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Un gobierno sin confianza

¿De dónde van a salir los recursos para reactivar la economía nacional?

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Escrito en OPINIÓN el

Al calor de la campaña de 2012, el entonces candidato Enrique Peña y su equipo –encabezado por Luis Videgaray- prometieron y se comprometieron a duplicar el crecimiento económico promedio logrado en los dos sexenios panistas, el cual calificaban como “mediocre”.

 

A tres años de distancia, vemos con preocupación que las promesas y compromisos notariados de quienes decían sí saber gobernar no se han cumplido y, por el contrario, presentan signos de alerta que se acumulan cada semana.

 

El más reciente de estos signos de alerta económica –que se suma a las bajas en las expectativas de crecimiento, a los anuncios de recortes presupuestales, a la caída del dólar, al alza de la gasolina, etcétera- es el Índice de Confianza Empresarial (ICE) de abril 2015, revelado por el INEGI. 

 

Este índice institucional  -elaborado con los datos de la Encuesta MensualOpinión Empresarial (EMOE)- nos permite conocer la opinión de los directivos empresariales del sector manufacturero, de la construcción y del comercio sobre la situación económica que se presenta tanto en el país como en sus empresas.

 

¿Y cuál es la calificación de los hombres y mujeres que invierten y generan empleos en este país sobre el rumbo económico que llevamos?

 

De entrada, el ICE de abril de 2015 reprueba la situación financiera actual al ubicarse en 48.4 puntos (de 100 en total) y, por tercer mes consecutivo presenta un registro global descendiente y por debajo del umbral de los 50 puntos.

 

Al desglosar los datos de los tres sectores consultados y compararlos contra los arrojados en el ICE de abril de 2014, las opiniones son poco alentadoras: la confianza del sector comercio se desplomó 6.7 puntos; el de la construcción cayó 4.5 puntos, y en el manufacturero la confianza empresarial disminuyó 3.1 puntos.

 

Otro dato relevantes que aparecen en la ICE es el componente “momento adecuado para invertir”; en este caso, los empresarios del sector comercio otorgaron sólo 22.8 puntos de confianza y el descenso, respecto a 2014, es de 13 puntos; en el sector construcción, la calificación es de 30.1 puntos, lo cual implicó una caída de 5.7 puntos en un año; la calificación de los manufactureros del “momento para invertir” también bajó de 43.5 a 38.4 puntos en el mismo período.

 

La perspectiva de los empresarios sobre el futuro financiero de México, de igual forma, registra un desplome notable: en el sector comercio cayó de 64 a 56 puntos; entre los constructores, el desplome fue de 9.2 puntos, al caer de 65.3 a 56; los empresarios manufactureros, por su parte, ubicaron apenas en 50.6 puntos la confianza en un mejor futuro económico.

 

Al ver estos datos es claro que la percepción de los empresarios mexicanos reflejada en el ICE –y que coincide con el sondeo entre 500 CEO consultados por la revista Expansión- contrasta con las declaraciones triunfalistas y nuevas promesas de un mejor futuro económico, lanzadas en los eventos a los que acude el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

 

Esta distorsión entre la realidad y el discurso oficial es muy preocupante, ya que el gobierno federal parece negarse a reconocer un problema de credibilidad, confianza, manejo de las finanzas públicas, así como los efectos desastrosos de la reforma fiscal que inhibió la inversión productiva y la estabilidad económica.

 

Y si los empresarios, al igual que 7 de cada 10 ciudadanos, no confían en el actual gobierno, entonces: ¿De dónde van a salir los recursos para reactivar la economía nacional?, ¿para qué sirvió todo el esfuerzo que hicimos los legisladores para aprobar reformas estructurales?, ¿cuál es el plan del gobierno federal para recuperar la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros?, ¿Qué autoridades darán la cara y asumirán la responsabilidad por el estancamiento del crecimiento económico del país?, ¿ahora sí van a reconsiderar una contrarreforma fiscal?

 

Hoy, a tres años del actual gobierno, tenemos más dudas que certezas y, al parecer, la única respuesta oficial es hacer más promesas o actuar como oposición y culpar a otros partidos –principalmente al PAN- de su propia incapacidad para dar resultados.

 

@JVillalobosS