El cine es tan maleable y dúctil que permite reflejar todos los aspectos de las personas. Las películas surgen gracias a todas las facetas y rincones que integran al ser humano, sean bellos o atroces y por esta razón existen películas que podemos llamar de terror, aunque formalmente no las clasifiquemos así. Y siempre es interesante reflexionar acerca de qué contienen que nos producen una reacción tan visceral.
El cine de terror, por lo general, se considera como aquél que muestra las típicas escenas donde los cuchillos, sierras motoras, machetes y demás armas punzocortantes desmiembran a los protagonistas entre una orgía de gritos aterrorizados y sangre de cátsup por litros y donde el asesino es casi inmortal. ¿Pero ese es de verdad cine de terror?
Es indudable que dentro del género de cine comercial de terror hollywoodense hay excelentes realizaciones, en especial aquellas que son el inicio de franquicias tan famosas como Friday the 13th (Cunningham, 1980), Hostel (Roth, 2005) o The Exorcist (Friedkin, 1973) por mencionar algunas.
Pero lo más terrorífico del espejo oscuro del cine proviene de otras partes del alma y explora cosas menos espectaculares que dichos seriales. El cine puede mostrar, a veces sin darnos cuenta plenamente, el terror de ciertos momentos históricos, casos terribles o rincones lóbregos de nuestra propia alma.
Uno de esos casos, para mí, lo constituye una película que marcó la historia de la cinematografía y que inauguró en muchos aspectos lo que podemos considerar el cine moderno. Se trata de un documental monumental realizado por la genial directora alemana Leni Riefenstahl, Triumph des Willens (1936). Es terrorífico cómo la excelente manufactura de una película puede servir para trasmitir algunas de las ideas más inhumanas de la historia y glorificar un régimen como el Nazi, basado en la aniquilación y la fuerza bruta, disfrazados de destino manifiesto y voluntad popular. Y para prueba está el discurso final de esa película, pronunciado por Adolf Hitler: Ver "Triumph des Willens".
Y la oscuridad del cine no sólo habla casos reales donde se lucha por la pureza racial o de dominio mundial. También podemos ver situaciones ficticias que nos ponen los cabellos de punta pues nos plantean la pregunta básica: ¿Qué haríamos las personas si estuviéramos en la misma situación?
Y justo esa es la pregunta que llevó a Cormac McCarthy a escribir una poderosa y terrible novela que lleva por título The Road, y cuya película homónima fue realizada por John Hillcoat en 2009.
La historia nos lleva a un mundo destrozado, donde las personas olvidan todo límite moral y en lugar de tratar de reconstruir la humanidad prefieren convertirse en caníbales y asesinos. Todos menos el padre de un chico, dispuesto a conservar a todo costo la vida de su hijo y llevarlo a salvo hasta el mar con la esperanza de salvarlo. Caos absoluto contra amor y protección paternal son el marco en el que The Road nos pregunta qué haríamos nosotros… y eso estremece hasta los huesos.
El tráiler doblado al español ibérico lo podemos encontrar aquí: Ver Trailer "The Road".
Una característica más del cine que puede ser capaz de aterrorizar al más valiente es la de mostrar los pequeños monstruos que crecen debajo de la cubierta de una rutina tranquila, en una sociedad civilizada.
Un fantástico ejemplo de esto lo podemos encontrar en la película American Beauty (Mendes, 1999). La indiferencia, el egoísmo, la falta de comunicación convierten a los personajes de esta historia en destructivos fenómenos que culminan su historia en medio del terror que produce la comprensión de poseer un alma vacía y aislada.
Para mi esta película es mucho más estremecedora que la gran mayoría de las realizaciones gore, donde los efectos especiales, persecuciones y muertes llenas de sangre son la norma.
Finalmente, para acabar este listado de terrores incluyamos un documental francés, Le Cauchemar De Darwin (Sauper, 2004), donde se muestra cómo a la par de la destrucción de los ecosistemas en África por la industrialización el valor de la vida se reduce al punto de que ser asesinado no genera ninguna diferencia en la sociedad. Hambruna de muchos para llenar los supermercados de Europa, mientras que las personas en Tanzania mueren de hambre, crímenes comunes o violencia sexual. Ver Trailer "La Pesadilla de Darwin".
En la pantalla de plata todos los aspectos que nos dan forma como humanos se reflejan y magnifican, por eso cuando vemos a un llamado, a un Reich de mil años, la muerte inútil de una joven negra forzada al sexo servicio o la posibilidad de destruirnos completamente como personas viviendo vidas “normales” no queda más camino que estremecemos de miedo y de terror, pues el cine nos muestra nuestra cara sin maquillajes ni tapujos.
¿Y cuáles son las películas que más miedo le dan a usted?