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#SíAlEstadoDeDerecho

Hay quien aprovecha promover la autodefensa a través de acciones violentas para justificar lo injustificable.

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Escrito en OPINIÓN el

El procurarse justicia por propia mano no es un fenómeno exclusivamente mexicano ni particularmente reciente. Individuos, grupos o comunidades enteras que deciden autodefenderse y solucionar al margen de leyes e instituciones conflictos y/o comisión de delitos, es algo que podemos ver en todas las sociedades. 

 

A todos estos fenómenos típicamente los distingue una reiterada victimización y una débil capacidad de las instituciones por resolver, dar justicia, resarcir el daño y pacificar el entorno afectado por el/los eventos. La diferencia principal estriba en la frecuencia de los eventos y el número de participantes en cada evento.

 

En los últimos años en México, gracias a la masificación de tecnología y al acceso a redes sociales, hemos podido ver cada vez más individuos, grupos y comunidades que matan, mutilan o queman a presuntos culpables de delitos que, a veces, se ha demostrado que eran inocentes. Estas violentas hordas se componen de hombres, mujeres y menores que actúan en completa impunidad, misma que los llevó a ser víctimas del delito.

 

Ante la evidente incapacidad del Estado por generar esos mínimos de respeto a la norma, seguridad para las personas, confianza en las instituciones y el debido proceso, hay quien aprovecha para justificar lo injustificable, promover la autodefensa a través de acciones violentas, aumentando la capacidad de portabilidad de armas.

 

El senador Jorge Luís Preciado ha propuesto una iniciativa para reformar el artículo Décimo Constitucional que permite aumentar la posibilidad de portación de armas para los ciudadanos fuera de sus viviendas. Con el #SíALaLegítimaDefensa ha logrado captar la atención de muchos ciudadanos insatisfechos y genuinamente preocupados sobre su seguridad personal y la de sus seres queridos.

 

Los argumentos del senador Preciado carecen de sustento, a saber, que las armas en manos de ciudadanos son un factor de disuasión en la comisión de delitos. Lo cierto es que esto no es verdad, no lo fue en Michoacán o Guerrero, entidades donde el fenómeno de las autodefensas trasciende los casos aislados, y tampoco lo es en entidades como el Estado de México donde el pasado lunes un pasajero finó a 4 presuntos delincuentes que intentaban robarles a todos los pasajeros de ese transporte público.

 

En los últimos 10 días, desde el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) hemos levantado la voz en contra de esta propuesta, sustentándonos en evidencia empírica que muestra que más armas en una sociedad producen más víctimas y delitos, así como en acuerdos internacionales signados por México para reducir el tráfico de armas lícitas e ilícitas en el país.

 

Estos argumentos han sido arropados por especialistas en materia, instituciones académicas, activistas y organizaciones de la sociedad civil nacional e internacional y ciudadanos preocupados por las posibles consecuencias de esta reforma.

 

De la misma manera, debo señalar que en redes sociales también hay quien me ha manifestado su apoyo a la propuesta del senador Preciado. Personas indignadas por las condiciones nacionales de inseguridad y violencia, por la superficialidad de muchas autoridades al combatir los delitos o por la franca revictimización de quien ha sufrido en carne propia la incapacidad del Estado por garantizar la seguridad de las personas y comunidades.

 

Sinceramente admito que entiendo a todos los que manifiestan su enojo y frustración y piden poder tener un arma en su vehículo o en su actividad comercial para defenderse, entiendo la sensación y la he vivido yo mismo. Sin embargo, pese a mi empatía no puedo dejar de pensar que todos los días vamos construyendo el México de hoy y de mañana, que lo que hacemos o dejamos de hacer es la herencia que dejaremos a las futuras generaciones y, si bien entiendo el enojo de un pobre sistema para garantizar seguridad, no quiero un México más violento y menos institucional.

 

Creo en el Estado de Derecho, en el debido proceso, en el fortalecimiento institucional, en la reconstrucción del tejido social, creo en la prevención del delito, la readaptación social, creo en la Cultura de la Legalidad y la Cultura de Paz.

 

Me han llamado utópico e ingenuo, me han dicho que reconstruir instituciones es casi un cuento de hadas. Ante esto no puedo más que insistir #SíAlEstadoDeDerecho porque sólo este garantiza un futuro digno para el país.

 

A las víctimas y a quien desconfía de instituciones, les invito a reconstruir el tejido social, generar Capital Social y apegarse a la norma; a la autoridad le urgimos a combatir delitos, corrupción e impunidad, destinar los recursos donde deben ser destinados y fortalecer instituciones; al senador Preciado sólo me queda pedirle que retire su propuesta y mande la señal de que el camino de la norma y las instituciones es el camino del México que buscamos construir.

 

@frarivasCoL

@ObsNalCiudadano

@OpinionLSR

 

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