"Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar…"
(Eclesiastés 3: 1-8)
No se trata de dejar atrás el pasado, es acerca de aprender, de tener presente que todo lo que ha sucedido no debe ser olvidado, en especial las deudas, las promesas y los juramentos.
Este año que termina sucedieron eventos que seguirán dando de qué hablar, sobre lo cual reflexionar y prepararnos para lo que viene. Sí, será un año complejo y lleno de retos, pero cada año nuevo siempre trae dificultades que nos ponen a prueba, así que no debemos temer, no es más que el futuro aguardando.
El 2016 tuvo momentos prometedores, como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
Los polémicos Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, dejaron entrever que, como negocio, es un juego arriesgado, donde perder tiene graves consecuencias para sus líderes, pero sobre todo, para el pueblo de la nación anfitriona.
También resonaron los nombres de quienes se fueron e hicieron historia, tales como Muhammad Ali, David Bowie, Fidel Castro, Umberto Eco, personas que a su modo dejaron un legado que perdurará por generaciones.
Efectivamente, la crisis financiera fue y es una realidad, y esto ha tenido repercusiones en el empleo, la seguridad social y el bienestar general, vimos a China caer un lunes negro, y una Gran Bretaña que se separó de la Unión Europea y puso en los titulares una nueva palabra: Brexit, un término que implicó incertidumbre, pero que su gente apoyó.
A pesar del terrorismo en Niza, Estambul y Bruselas, de los conflictos armados en Siria, de los 150 mil muertos de la guerra contra el narcotráfico en México, la violencia no ha mermado el trabajo humanitario, al contrario, sólo puede inspirarnos para ayudar, para contribuir a la paz y demostrar que podemos ser mejores.
En salud recordamos que epidemias van y vienen, pero este fue el año del Zika, cuyo pánico se esparció más rápido que la enfermedad, debido a sus secuelas, las cuales fueron realmente alarmantes.
Y nada causó más revuelo que las elecciones presidenciales de Estados Unidos, cuyos resultados fueron impredecibles hasta el último minuto, dándole la victoria a Donald Trump, un personaje que ha cimbrado dudas y asombrado a muchos, cuyas decisiones políticas y económicas sacudirán al mundo.
¿Será el siguiente año difícil? Es muy probable, entender el tiempo en que estamos viviendo implica discernir que todos somos responsables de lo que acontece, y en nosotros está la respuesta para mejorarlo.
Tiempo y ocasión acontecen a todos, no se trata de fortuna o azar, se trata de fe, y de creer en nosotros mismos, necesitamos hacerlo si queremos cambiar este panorama. Es tiempo de participar, de sumarse, de hacerse escuchar; cualquiera puede quejarse, sin embargo, no cualquiera es capaz de marcar la diferencia.
¿Y hoy qué harás por ti y por los demás? Es tiempo. Recordemos las palabras del presidente John F. Kennedy a ese respecto: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”.
Que la prosperidad le aguarde en este año que comienza, mis mejores deseos de bienestar y felicidad para usted, su familia y sus seres queridos.
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