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PRD: Del discurso feminista a la práctica misógina

Queda claro que la vida progresista está en otra parte.

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Escrito en OPINIÓN el

Desdibujado en todas sus señas de identidad por la adhesión de sus líderes al programa económico y social conservador de Enrique Peña Nieto, el PRD trata de anclarse a dos temas ideológico-programáticos para intentar seguir presumiendo credenciales de izquierda. En efecto, después de aprobar la reforma educativa, el aumento de impuestos a los pequeños contribuyentes, el aumento al precio del boleto del metro, el despojo de los fondos de vivienda de los trabajadores, la entrega de las playas a los extranjeros, la "Ley Atenco", los gasolinazos, etcétera; al PRD no le queda más que la reivindicación de los matrimonios igualitarios y de la interrupción legal del embarazo para simular algo de progresismo.

 

Por eso este partido ha tratado de consolidar una imagen y un discurso feminista, de defensa de los derechos de las mujeres, incluso buena parte de su estrategia para la elección de los constituyentes el próximo 5 de junio la cifraba en este eje.

 

Sin embargo, ni en ese punto este partido pudo mostrar consistencia. Apenas comenzó la campaña rumbo a la constituyente, casualmente apareció una sentencia judicial que condenaba a la periodista Sanjuana Martínez por daño moral, en una suerte de mensaje cifrado con el que se daba la impresión de querer blindar a uno de los principales dirigentes de esa fuerza política.

 

Los señalamientos de la periodista Sanjuana Martínez contra Jesús Ortega tocan una de las fibras más sensibles de la dignidad de las mujeres, relacionada ni más ni menos que con la trata y esclavitud de las mismas para su prostitución forzada.

 

Más allá de dichos señalamientos, la denuncia por daño moral y la posterior persecución de dicha periodista ubica a la cúpula perredista y a su principal dirigente como enemigos de la libertad de prensa e inquisidores que buscan el linchamiento jurídico, político y mediático de una periodista con la que podemos discrepar pero no podemos regatearle el reconocimiento a la valentía con la que se ha enfrentado a peligrosos poderes fácticos. Si Jesús Ortega considera que no es verdad lo que se le imputa que así lo diga, lo declare, exponga sus argumentos y convenza a la opinión pública. Realizar una campaña de denostación contra Sanjuana Martínez lo coloca en el plano de la misoginia que ataca a las mujeres por enfrentarse con el poder del machismo.

 

Las cosas no quedan ahí. A la persecución contra Sanjuana Martínez le ha seguido la intención de linchar a Irma Sandoval, académica de gran prestigio que encabeza la lista de Morena a la Asamblea Constituyente. Politóloga, economista, socióloga y doctorada en la Universidad de California, Irma Sandoval desenmascaró en un debate organizado por el INE al PRI, al PAN, al PANAL y al PRD.

 

Como consecuencia, los perredistas desataron una campaña de mentiras en redes sociales, alteraron sus textos en Facebook y Twitter, le pusieron apodos y sobrenombres, trataron de estigmatizarla acusándola de ser una extensión de su esposo, reforzando con estas acciones una visión machista tradicional.

 

Al mismo tiempo, han sostenido paralelamente otra guerra mediática contra Elvira Daniel, abogada judía que ha participado en el movimiento que dirige Andrés Manuel López Obrador desde hace más de una década. El discurso perredista contra ella ha tenido preocupantes tintes de misoginia, antisemitismo e incluso un curioso sesgo anti empresarial.

 

Apenas hace unos días un grupo de perredistas, precisamente el día del aniversario de este partido, fueron a agredir al evento de Morena que presidía Bertha Luján en Coyoacán. ¿Qué tenían que ir a hacer estas personas a un evento de Morena?

 

Al programa económico y social conservador y a las estructuras de pandillas que buscan emular más bien a los fascistas del siglo pasado, se suma ahora también la conducta misógina de los dirigentes de este partido. Su discurso feminista también se esfuma. Queda claro, pues, que la vida progresista está en otra parte.

 

@martibatres

@OpinionLSR