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Sobre el ABC, Héctor y el hombre que murió en mis brazos

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein

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Escrito en OPINIÓN el

Hace aproximadamente un año, en uno de los restaurantes más  chic de la zona Polanco, un  hombre murió en mis brazos. Era un hombre mayor, se ahogó con un pedazo de carne. Yo me di cuenta de su mala fortuna porque todo el restaurante comenzó a voltear a verlo. Nadie hacía nada. El gerente del restaurante estaba junto a él, petrificado, dándole palmadas en la espalda. Cuando me percaté de lo que estaba sucediendo, me levanté, le ordené al gerente que le marcara a la Cruz Roja, y comencé a brindarle al señor la maniobra Heimlich. No lo pude salvar. Falleció. La Cruz Roja llegó demasiado tarde, no los llamaron a tiempo. ¿De quién fue culpa? ¿Mía? ¿Del gerente que se quedó petrificado? ¿O de todos los comensales que veían lo que sucedía pero no hicieron nada?

El caso del ABC es tristemente similar. A cinco años de lo ocurrido no han sido consignadas personas por esta tragedia. Lo triste de todo esto, es que no han arrestado a nadie porque, y lo digo con harto dolor…, nadie es culpable. Lo repito.

Nadie es culpable porque no hay procesos lo suficientemente claros dentro del sistema de guarderías como para decir: “tú fallaste, es tu culpa porque esto era tu responsabilidad”. Incluso el 26 de Mayo de ese año se realizó una inspección de seguridad a las instalaciones de la guardería, la cual fue aprobada.

Actualmente existen investigaciones sobre la causalidad del incendio para determinar si este fue causado intencionalmente. El que esto se determine también es importante, pero no debería de importar. Lo que debería de ser prioridad es fijar la condiciones para que en caso de incendio natural o artificial, existan los procesos y responsabilidades para salvar a nuestros niños.

Caso similar es el reciente fallecimiento de Héctor Alejandro Méndez de 12 años de edad y estudiante de primero de secundaria de Tamaulipas. Héctor sufrió lesiones en el cráneo debido a un acto de bullying en la escuela. La maestra encargada, al parecer, incurrió en dos faltas de procesos. La primera, fue no interceder y mitigar el caso de acoso; el segundo fue el no haber llevado al joven a recibir atención médica oportuna que pudo haber salvado su vida.

Tanto en el caso del ABC como en el caso de Héctor Alejandro Méndez, las víctimas, en todo su derecho, demandan justicia. En la situación Tamaulipeca, se busca enjuiciar a la  subdirectora de la secundaria, Sandra Luz García Garza y la maestra Denisse Serna Muñoz, justamente por no cumplir el protocolo de seguridad. Esto resultaría correcto si ambas personas fueron capacitadas debidamente, pero sin una certificación de procesos (no sé si la SEP tenga) enjuiciarlas por esto sería incorrecto. En el caso del ABC, como ya he mencionado, no existían estos procesos, lo cual dificulta muchísimo fincar responsabilidades.

Tanto en el caso del restaurante, como en el de Héctor y del ABC, de haber tenido procesos claros, certificaciones y personas capacitadas 51 personas probablemente seguirían vivas el día de hoy.

Durante el gobierno de Vicente Fox se hizo un esfuerzo importante de certificar ante el ISO 9000 varios procesos gubernamentales. Dados estos tristes sucesos este esfuerzo se debería retomar, no únicamente para evitar desastres, sino para también hacer de la Administración Pública Federal (y de preferencia también las administraciones locales) entes más eficientes. Esto lo veo difícil. Ningún candidato en el mundo ha ganado una campaña prometiendo “mejores procesos administrativos y operacionales”.

Si estas tragedias no sirven para detonar una reevaluación del quehacer burocrático - administrativo de este país, estos jóvenes habrán muerto en vano.

 

@RobertoMorris