5km al día, pero lo hacemos en una ciudad que hoy no cuenta con infraestructura peatonal suficiente ni de calidad.
Cuando invertimos en la construcción de segundos pisos, el fenómeno de tráfico inducido genera más coches y más tránsito con el tiempo. Invirtiendo en banquetas, cruces seguros y señalización, buscamos que las calles sean más atractivas y seguras para caminar, y con esto desincentivar el uso del coche.
Los viajes a pie son un sistema de movilidad, por lo que hoy diseñamos las políticas necesarias para integrarlos al Sistema Integrado de Transporte (SIT). Nuestra prioridad es generar infraestructura peatonal en zonas de intercambio modal, de tal forma que los usuarios de transporte público, que representan el 70% de los viajes de la Ciudad, puedan gozar de una movilidad más eficiente y segura.
El Estado, en su definición básica, existe para garantizar la seguridad de las personas. En este sentido, las banquetas son indispensables. Los hechos de tránsito son la primera causa de muerte en edad escolar (5 a 14 años) a nivel nacional y la quinta en edad productiva (15 a 64 años) en el Distrito Federal. El 60% de los atropellamientos de la Ciudad ocurren en zonas que no cuentan con infraestructura peatonal, y cabe aclarar la definición de este término.
La infraestructura peatonal no son puentes peatonales que dan la prioridad de paso al coche a la vez que las personas nos vemos obligadas a subir y bajar escaleras para poder cruzar una calle. El objetivo de la infraestructura peatonal es facilitar la caminata y garantizar la seguridad del peatón, a nivel de calle, procurando que las personas tengan espacios amplios, cómodos, accesibles y protegidos para ejercer su derecho a la movilidad.
Las banquetas son primas de los parques, no de las calles. Actualmente, muchos ven a la banqueta como extensión de la vía, y nos enfrentamos diariamente con coches estacionados donde deberían caminar los peatones. Al igual que un parque, una banqueta es un espacio público destinado al libre tránsito de peatones, donde necesitan prevalecer criterios de equidad y no podemos permitir que la banqueta sea apropiada para otro propósito.
El futuro de la Ciudad se construye, hoy, sobre la base de nuestras acciones. Queremos una Ciudad a escala humana, que invierte en infraestructura a escala humana. Por esto implementamos la jerarquía de movilidad y tenemos como prioridad la seguridad y bienestar de las personas.