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Sabato, “el exterminador”

Ernesto Sabato tomó una postura crítica ante la realidad del hombre.

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Escrito en OPINIÓN el

Antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, tres laboratorios se disputaban la “carrera” por la ruptura del átomo de uranio, buscando producir una reacción en cadena con el fin de liberar enormes cantidades de energía en forma de luz, calor, radiación mortal y lo que se conoce como onda de choque, lo que significaría alcanzar la tecnología base para fabricar bombas atómicas.

 

La supremacía bélica estaba de por medio, siendo los alemanes quienes se ponían al frente en esta batalla de laboratorios; mientras tanto, un hombre de complexión delgada, ojos escrutadores y mente inquieta, doctor en Física e investigador en radiaciones atómicas, era testigo de la debacle humana al ver cómo se alcanzaba la ?sión nuclear del uranio. Para él, era “el comienzo del ?n”.

 

Nació en Argentina, hace 99 años, en Rojas, provincia de Buenos Aires. Desde muy temprana edad se interesó por el comunismo y la ciencia; del primero se alejaría en 1934 debido a serias dudas sobre el gobierno de José Stalin en la ex Unión Soviética, mientras que a la ciencia la abandonaría de manera de?nitiva en el año de 1943 a causa de una crisis existencial, para ?nalmente dedicarse de tiempo completo a la pintura y la literatura.

 

Era Ernesto Sabato, quien el 24 de junio de 2011 cumpliría 100 años de edad, y a tan sólo 55 días de tan extraordinario suceso falleció en la localidad de Santos Lugares, Buenos Aires.

 

La celebración de su centenario era el motivo original para que el mundo de las letras festejara, en el marco de la Feria del Libro de Buenos Aires, a uno de los gigantes de la literatura argentina; pero ante su fallecimiento, la comunidad cultural le rindió homenaje en ese mismo marco un día después de aquel suceso y lo despidió de manera emotiva y respetuosa.

 

En vida asumió una ardua labor como destacado literato e intelectual, buscando siempre el despertar colectivo con pluma crítica, razonada, y con ella provocó a gobiernos dictatoriales.

 

Este escritor y ensayista argentino profundizó, a través de su actividad literaria, en las motivaciones más intensas del ser, hurgando en los abismos de la angustia, el desarraigo, el amor, la locura y la incomunicación humana, y tomó una postura crítica ante la realidad del hombre.

 

Ha sido considerado un escritor pesimista, que enfocó la incapacidad del individuo por controlar su mundo natural junto con el aislamiento de la experiencia de la persona en un universo hostil, en el que sus personajes transitan dentro de un proceso psicológico que va del amor al odio, pasando por sus distintas etapas de misantropía y negativismo.

 

La amplia curiosidad que poseyó Sabato con respecto al devenir de los sucesos mundiales lo impulsó a convertirse en una de las voces de mayor resonancia en el ámbito intelectual; fue autor de artículos y ensayos de carácter cientí?co, político y literario que han sido traducidos a varios idiomas.

 

En un plano ideológico, Sabato ?jó su postura respecto a temas tan variados como el peronismo, la defensa de la democracia, los procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas, su concepción ?losó?ca del hombre y la globalización, sólo por mencionar algunos.

 

Influida por el existencialismo, la visión que nos brinda la prosa de Ernesto Sabato es la de un mundo donde se exploran de forma avasalladora los pensamientos y los forcejeos intensos de personajes lúcidos; el autor no tiene la menor intención de escribir textos felices o frívolos, y la ausencia de optimismo se acentúa a través de un viaje por distintos cambios de ánimo que se mezclan con la denuncia y la crítica histórica.

 

De sus novelas, podemos decir que El túnel representa uno de los máximos intentos del hombre por hurgar en los pensamientos y en las acciones de sí mismo; sobre héroes y tumbas es la magistral historia de un amor discordante que se agita en varios planos psicológicos; y, finalmente, el complejo mundo de Abaddón el exterminador se erige como novela apocalíptica, fragmentaria, que cierra el círculo surrealista en la obra de Sabato.

 

El túnel es un texto de estilo áspero, lacónico, excitante, de una tensión que va en aumento; desde el inicio se maneja con precisión y maestría, envolviéndonos en una profunda oscilación entre la normalidad y la paranoia humana.

 

Se trata de la historia de un hombre que se piensa como el centro del universo y se autocalifica como un superhombre, pero que se topa de lleno con su realidad: Un ser mezquino como cualquier otro, con defectos como la suciedad, la deshonestidad, la indecencia, y capaz de las peores bajezas que un ser humano puede albergar en su corazón; sin embargo, pretende desentrañar el misterio del mundo y del hombre mediante la lógica y la razón.

 

Con una fuerte carga psicológica y autobiográ?ca, y con elementos de la historia argentina, sobre héroes y tumbas nos hace re?exionar sobre la condición del individuo enfrentado a la sociedad y su relación con el amor dentro de un plano laberíntico, prácticamente sin salida.

 

En ella vemos a un Ernesto Sabato de lo más riguroso, que nos muestra a un investigador informado, a un narrador que elige sus recursos estilísticos lo mismo entre los de la más pura tradición literaria que entre las corrientes más avanzadas, por lo que esta obra está considerada entre las novelas argentinas mejor logradas del siglo XX.

 

Por su parte, Abaddón el exterminador, construida con mucha imaginación y un profundo conocimiento de la realidad, sagaz, es una novela llena de meandros con los que Sabato nos introduce al reino de los demonios que habitan dentro y fuera de nosotros partiendo del relato apocalíptico y sus ángeles oníricos.

 

Es una historia que nos remite a las conjuras enigmáticas de las potestades superiores, en la que si bien nuestra trágica realidad fue anunciada, también se nos recuerda que lo que fue escrito nos ayuda para encarar mejor nuestro futuro.

 

Este fue Ernesto Sabato, el testigo argentino de la ruptura del átomo de uranio que dio pie a uno de los capítulos más destructivos en la historia moderna del ser humano, quien con mirada perspicaz, pluma vertical y una mente brillante, ha hecho del pensamiento y la escritura una ?sión literaria, provocando una reacción intelectual en cadena que liberó enormes cantidades de ?losofía en forma de artículos, ensayos, novelas y todo lo que se conoce como literatura.

 

@plumavertical