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Pacto para la gobernabilidad (IV)

La mano de la justicia tiene que ser tan dura como la necesidad lo exige, la intervención de la autoridad debe estar perfectamente acordada y consensada entre las diferentes fuerzas.

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Escrito en OPINIÓN el

La propuesta para signar un nuevo Pacto, que surgió hace aproximadamente tres semanas de las dirigencias de los partidos políticos, de las cúpulas empresariales, de algunos líderes sociales y de opinión, y que fue impulsada por el presidente, lamentablemente no ha encontrado aún respuesta entre la sociedad mexicana.

 

La falta de respaldo, hay que reconocerlo, se debe en parte al escepticismo generado por los últimos “pactos” firmados en el país sin los resultados esperados.

 

El antecedente más directo de lo que hoy se propone fue el “Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad” que firmaron en el 2008 los tres poderes del Estado, los 31 gobernadores y el jefe del DF, así como representantes de la sociedad civil y directores de medios de comunicación para profesionalizar las policías, combatir el secuestro y la extorsión, eliminar la corrupción y desterrar la violencia. Ninguno de estos problemas se resolvió.

 

Ante este mal precedente, ¿cuáles serían las condiciones básicas para que ahora si dé resultados el pacto?

 

1.- Atender la crisis provocada por las movilizaciones con franca y abierta intención de desestabilizar. Los disturbios de Guerrero amenazan con extenderse a distintas  regiones del país incluido el DF. La prueba más fehaciente fue el fuego que prendieron a la Puerta Mariana de Palacio Nacional.

 

2.- No solamente la paz pública está amenazada. La desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, hecho lamentable y verdaderamente grave, pone en riesgo la gobernabilidad en varios estados y en cientos de municipios que están, como ya lo dijimos, rebasados por grupos que actúan al margen de la Ley.

 

3.- Ayotzinapa movió la conciencia de los mexicanos para ponerle un alto al abuso y a la arbitrariedad, pero no sólo a eso, también es un llamado de atención para que gobierno y sociedad le pongamos un alto a la impunidad, a la ilegalidad y la ingobernabilidad que padecen varias regiones del país.

 

4.- Y lo más importante, hay que ponerle un alto a la provocación y a la impunidad de grupos beligerantes que abierta, pública y arbitrariamente se manifiestan para supuestamente pedir justicia. Se exige mano dura contra ellos, y esta solo puede aplicarse desde el gobierno federal. El Pacto, Acuerdo o como le quieran llamar, sería para respaldar al Presidente y a los estados que lo necesiten para rescatar la gobernabilidad perdida.

 

5.- Hay que recuperar la inversión, el crecimiento y el desarrollo económico del país a través de un mensaje de unidad nacional y apego al Estado de Derecho. Es lamentable ver cómo se ha caído la economía de Guerrero y se han perdido miles de empleos, sobre todo por la falta de turismo, en medio de la gran pobreza que subsiste.

 

Lo que vimos el pasado martes en las capitales de los estados del país, en donde padres de familia acompañados de sus hijos salieron a las calles con veladoras encendidas para solidarizarse con el sufrimiento de los familiares de Ayotzinapa y para pedir un mejor país, sin miedo, en el que las familias estén bien, debe ser un aliciente para firmar del Pacto en el que hemos insistido.

 

A los ojos de la sociedad y con la plena corresponsabilidad de ésta, se debe implementar un plan de acción, con metas a corto, mediano y largo plazo en el que se contemple la cooperación y colaboración de todos los actores que estén de acuerdo en promover y rescatar la unidad nacional, el estado de derecho y la gobernabilidad; básicamente esta sería la principal condición para que el Pacto ahora sí dé resultados.

 

La convocatoria debe tener el más amplio apoyo social y servir también para saber de qué lado estamos y a qué intereses responden unos y otros.

 

Es imperativo insistir: La mano de la justicia tiene que ser tan dura como la necesidad lo exige, la intervención de la autoridad debe estar perfectamente acordada y consensada entre las diferentes fuerzas para que con toda decisión se recupere y preserve el Estado de Derecho.

 

Y si usted, lectora, lector querido, no tienen inconveniente, muchas gracias por sus amables comentarios y aportaciones, nos leemos el próximo jueves.

 

P.D. Qué bueno que el Presidente efectuó su gira al extranjero, pues es incuestionable que pese a la situación interna que se vive, la perspectiva de inversiones hacia México es halagüeña.

 

 

Facebook: Pedro de Leon Mojarro

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