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Si fuera racista, tendría palabras para atacarte

Transforman en show la desgracia.

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Escrito en OPINIÓN el

BRATISLAVA, Eslovaquia. Darkness in the heart of Europe, dice la cabeza de The Independent con una foto que capta a la gente andando por los túneles del Metro de Bruselas. El atentado dejó 34 muertos y más de 180 heridos, anota el diario.

 

Es ya de madrugada en Bratislava y desde que amaneció este martes los noticiarios de toda Europa han estado centrados en Bélgica. Las imágenes de Obama y Castro guardando un minuto de silencio antes de disfrutar un partido de béisbol se intercalan con las notas que dan cuenta del daño causado por, supuestamente, tres atacantes de los que, lo único que se tiene en los medios, es una foto borrosa.

 

Los noticiarios españoles tienen unas mesas repletas de “expertos en terrorismo” que aseguran que ellos están bien protegidos después del 11M. Ancianos con bufanda, traje y tono condescendiente, lanzan al aire que se vive alerta máxima a la par de hipótesis que sugieren que los belgas tienen más combatientes que lucharon en Libia e Irak, que nadie más en la Unión Europea. Eso, sin decirlo directamente, pero lo dicen, puede ser la motivación de los que pusieron las bombas. Horas de discusión simplemente no llevan a ningún lugar. Saturan y aburren. Son tan efectivos como los analistas que desde México interpretarán lo que pasó y pondrán el dedo índice hacia ningún lado en concreto.

 

Los lectores de noticias dicen que las redes sociales se han llenado de solidaridad, como si eso fuera un alivio.

 

Música con letras en francés, melosas hasta el fastidio, acompañan las imágenes de corazones pintados en el concreto y los heridos que van saliendo del humo en el lugar de los atentados. Los noticiarios europeos no pierden el tiempo y ganan rating generando videos de último momento. Transforman en show la desgracia. Las fronteras, a través de carreteras, puertos y aeropuertos, se han cargado de la seguridad. Por ejemplo, ataque inminente es el nivel 5 de alerta en España, en este momento están el nivel 4 en activo.

 

Los líderes políticos muestran su solidaridad y lanzan frases de dolor. “No existe religión que ampare semejante brutalismo”, dice uno de ellos.

 

“El epicentro al que han ido todas las miradas”, dice otra lectora de noticias al referirse a Bruselas, comentando fotos de “patatas” fritas, como símbolo de ese país. Je suis Bruxelles, traen en el pecho varios de los que lloran entre veladoras.

 

Este show en realidad no sirve para quitarnos el miedo de viajar a los que los tenemos que hacerlo en estos días, por estas tierras. Sí desensibiliza un poco escuchar tantas tonterías de los periodistas profesionales y “expertos en terrorismo”, pero al salir a la calle, entiendes que hay desconfianza. Eres extranjero, eres sospechoso.

 

Qué mejor pretexto para cerrarle la puerta a los migrantes, a los desplazados, a los turistas de otro color, que escuchar las noticias europeas repetir que desde lugares desconocidos llega el mal.

 

La cacería ya comenzó. Unos dicen que son los suicidas los culpables de todo, y cómo no creerle a los “expertos”, luego de ver el dolor que han causado sus ideales absurdos en nuestro mundo ideal. Pero no solamente son culpables de muerte y temor, terror y más terror, son culpables de que los racistas que andan caminando por estas calles de Bratislava o en algunos rincones del centro de Europa, tengan motivos para contraatacar a esos inocentes que están en busca de una mejor calidad de vida y solamente encontrarán discriminación.

 

Islamofóbia, dicen en España, lo cierto es que a estos gigantes de blanca piel y cabeza rapada les importa un carajo la religión, para ellos todos los que no son iguales a ellos, son el enemigo. El enemigo podrías ser tú, quien simplemente podrías andar por acá de vacaciones. O trabajando o por casualidad. El odio tiene otra mecha encendida. Y qué difícil es apagarla cuando los motivos que le dan a esa gente que cierra sus mentes por el color y procedencia, ganan tanto peso.

 

Oscuridad en el corazón de Europa, en el sentido que se quiera interpretar (mientras que en México, no me extraña, saldrán con alguna tontería del tipo: “Condenamos los atentados de Bruselas”, como si nuestro país pintara un poco por acá y su sentir importara).

 

@takaink

@OpinionLSR