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PRD: Navarrete nunca fue presidente

Carlos Navarrete sólo vivió las herencias más nefastas en su corta dirigencia.

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Escrito en OPINIÓN el

Una de las grandes sorpresas de la política mexicana del nuevo siglo fue, sin duda, la renuncia de Carlos Navarrete al cargo de presidente del PRD.

 

¿Por qué Navarrete decidió tirar la toalla?

 

Las hipótesis que se manejan en los comederos políticos son muchas. Que nunca superó la crisis de Iguala; que no pudo con la  guerra que le declaró Morena, que nunca tuvo el control de la elección intermedia, que vivió una rebelión de las tribus, que en el PRD nadie lo respetaba…

 

Se puede decir todo lo que se quiera respecto a la salida de Carlos Navarrete del PRD.

 

Sin embargo, lo cierto es que no se puede ir alguien que nunca llegó a la dirigencia del partido.

 

¿Qué quiere decir lo anterior?

 

Elemental. Si analizamos con cuidado la gestión de Carlos Navarrete podremos concluir que los grandes conflictos que enfrentó el guanajuatense los heredaron otras dirigencias, otros grupos, incluso se puede decir que Carlos Navarrete heredó lo peor del PRD. ¿Tienen dudas?

 

  1. Como todos saben la crisis de Iguala y su cauda de 43 estudiantes desaparecidos y presuntamente muertos, se produjo horas después de que Navarrete asumiera el cargo de presidente.

 

Es decir que heredó un fardo que, a la postre se convirtió en una de las mayores deudas políticas, de imagen, y credibilidad para el PRD.

 

¿Fue una crisis provocada por la gestión de Navarrete? No, en realidad se trató de una herencia.

 

  1. Luego del escándalo de Iguala, y para salvar la imagen de Morena –que fue el verdadero responsable del intento de reelección de Abarca–, Andrés Manuel López Obrador inició una campaña en contra del PRD. La idea era debilitar al partido que le dio todo; popularidad, fama, prestigio, poder y dos candidaturas presidenciales.

 

Mal agradecido, López Obrador entendió que desprestigiando la casa familiar lograría prestigiar su causa. No le importó la traición.

 

  1. En su corta gestión, Navarrete también debió padecer el desprestigio de su partido y de su grupo político por “cometer el pecado” de haber apoyado las reformas estructurales.

 

El golpe fue tal que, incluso, Navarrete llegó a creer que ese golpe generó la gran crisis del PRD. No entiende que es de las pocas cosas que salvan a los amarillos.

 

  1. Cuando Navarrete llegó al PRD como presidente prácticamente estaban cocinadas todas las candidaturas a puestos de elección popular para la elección intermedia. Navarrete poco pudo hacer para cambiar acuerdos, pactos, negociaciones y compromisos. Es decir, que su antecesor operó buena parte de la llamada elección intermedia.

 

  1. Y la puntilla a la gestión de Navarrete es que en esa elección intermedia el PRD sufrió la mayor derrota de su historia.

 

Aquí es importante destacar que la mayor derrota de los amarillos ocurrió en el Distrito Federal. ¿Y quién operó esa elección? ¿Navarrete o Miguel Mancera?

 

Está claro que se trató de una elección que estuvo en manos del jefe de Gobierno, no de Carlos Navarrete.

 

Si analizamos con cuidado los puntos anteriores podremos concluir que Carlos Navarrete sólo llegó a administrar la crisis, y a paliar una tragedia que se había gestado a lo largo de 25 años; tragedia de la que son responsables, Cuauhtémoc Cárdenas, AMLO, Rosario Robles y Jesús Zambrano; tragedia que se caracteriza por la corrupción generalizada, que se tragó a los amarillos.

 

Lo cierto es que Navarrete nunca fue presidente del PRD; sólo vivió las herencias más nefastas en su corta dirigencia.

 

Por eso no se puede decir que se va un dirigente, y menos que se va derrotado y fracasado.

 

Al tiempo.