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Podemos decir que fue el Estado

¿Qué sigue? ¿Qué podemos esperar de otros medios?

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Escrito en OPINIÓN el

Un error de cálculo, cualquier excusa, el más simple resbalón era lo que el jefe del Ejecutivo y todos sus súbditos de los medios de comunicación, entre otros, esperaban para tratar de separar a Carmen Aristegui de la audiencia que con tesón, trabajo y claridad cada día era, y es, más amplia. La honestidad intelectual, el trabajo de investigación de ella y de su equipo no es compatible con el régimen de la restauración. ¿Cuál fue el pecado de ese equipo? ¿Suponer que la democracia impera en el país y que los medios son autónomos, libres, en una sociedad que se dice libre? ¿Inocencia?

 

No, consecuencia de la presión, de todo el poder del Estado contra un grupo que denuncia y forma opinión.  ¿Suponer que, como país desarrollado, el periodista puede denunciar las trampas y el abuso, los abusos, del poder de la clase política-empresarial y de su familia, aspirantes todos del mundo de fantasía televisiva?

 

¿Qué sigue? ¿Qué podemos esperar de otros medios? ¿De las redes sociales? ¿Podré seguir publicando para mis tres lectores la crónica de terror, simple reseña de lo que sucede diariamente, simples preguntas para provocar la reflexión? No hay excusa, el resultado de este atentado a la opinión y al periodismo libre es responsabilidad del Estado, de ese que hoy se complementa con la inclusión de un ministro en la corte a modo del poder presidencial; es decir, fue el Estado.

 

Unos ejemplos más

 

Es el Estado porque resulta que en Michoacán los líderes de los grupos adversarios, detenidos a raíz de los acontecimientos del 16 de diciembre pasado en La Ruana, salieron libres y parece entonces que nadie fue responsable del enfrentamiento y de los muertos, entre ellos el hijo de Hipólito Mora, promotor de las autodefensas. Fue el Estado, la venganza del ex virrey de Michoacán, el ex comisionado Castillo que logró encerrar en la cárcel de Sonora, tan lejos de su tierra, al Dr. Mireles, ese que no quiso quedarse callado y pensaba en algo más grande que las propias autodefensas (por cierto, en algún momento entrevistado de manera muy precisa por Carmen Aristegui).

 

Fue el Estado, no hay más que decir en el caso de los normalistas, de los jóvenes asesinados y de los desaparecidos. Fue el Estado si contemplamos las pifias, trampas y sinrazones del ex procurador y del propio secretario de gobernación que prometió abrir los cuarteles, aunque fueran los de Guerrero, a los padres de familia.

 

Fue el Estado, ese mismo que hoy no quiere reconocer una devaluación de casi 20% que provoca genialidades como las del funcionario que dijo que no: ¡no se devaluó el peso sino que se revalorizó el dólar! ¿Y cómo explicarán, entonces, el fracaso de las políticas económicas y sociales? Hace un tiempo comentaba que al sexenio le iban a sobrar cuatro años, y lo estamos viendo: a dos años ha quedado claro que se agotó y que el único camino que parece quedarle es el de la represión, el de la manipulación y el del engaño más vil.

 

Los aprendizajes

 

De lento aprendizaje, dice el diputado Beltrones que somos los que buscamos elementos de privatización en la Ley de Aguas. Seguramente que ese clon de un cómico televisivo (el primero en entrevistarse con el asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, Aburto, y que seguramente, dada su agilidad mental, olvidó todo lo que le dijo, o todo lo que lo intuyó o todo lo que le cubrió), es un modelo de la agilidad de los diputados, dechados todos ellos, de virtudes y sapiencia. Lamentable la falta de sensibilidad del diputado que con tal de descalificar a los opositores es capaz de insultar no a ellos sino a aquellos que por diversas causas, las más de ellas involuntarias, no han alcanzado las velocidades de aprendizaje que él debe tener.

 

¿Cómo le llamaríamos a los senadores, sus compañeros de la otra cámara, que a pesar de las insistentes voces que señalaban los peligros de que se designara a Medina Mora como ministro (así, con minúsculas, no alcanza para más) de la corte (ídem) confirmaron la propuesta del ejecutivo? ¿Serviles? ¿Traidores? ¿Irreflexivos? La estrategia del régimen para consolidarse es comprar conciencias, amenazar, desaparecer, y si no funciona nada de eso, tienen ya su cabeza de playa en el poder judicial para avalar cualquier medida extraordinaria que se le pueda ocurrir a ese grupo en el poder; ese grupo enfermo de ambición y soberbia.

 

De pilón…

 

¿Es la esperanza un fruto prohibido? duele ver las evidencias a lo largo del país. Sin embargo, el discurso de Fernando del Paso (en Mérida durante la entrega del premio José Emilio Pacheco, el viernes de la semana pasada), es una convocatoria para no dejarse caer, para seguir adelante contra la cerrazón del régimen, ese del que son cómplices los partidos políticos que sólo buscan mantener sus beneficios y poco, por no decir nada, hacen por salir a la plaza pública y reclamar los derechos de los ciudadanos, de todos los habitantes. ¿Por quién votamos?

 

Facebook: carlos.anayarosique

Twitter: @anayacar

 

(Obviedades es un ejercicio de reflexión que comparto con mucho gusto no para que estén de acuerdo sino para hacer conciencia de las contradicciones de un régimen… que puede ser cualquier  régimen, no importa el partido, por supuesto)