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Trump: el negociador

México debe tener una posición de fuerza y no de debilidad con Estados Unidos.

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Escrito en OPINIÓN el

Donald Trump es un negociador. Su libro más emblemático: “The Art of the Deal” (El arte del acuerdo) habla de eso precisamente. Pero el Presidente Electo de Estados Unidos es también un constructor y desarrollador, y es un empresario (mucho se ha dicho sobre si es exitoso o no, pero es empresario). El punto central es que la vocación y el denominador común de todas sus facetas es la negociación. Como lo vimos durante la campaña, está orgulloso de serlo y se precia de ser bueno en su trabajo. Luego entonces, si lo anterior es cierto, lo que México tiene que hacer con Trump es negociar; pero cabe destacar que tiene que hacerlo desde una posición de fuerza y no de debilidad. Para ello debe escoger los temas en los que tenga más interés y negociar con toda su potencia. Para los Estados Unidos y los “americanos”, cuando uno negocia debe hacerlo con solidez y contundencia, pues cualquier otra cosa se interpretará como un signo de debilidad. Si México quiere tener oportunidades de negociar, tiene que saber que necesitará todo el capital que es posible, para tener la mayor ventaja para la que le alcance. Cualquier otro escenario mandaría una señal equivocada.

 

Desde mi punto de vista, México debe negociar solamente tres cosas: el del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Trump ha anunciado su intención de renegociar NAFTA y, en caso que no lo logre, sacaría a Estados Unidos del acuerdo. ¿Pierden los estadunidenses? Sí, pero perdemos más nosotros con eso. Por eso la importancia que el tema económico sea el primero en la agenda de negociación con la nueva administración. Y la posición de México al respecto debe ser la de buscar que el acuerdo se renegocie para que sea actualizado, modernizado y ampliado. Por supuesto que México quiere renegociar NAFTA, porque ahora quiere más cosas. Y sus aliados más importantes son todos aquellos empresarios y empleados que dependen directamente de este acuerdo. Vamos a ver si Trump se decide a borrarlos de un plumazo.

 

El segundo tema que México tiene que negociar es el tema de seguridad en la región. Decir que el muro fronterizo va a ser construido en el límite entre nuestro país y nuestros vecinos es populismo y demagogia. El muro no serviría para nada (y en todo caso, hay una buena parte de la frontera que ya lo tiene). ¿De qué sirve tener un muro que cuesta millones, si su utilidad es nula? Lo que pasa es que resulta muy cómodo culpar a México y exigir que seamos nosotros los que paguemos esa monstruosidad. México tiene que negociar un acuerdo de seguridad en la región. La mayor amenaza para Estados Unidos en su frontera no está de su lado, sino del nuestro. Por esa razón México juega un papel fundamental en ello, y lo que debería pasar en realidad es que el muro tendría que ser el estado de derecho y la cooperación. Por supuesto, Trump no es una persona predecible, ni tampoco nos da certidumbre, pero al menos debemos poner nuestras cartas sobre la mesa con toda nuestra fuerza.

 

El último y tercer tema que tenemos que negociar con Trump es el asunto de las deportaciones. Para empezar debemos recordar que Obama deportó a varios millones de personas, por lo que la situación ya era problemática desde ahora. Si Trump quiere utilizar la retórica populista de la deportación para culparnos a nosotros como los causantes de los problemas al norte del Río Bravo, entonces impidamos a toda costa que siga haciéndolo. Si quiere deportar gente, tiene que comprobar que son mexicanos y que efectivamente están de manera ilegal en los Estados Unidos. De lo contrario se deben interponer toda clase de recursos legales para que el proceso no sea discrecional o que tome como referente un sentimiento racista y especulativo. México está dispuesto a ayudar a Estados Unidos, siempre y cuando sea recíproco.

 

En resumidas cuentas México tiene que usar sus estrategias de negociación más inteligentes y astutas, y por supuesto, negociar desde una posición de poder (y debe buscar dónde radica este último para ejercerlo con toda su fuerza). De otra manera, estamos perdidos. Lo que tenemos enfrente es una oportunidad y así debemos verlo.

 

@fedeling 

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