Las terceras elecciones en España se ven cada vez más cerca. A finales del mes de agosto, en la primera votación en el Congreso de los Diputados, Mariano Rajoy necesitaba mayoría absoluta de votos para conseguir la investidura como presidente, sin embargo, no logró reunir los votos necesarios. El viernes pasado, en la segunda votación en la que se requería mayoría simple para ser investido, Rajoy tampoco consiguió los votos necesarios.
A partir del viernes comenzó a correr el plazo de dos meses para que los partidos políticos inicien negociaciones con la finalidad de que el Rey proponga a otra persona para ser investido, o bien, que pasados esos dos meses, el Rey disuelva de nueva cuenta las Cortes y convoque a elecciones. El plazo vence el 31 de octubre.
Frente a este escenario, el líder del partido de oposición inició pláticas con diversos partidos políticos con la finalidad de analizar si con votos de diversos partidos políticos, obtiene los 176 votos necesarios para ser investido. La posibilidad de que Pedro Sánchez consiga ese número de votos se ve remota. La otra opción es que el PP deje de apoyar a Rajoy y proponga a otro candidato a la investidura que pueda lograr un consenso. Por otra parte, Rajoy ha señalado ante los medios de comunicación que volverá a intentar ser investido.
Lo único seguro es que el Rey no propondrá a nadie para ser investido si no tiene la seguridad de que esta vez se lograrán los votos necesarios para la investidura. El Rey puede proponer a otro candidato, incluidos los dos que ya han sido rechazados por el Congreso: Rajoy y Sánchez. Ante lo lejanas que se ven ambas posibilidades, en España han comenzado a cuestionarse sobre las siguientes elecciones, las terceras que se celebrarían en España en el transcurso de un año.
Por otra parte, el 25 de septiembre se llevarán a cabo elecciones en las comunidades vasca y gallega. Sus resultados pueden tener impacto en las negociaciones por las que se defina si alguna otra persona, del Partido Popular o del Socialista Obrero Español podría ser propuesto para la investidura ante el Congreso de los Diputados. El nombramiento de un cuestionado José Manuel Soria, por su vinculación con diversas operaciones financieras en paraísos fiscales divulgadas en el asunto conocido como “Panama Papers”, como representante de España en el Banco Mundial, el mismo día en el que el Congreso rechazó por segunda vez la investidura de Rajoy, no hizo más que complicar el escenario político español. Como consecuencia de las presiones políticas y mediáticas, el miércoles Soria renunció a esta candidatura y ahora se barajan nuevas propuestas.
Además de la preocupación de la ciudadanía respecto de los costos de un nuevo proceso electoral y de las campañas de los partidos políticos, ahora se debate la posibilidad de reformar la ley electoral con la finalidad de acortar las campañas electorales para que las elecciones no se realicen el 25 de diciembre y adelantar el día de la jornada electoral al 18 de diciembre. El 20 de diciembre de 2015 iniciaba este bloqueo político en España que se ha prolongado ya por casi un año.
Diversos son los plazos y las cuestiones que comienzan a presionar a España como la elaboración y aprobación de los presupuestos generales, definir el techo presupuestal para las comunidades autónomas y el cumplimiento de diversas obligaciones con la Unión Europea. El gobierno en España es un gobierno en funciones, lo que implica que tiene limitado el ejercicio de todas sus atribuciones y competencias. Una de las primeras consecuencias de un gobierno que no puede operar a cabalidad, ya que no puede presentar proyectos de ley o nombrar ministros, es que a fines de este mes será prorrogado el presupuesto de 2016 para que sea vigente a partir del primer día del año entrante. Por lo pronto, hasta después de las elecciones vascas y gallegas el 25 de septiembre, no se prevé ningún movimiento político en ese país. España seguirá, por lo menos hasta ese momento, en funciones.
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