La sociedad mexicana ha mostrado su indignación por la corrupción e impunidad que ha carcomido los cimientos de algunas de nuestras instituciones y la impunidad.
Nos lastiman y nos dividen a los mexicanos, los privilegios para unos pocos, la injusticia social, los cacicazgos que prevalecen en algunas regiones, los más de 12 millones de mexicanos que al vivir en la pobreza extrema, no tienen asegurado siquiera su cobijo y su sustento del día de mañana.
También nos lastima y nos preocupa la violencia que afecta a diversas regiones del país. La sociedad demanda que se llegue al fondo en las investigaciones, para encontrar la verdad de los hechos de Iguala y castigar a los culpables.
Lo que es inaceptable, es que las demandas de justicia y las muestras de solidaridad terminen en nuevos hechos de violencia. No se puede exigir justicia, violando la ley y violentando la paz y la concordia entre los ciudadanos.
Es un crimen utilizar el dolor de quienes piden legítimamente justicia, para destruir unidades de transporte público, incendiar sedes de instituciones, secuestrar trabajadores o cometer actos de rapiña.
Rechazamos la confrontación y la violencia, porque a quienes se daña son a las personas que cada día nos levantamos para ir a trabajar, en las tiendas y en las calles, a estudiar, a aportar nuestro compromiso desde el lugar que a cada uno le toca, para construir un país más justo.
Los empresarios de COPARMEX llamamos a todos los sectores sociales a participar en forma pacífica en la reconstrucción de la confianza en México, que significa tener la esperanza de que la vida en común puede darse de manera armónica, pacífica y justa.
Esa confianza que nos lleva a la justicia, a la legalidad, al respeto por los demás, a la conciencia de que somos un solo México, y que debemos salir adelante todos juntos, preocupándonos por generar oportunidades para los que menos tiene.
En todos los estados de la República, en nuestros 65 Centros Empresariales Coparmex vamos a emprender jornadas ciudadanas de valores y ética. Vamos a unir esfuerzos con otras organizaciones de la sociedad civil para promover el fin de la ilegalidad, el crimen, la corrupción y la impunidad. Y empezar a vivir una cultura de la legalidad, honestidad y concordia.
Por supuesto, desde la sociedad, demandamos también que los políticos, los legisladores y las autoridades de todos los órdenes de gobierno asuman sus responsabilidades y ejecuten acciones inmediatas para avanzar en la construcción de un México de justicia y legalidad, en conjunto con la sociedad.
Los empresarios refrendamos nuestro compromiso a poner de nuestra parte, a participar, aportar y construir valor, a generar empleos y oportunidades de desarrollo, para disminuir las desigualdades que tenemos en México.
El México de paz y de legalidad requiere del esfuerzo de todos, de nuestra unidad y de nuestro compromiso. Cada quien en lo que nos corresponde.