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¿Qué está pasando con el DF?

Malos registros permiten afirmar que las estadísticas oficiales son meramente una referencia y son poco confiables.

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Escrito en OPINIÓN el

¿Qué está pasando con el DF? En el último año ciudadanos, empresarios, medios de comunicación, encargados de embajadas me han hecho esta pregunta cada vez con mayor frecuencia. Son personas que tratan de entender las inconsistencias entre las declaraciones de las autoridades, los números oficiales que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), las noticias que presentan los medios de comunicación y los relatos directos o de conocidos, que expresan cierta cercanía con el delito. Inconsistencias que llevan a cuestionar si las declaraciones corresponden o no con la realidad.

 

Tomemos como ejemplo las declaraciones recientes que dio el Jefe de Gobierno en el marco del pasado Informe de Gobierno 2014: Por un lado el Dr. Miguel Ángel Mancera destacó la baja generalizada de los delitos de alto impacto –sin explicar a cuáles delitos se refería y contra qué periodo comparaba– y por otro, reconoció que la percepción de inseguridad por parte de la ciudadanía ha aumentado. ¿Cómo debemos entender estas declaraciones? En estadística oficial ¿el delito realmente ha bajado? ¿Qué tan confiables son las estadísticas elaboradas por la Procuraduría General de Justicia, publicadas por el SESNSP?

 

Según lo que nos dice la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad (ENVIPE) de INEGI, la percepción de inseguridad de los capitalinos ha aumentado constantemente. En 2012, el 70.8% de los habitantes de la ciudad percibían que su entidad era insegura, en 2013 esta cifra aumentó a 73% y en 2014 a 77.6 por ciento. El día de hoy se publican los resultados de la ENVIPE 2015 y me atrevo a pronosticar que este porcentaje aumentará.

 

El Jefe de Gobierno acepta que la distorsión entre el descenso en las cifras de incidencia delictiva y el aumento de la percepción de inseguridad se debe a la deficiencia de buen comportamiento de los servidores públicos y que esto será una prioridad para su gobierno. A pesar que esto teóricamente debería ser un ejercicio de responsabilidad al reconocer las fallas de su gobierno, personalmente lo recibo como una cachetada a lo que las personas vivimos, esa declaración me parece una estrategia para decirnos “nosotros (autoridades) estamos actuando bien, los que no lo entienden eso son ustedes (los ciudadanos)”.

 

Sobre todo cuando empezamos a analizar la estadística delictiva por tasas, las comparativas por periodos similares, la solidez de los datos y la cifra negra. Como podemos observar en la gráfica de abajo es cierto que la mayoría de los delitos en el Distrito Federal muestran una tendencia a la baja o por lo menos estable en los últimos años. Sin embargo, esto no concuerda con la percepción de inseguridad. Esto puede explicarse parcialmente por tres posibles hechos que detallaré más adelante: La tendencia se comienza a revertir en lo que va del 2015, la cifra negra va en aumento, y algunos delitos atendidos por el fuero federal —como el secuestro— presentan cifras muy altas.

 

Fuente: Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, consultado el  29 de septiembre de 2015

 

Algunos delitos importantes como el homicidio culposo, el homicidio doloso y el robo a negocio tuvieron un incremento importante entre enero y agosto de 2015 y el mismo periodo del año anterior. El homicidio culposo subió el 23%, el doloso 21% y el robo a negocio el 16 por ciento. Además, los otros delitos tuvieron tasas menores de disminución que las que habían presentado en periodos anteriores.

 

 

 

Por otro lado, si vemos el comportamiento del número de denuncias de secuestro en el DF atendidos por la Procuraduría General de la República (PGR) podemos observar que atraen muchos casos, de hecho, desde que se reporta esta información existe una leve tendencia constante a la alza. Además, la entidad ocupa en segundo lugar en el ranking con mayor número tanto de secuestros atendidos por la federación, como de víctimas de ese delito.

 

Entonces ¿qué está pasando en el DF? ¿Cómo estamos? Según la numeralia oficial y la calidad de los delitos cometidos podemos decir que hay ciertos delitos de alto impacto como el homicidio y patrimoniales como el robo a negocio que comienzan a repuntar, la cantidad de secuestro atenidos por la federación y sus continuos incrementos en particular apuntan a un problema de desconfianza y deficiencia en la atención de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro para los ciudadanos. Esto debe llevar a nuestras autoridades a una acción inmediata.

 

Esto a la luz de información pública insuficiente, la cifra negra en el D.F. ha tendido un crecimiento constante, toda vez que la cifra de delitos no denunciados en 2013 fue del  93.3%, 1.3 puntos porcentuales mayor que en 2012 y  2.8 que en 2010. Además, una y otra vez hemos dado cuenta, que aún entre los delitos denunciados hay una serie de malos registros y subregistros que permiten afirmar que la estadística oficial es meramente una referencia y es poco confiable.

 

Hace 30 años mi padre, comerciante oprimido por la constante extorsión de policías y servidores públicos, los robos con violencia, robos de vehículo, robos en su actividad comercial, la privación ilegal de la libertad de tíos y primos y reiterados eventos de secuestro, lo orillaron a abandonar el DF, como su caso fueron muchos quienes cerraron actividades formales y legales entre los años 80’s y 90’s acosados por la violencia e incapacidad de las autoridades de enfrentar el problema, eliminando puestos de trabajo, abonando a la descomposición del tejido social y al empobrecimiento de tantos.

 

En los últimos años el fenómeno había sido revertido, la ciudad de México se volvió destino de aquellos desplazados de la violencia de entidades como Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Baja California, Guerrero o Michoacán, quienes sentía la capital como un destino seguro, donde se pudiera prosperar. Sin embargo, los aumentos importantes en la incidencia delictiva, los eventos delictivos que apuntan a una escalada en la violencia y a una presencia de criminalidad organizada operando en el DF, pueden nuevamente expulsar a miles de ciudadanos honestos, inversionistas y capitales que producen bienestar para tantos.

 

Recomponer las condiciones de seguridad es un trabajo largo y arduo, la pérdida de las condiciones de seguridad por lo contrario es un proceso que puede ser súbito; quedarnos en el discurso político de baja de delitos constante pese a que en la realidad esto no suceda; expresar mejoras que no logran impactar en las condiciones de vida de las personas, son condiciones demostradas para que la inseguridad avance, los criminales prosperen y, peor aún, se pierdan vidas por una falta de compromiso por el bienestar social.  

 

@frarivasCoL

@ObsNalCiudadano