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Trump, Foucault y el odio

“Fear is the path to the dark side. Fear leads to anger. Anger leads to hate. Hate leads to suffering”: Yoda (Star Wars , Episodio I).

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Escrito en OPINIÓN el

El odio y el enojo son armas poderosas y efectivas para impulsar la movilización y la acción política y social. Lo supo Goebbles, lo supo Chávez y lo sabe el otrora estrella de la televisión “reality”, empresario de las bienes raíces y ahora precandidato a la presidencia del país más poderoso del mundo, Donald Trump. Lograr desarrollar un discurso de odio que se arraigue efectivamente en las masas es la gran diferencia entre contar con esparcidos grupos de odio y choque aislados y socialmente mal vistos o pasar por periodos históricos de sufrimiento y represión.

 

En el 2007  el psicólogo social británico Mack  Finlay publica su artículo académico The propoganda of extreme hostility [1].La investigación se enfocó a encontrar coincidencias entre los discursos de odio elaborados y difundidos  por Joseph Goebbles, ministro de propaganda para la Alemania Nazi; George Lincoln Rockwell, fundador del Partido Nazi Americano y por Meir Kahane,  el sionista fundador de KACH, organización que buscaba retirar a los árabes de Israel. Finlay derivó cinco tendencias de discursos de radicales, mismas que aquí utilizaremos para analizar la ideología del señor Trump. 

 

El enemigo externo

 

En la Alemania Nazi se culpó a los judíos por la situación económica del país; en los años cincuenta y sesenta los supremacistas blancos de los Estados Unidos culpaban a los negros de ser los responsables del delito, “robarle” los empleos al hombre blanco y erosionar las tradiciones culturales estadounidenses. Hace poco, Trump declaró:

 

“"When Mexico sends its people, they're not sending the best. They're not sending you, they're sending people that have lots of problems and they're bringing those problems with us. They’re bringing drugs. They’re bringing crime. They’re rapists”.[2]

 

Estos posicionamientos, convertidos en argumentos retóricos se utilizan para la construcción  de lo que se denomina Casus Belli, término en latín que significa “motivo de guerra”. La adopción entre las masas de estos guiones logran profundizar las ya existentes brechas ideológicas y diferencias sociales hasta llegar al punto de una declaración de guerra.

 

 

Enemigos internos

 

El concepto del “mal judío” y el “nigger lover[3]” son mecanismos de control que se utilizan  para reprimir aquellos miembros del grupo dominante que se muestran en contra de las ideas racistas y extremas. Retomando esta herramienta, Trump hizo la siguiente declaración acerca de las personas que no compartían sus creencias para hacerlos quedar como “malos americanos”:

 

“I have lost a lot during this Presidential run defending the people of the United States. I have always heard that it is very hard for a successful person to run for President. Macy’s, NBC, Serta and NASCAR have all taken the weak and very sad position of being politically correct even though they are wrong in terms of what is good for our country. Univision, because 70% of their business comes from Mexico, in my opinion, is being dictated to by the Mexican Government”. [4]

 

Denuncias internas

 

No basta con rechazar a los miembros del grupo que no piensan de la misma, el discurso radical  busca señalarlos públicamente para ejercer presión social. Hacemos referencia a los aparadores que los Nazi ponían en espacios públicos con los nombres de alemanes señalados como “pro judíos”. Esta tendencia de “public shaming” la incorpora Trump en su discurso a través de señalizaciones públicas a empresas y ciudadanos, como lo hizo con la compañía Ford:

 

“Ford is building a $2.5 billion plant in Mexico,” “I’ll actually give them a good idea. Why don’t we just let the illegals drive the cars and trucks right into our country?”. [5]

 

Ahondando a esta declaración, Trump atacó al también precandidato republicano Jeb Bush por no compartir sus generalizaciones sobre el público hispano publicando un tuit (que luego borró) “#JebBush has to like illegals because of his wife”.[6]

 

Sugerir distancia

 

Los discursos radicales instan al grupo a minimizar la interacción con miembros del grupo enemigo. Una manifestación bastante literal de esta tendencia se da en su plataforma política al plantear el resurgimiento del draconiano muro fronterizo:

 

"I will build a great wall — and nobody builds walls better than me, believe me —and I’ll build them very inexpensively. I will build a great, great wall on our southern border, and I will make Mexico pay for that wall. Mark my words.” [7]

 

Otra materialización del distanciamiento de grupos, quizás  más preocupante, es la aceptación de actos de violencia en contra del grupo denostado. Hace poco, tras un debate en el cual participó Trump, un par de hermanos golpearon a un indigente mexicano en las calles de Boston; ante esto Trump respondió:

 

“I will say, the people that are following me are very passionate”. “They love this country, they want this country to be great again.”[8]

 

Ya entrados los días Trump hizo declaraciones al son de que no apoyaba cualquier tipo de acto de agresión o violencia, como dicen los americanos – Too little, too late- (Demasiado poco, demasiado tarde).

