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Trump y la decadencia de Estados Unidos

Es realmente insólito el marco noticioso en el que aparece Donald Trump.

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Escrito en OPINIÓN el

La llegada de Trump al poder tiene muchos significados colaterales y más allá de la idea de hacer a Estados Unidos un gran país de nuevo. Caben las preguntas: ¿Cuándo dejó de serlo? ¿Y si el propio proyecto de Trump lo va a hundir de verdad?

 

Algunos puntos al respecto:

 

  • Los grandes analistas decían que ya electo cambiaría su discurso de odio… cuando menos en sus declaraciones en redes sociales y en su primera rueda de prensa como presidente electo no se vio eso, al contrario, se vio el mismo discurso de odio.

 

  • A los mexicanos ya nos está costando su posición… al impedir la apertura de una nueva planta de Ford en San Luis Potosí no sólo se perdieron empleos y oportunidades, el peso se debilitó (más) frente al dólar. En lo personal no hay mucho qué hacer al respecto, lo único que me queda claro es que Ford es una empresa cobarde y lo último que haría sería comprar un automóvil de ellos.

 

  • Trump intentó lo mismo con la BMW y como esa es una empresa más seria y con el respaldo de un país serio evidentemente, no cayó en el juego del magnate.

 

  • China, desde recién electo Trump le ofreció apoyo económico y político a México y ayer en voz de su Presidente expresó su rechazo al proteccionismo que propone Trump y advirtió una guerra comercial… interesante como se va alineando el nuevo mundo, Trump desdibujando a su país (antes de siquiera ser presidente en funciones) y China (sí, China) dando lecciones de libre mercado… sólo falta que le empiece a dar lecciones a Trump y al mundo de libertad y democracia.

 

  • Es realmente insólito el marco noticioso en el que aparece el presidente electo de Estados Unidos; desde declaraciones francamente misóginas y dignas de un patán de cantina, pasando por los rumores de prácticas sexuales muy subidas de tono (supuestamente grabadas en Rusia) y llegando hasta los rumores de intervención del gobierno de Rusia a favor de Trump en las elecciones. Es el presidente electo de Estados Unidos menos respetable de la historia, por no decir que es una vergüenza pública.

 

Ojalá pronto note que los productos norteamericanos como sus comestibles, su oferta cultural (música, cine, deportes, etcétera), sus franquicias, su ropa, sus automóviles y muchas otras cosas más se les puede poner la misma carga impositiva del 35% con la que él amenaza a quienes ponen fábricas en otros países y sería muy divertido ver cómo el poder económico de Estados Unidos se acaba.

 

El capitalismo norteamericano tiene un virus de raíz que Chesterton supo observar desde principios del siglo pasado y es tan simpe como:

 

 

“El sistema capitalista bueno o malo, verdadero o falso, se apoya en dos ideas: la de que el rico siempre será suficientemente rico para pagar salarios al pobre, y la de que el pobre será lo bastante pobre como para querer ser asalariado […] Si el capitalismo no puede pagar tanto como para tentar a los hombres para que trabajen, el capitalismo está, según los principios capitalistas, en simple bancarrota”[1].

 

Si Trump quiere que los norteamericanos consuman los productos norteamericanos solamente y que sólo se fabriquen en Estados Unidos pasará una de dos: o los productos norteamericanos subirán tanto de precio que simplemente no sean competitivos (hay que recordar que los salarios son mucho más altos que en México y en muchos otros países) o bien bajan los salarios de los trabajadores (cumpliendo con su proyecto de generar más empleos que nadie) y deja de ser tentador trabajar ahí y se empieza a “devaluar” el país junto con sus salarios.

 

El viernes toma protesta Trump y posiblemente con eso empiece la era más obscura y decadente de Estados Unidos… una era de proteccionismo económico, de xenofobia, de discriminación y de soberbia… básicamente lo contrario a lo que Estados Unidos ha promovido durante décadas y contrario a lo que le dio el liderazgo mundial que ha tenido hasta hoy.

 

@JulioCastilloL 

@OpinionLSR

 

[1] Chesterton, G. K. (2010). Los Límites de la cordura: el distributismo y la cuestión social. El buey mudo.

 

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