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¿Qué pasa en España?

Los partidos políticos españoles también enfrentan luchas complejas en su interior, sus diversas facciones no se dan tregua entre sí.

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Escrito en OPINIÓN el

Ningún otro caso, en la actualidad, refleja con tanta claridad y contundencia la crisis de un sistema político, que al verse rebasado por una emergente realidad social exhibe su disfuncionalidad en materia de gobernabilidad.

 

La elección presidencial en España encara un cambio de escenario desafiante, el modelo bipartidista imperante, en el que dos grupos políticos se sucedieron en el poder durante 40 años, se muere. Distintas voces, nuevos actores, el reacomodo de fuerzas y la falta de consensos se encuentran latentes en el nuevo panorama político de ese país.

 

De esta manera, en el escenario partidista además del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se suman con más alcance los partidos autonómicos y regionales, irrumpiendo a nivel nacional los partidos políticos, Podemos y Ciudadanos, con una fuerza tan revitalizadora como turbulenta. El resultado es que los dos partidos tradicionales, a pesar de seguir siendo los más votados, ya no cuentan con mayorías absolutas para formar gobierno, tienen que trenzar coaliciones para poder acceder al poder y gobernar.

 

En este contexto complejo, definido por un sistema sin mayorías absolutas, se hace indispensable el diálogo y los consensos partidarios. Los líderes políticos, están embotados, se muestran incapaces de actuar de acuerdo a los nuevos escenarios y circunstancias. España lleva casi diez meses sin gobierno electo. Intereses partidistas además de ambiciones personales, bloquean, socavan y aletargan la democracia española.

 

Mariano Rajoy busca ser reelecto, a pesar de que su gobierno ha estado marcado por escándalos de corrupción, desempleo y una grave crisis económica y social con múltiples altibajos en los últimos años, aun así, su partido el PP, va a la cabeza en las votaciones, pero no ha podido pactar con otras fuerzas políticas para hacer posible su investidura. Se han realizado dos comicios generales el 20 de diciembre de 2015 y el 26 de junio de 2016, y van por un tercero programado para el 25 de diciembre de este año.

 

La fragmentación parlamentaria se hace patente en la repartición de escaños entre las ahora, cuatro fuerzas principales, PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, que ha imposibilitado el acuerdo para formar gobierno, debido principalmente a las posturas diametralmente distintas en temas nodales sobre el futuro de España. Estas diferencias entre los partidos son tan grandes y distantes, que confrontan las posiciones sobre temas tan relevantes como la estructura del Estado, la preservación de la monarquía, la reforma al sistema electoral, y los movimientos independentistas como el de Cataluña.

 

Los partidos políticos españoles también enfrentan luchas complejas en su interior, sus diversas facciones no se dan tregua entre sí y se culpan mutuamente del fracaso electoral pasado y la falta de consenso presente, a últimas horas uno de los partidos de izquierda (PSOE), anunció la dimisión de 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del partido, con lo que pretenden precipitar la disolución de ese órgano y la caída del secretario general, Pedro Sánchez, quien ha trabajado incesantemente para bloquear la investidura de Mariano Rajoy para ascender el mismo al poder; sin embargo, tampoco pudo generar ningún tipo de acuerdo con el partido Podemos, también de izquierda. Incluso Pablo Iglesias, líder de dicho partido, citando a Alberto Garzón, está señalando que el cese de Sánchez tiene el objetivo de entregar el gobierno al PP, con la intención de que sólo el partido oficialista de Rajoy, y el PSOE se vuelvan a repartir los dividendos del poder a diestra y siniestra de un país sin rumbo, restableciendo el mecanismo bipartidista bajo la mirada protectora de Felipe González.

 

De ser así, una vez más asistimos al lamentablemente escenario, en el que las fuerzas políticas de algún país, por su incapacidad política y estrechez de miras, dejan pasar la oportunidad inédita para trabajar conjuntamente en la consolidación de un sistema de partidos más equitativo y representativo para la sociedad a la que se deben.

 

¿Hasta cuándo la miopía de los líderes de partido, será carga y obstáculo para la creación de una sociedad más justa?

 

@UlisesSandal

@OpinionLSR