“Para seguir fielmente a Jesús, pedimos la gracia de hacerlo no de palabra sino con los hechos, y de llevar nuestra cruz con paciencia, de no rechazarla, ni deshacerse de ella, sino que, mirándolo a Él, aceptémosla y llevémosla día a día”.
Papa Francisco
Pascua enseña un doble camino, uno hacia una nueva vida, que es la pascua de Israel, la historia sobre la esclavitud y la libertad camino a la tierra prometida; y la Pascua de Jesucristo, que atestigua la Resurrección.
En diciembre se celebra el advenimiento de Jesús, mientras que en estas fechas se conmemora la crucifixión y la resurrección cuyo significado primordial es la salvación de la humanidad.
La Semana Santa se trata de la renovación de la fe para la comunidad católica, donde se conmina a un recogimiento interior y de hacer enmiendas en retribución al sacrificio que el Señor hizo.
En tiempos donde la guerra se recrudece, provocando el desplazamiento de refugiados, uso de armas químicas y otras atrocidades hacia los cristianos, se convoca con urgencia a virar con mayor devoción hacia Dios, y la importancia de entender lo que significa la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Hoy, la comunidad cristiana padece la persecución por parte del grupo yihadista Estado Islámico, quienes atacaron dos iglesias coptas, en el Cairo y Alejandría, en plena celebración del Domingo de Ramos, es un claro mensaje para atender las crisis causadas por el fanatismo religioso.
Jesús murió por nosotros, y nunca en toda su palabra encontraremos que alguien deba morir en su nombre, Él hizo un acto de amor y misericordia por sus hijos e hijas al tomar el castigo por los pecados de la humanidad.
Es momento de empatizar el dolor que causan nuestras malas acciones, nuestros prejuicios, así como lo sintió Jesús, y a partir de esta reflexión tomar con seriedad lo que significa ser creyente para hacer de este un mundo más tolerante y compasivo.
En este sentido, cabe resaltar que esta semana no sólo es recordar un suceso histórico, es de contemplación sobre una de las celebraciones más importantes en el calendario litúrgico, porque es sobre la crucifixión el momento en que se entiende el dolor, en el regreso a la vida que se siente la esperanza, y en la resurrección que se vive el júbilo.
La primera acción comienza en la meditación, después viene la oración, dirigida a aquellos que necesitan una transformación en su corazón, por quienes son perseguidos, por los que buscan el camino, por las hermanas y hermanos que cargan una cruz con la que ya no pueden, y para que todos los devotos sientan la luz pascual.
Felices Pascuas.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
*Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: http://eepurl.com/Ufj3n