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¿México en el precipicio?

El escándalo de las casas, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa y las protestas magisteriales recientes han arrinconado a Peña Nieto.

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Escrito en OPINIÓN el

Desde el oficialismo se percibe como una conspiración; desde amplios sectores de México, no. El pedido para que Enrique Peña Nieto sea revocado del cargo de presidente de México empieza a correr por todo el territorio nacional como un fantasma. La prudencia, en estos casos, es más que necesaria.

 

Maestros, universitarios, políticos, artistas y líderes de oposición se han sumado a una especie de exigencia nacional de que el priísta se vaya de Palacio Nacional bajo el argumento de que no puede gobernar, que hay una creciente corrupción de la que no escaparía –según la percepción ciudadana- ni el mismo jefe de Estado. Habrá que probarle, desde luego que Enrique Peña Nieto se ha enriquecido.

 

Difícil que prospere este atrevido pedido el 7 de junio, fecha que se han fijado muchos mexicanos para pedir la revocación del mandato del Jefe del Ejecutivo ante el Instituto Nacional Electoral (INE).

 

Ciudadanos por la Revocación del Mandato, liderada por  el artista Daniel Giménez Cacho; los senadores Javier Corral, Manuel Bartlett y Layda Sansores y el padre Alejandro Solalinde Guerra y el ex Diputado Gerardo Fernández Noroña han hallado eco en las redes sociales. En la práctica, el ciudadano de a pie no se ha pronunciado. Existe temor a las represalias.

 

El periodista de Univisión, Jorge Ramos, puso el dedo en la llaga recientemente al pedir al gobernante mexicano que se vaya a su casa, pero ¿a cuál? Peña Nieto, a través de su esposa, se habría beneficiado de contratistas para hacerse de una lujosa residencia. En cualquier parte del mundo y sin mayor trámite el gobernante se hubiera ido en medio del escándalo.

 

Las explicaciones sobre la materia afectaron la imagen de Enrique Peña Nieto y ahora un alto porcentaje de los mexicanos le han perdido el respeto quien no ha logrado sortear bien las críticas y el pedido de revocación puede ir creciendo. La verdad, sin embargo, es que en un país donde se compra el voto, donde se entregan despensas y se chantajea a los electores es difícil que prospere la vacancia presidencial.

 

El escándalo de las casas, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa y las protestas magisteriales recientes han arrinconado a Peña Nieto cuya popularidad está en caída libre y, según sus opositores, sólo la revocatoria le daría una salida inteligente y civilizada antes de que el país estalle.

 

Las elecciones federales del 7 de junio próximo puede ser la oportunidad histórica de la sociedad para ejercer una sanción contra Peña Nieto, pero también es un riesgo para la estabilidad económica y social del país. Si se opta por la salida, de esa forma, del actual jefe del Ejecutivo, el país se remecerá, los inversionistas perderán confianza y se vendrá una espiral inflacionaria de imprevisibles consecuencias.

 

Hay que razonar el voto  y ver cuál es la salida más adecuada a una crisis que va en aumento, alentada por protestas de maestros y normalistas que han tomado calles y oficinas del gobierno en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán donde se han registrado hechos más allá de la protesta que han rayado en el vandalismo.

 

Los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han anunciado que seguirán protestando en los cuatro estados de la República en demanda de una mesa de negociación nacional para discutir la reforma educativa.

 

Ninguna negociación, sin embargo, debe pasar por la vía de la violencia. El diálogo debe ser alturado y por mucha razón que tenga el magisterio en su demanda, también están obligados a respetar los espacios públicos, las calles, las propiedades de todos los mexicanos.

 

Se avecinan nuevas protestas y huelgas con la participación de sindicatos, universitarios, padres de familia y organizaciones sociales y boicot a las elecciones federales. En ese contexto habrá que estar preparado para presenciar escenas terribles en varias regiones de México.

 

México todavía es viable y no hay derecho a incendiarlo.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

@jlcastillejos