 

Justificar su ideología a través de contrarrestarla con la ideología extrema opuesta.

 

La manera en la cual el movimiento anti palestino justificaba su comportamiento era a través de contraponerlo con los extremistas árabes; un especie de “mejor ellos que nosotros”, esto pareciera justificar las medidas tan extremas que proponían. En este sentido, Trump busca estereotipar a los hispanos a partir de los peores elementos de nuestra sociedad:

 

“The U.S. will invite El Chapo, the Mexican drug lord who just escaped prison, to become a U.S. citizen because our "leaders" can't say no!”[9]

 

Reflexión final

 

En El Orden del Discurso, Michel Foucault, psicólogo social y filósofo de origen francés, plantea que el poder se logra en medida que un discurso o ideología se normaliza y se acepta dentro de una sociedad. Los discursos del poder buscan dejar claro y separar qué es lo que esa sociedad o cultura considera normal y aceptable y qué es lo que considera indeseable y rechazable.

 

Este principio de exclusión de Foucault se ha vuelto un factor clave en el discurso que Donald Trump busca fijar en las mentes de los votantes americanos. Trump asevera que temas tan complicados como la migración y la economía se resolverían con la sencilla acción de desterrar a inmigrantes; haciendo de éstos rechazados e indeseables. Este “framing” de los temas migratorios y económicos retira cualquier tipo de complicidad en la actual situación a los “buenos americanos” y coloca toda la culpa en los ilegales y “malos americanos”. Si a mí me dijeran que todos los problemas de mi vida son culpa de un grupo de personas en particular y si ellos se van, mi vida sería buena otra vez, quizás tampoco me caerían muy bien. 

 

Esta estrategia del odio, que al principio parecía una gran farsa, hoy en día es responsable de que Trump sea dueño del 40% de intención de voto, siendo el republicano más apreciado en las encuestas y a escaso puntos de ganarle el voto popular a Hillary Clinton.

 

Como dicen mis amigos americanos: “Shit just got real”[10].

 

@RobertoMorris

 

[1]La propaganda de la hostilidad extrema: la denuncia y regulación de los grupos.

 

[2]"Cuando México manda a su gente, no están mandando a los mejores. No te están mandando a ti, están mandando a gente que tiene muchos problemas y están trayendo esos problemas con nosotros. Están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores".

 

[3] Amigo de los negros.

 

[4] "He perdido mucho durante esta campaña presidencial defendiendo a la gente de los Estados Unidos. Siempre he escuchado que es muy difícil que una persona exitosa se postule a la presidencia. Macy's, NBC, Serta y NASCAR han tomado la postura débil y muy triste de ser políticamente correctos incluso cuando están mal en términos de lo que es bueno para nuestro país. Univisión, porque 70% de su negocio viene de México, en mi opinión, está siendo dictado por el gobierno mexicano”.

 

[5] "Ford está construyendo una planta de $2.5 mil millones de dólares en México" "De hecho les daré una buena idea. ¿Por qué no sólo dejamos que los ilegales manejen los coches y camiones directo a nuestro país?"

 

[6] “A Jeb Bush le tienen que agradar los ilegales por su esposa” Este comentario hacía referencia a la esposa de Jeb Bush, mujer nacida en Guanajuato, México.

 

[7] "Construiré un gran muro - y nadie construye mejor que yo, créanme - y los construiré muy económicamente. Construiré un gran, gran muro en nuestra frontera sur y haré que México pague ese muro. Marquen mis palabras".

 

[8] "Diré, la gente que me sigue es muy apasionada." "Aman a este país, quieren que este país vuelva a ser enorme".

 

[9] "¡E.U. invitará al Chapo, el capo mexicano que se acaba de escapar de prisión, para que se haga ciudadano americano porque nuestros "líderes" no saben decir no!"

 

[10] Esto ya va en serio.