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Mejora en estadísticas no mitiga dolor de las víctimas

¿Por qué afirmamos que algunos delitos suben mes con mes mientras que luego leemos que semestralmente todos los delitos bajan?

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Escrito en OPINIÓN el

Debido a la alta incidencia de delitos que se cometen en nuestro país -México es la nación con el mayor número de delitos de toda la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)- mes con mes se generan una serie de información relevante sobre esta materia, indispensable para entender cómo estamos en materia de seguridad.

 

El análisis exhaustivo que ha venido haciendo en los últimos dos años la organización Causa en Común A.C. por describir la situación de las policías; la evaluación de las políticas de prevención en materia de violencia social del gobierno federal que año tras año lleva a cabo el think tank México Evalúa A.C.; el esfuerzo que hace la ONG, México Unido Contra la Delincuencia A.C. por explicar como se encuentran la labor de las agencias de ministerios públicos y qué atención dan al ciudadano, por citar sólo algunos de los importantes insumos que los ciudadanos construimos, cruzados con la información de incidencia delictiva oficial nos lleva a inferir que vivimos una falta de liderazgo en materia de seguridad y justicia, que las políticas en dicha área carecen de indicadores de impacto objetivos para medir los resultados y que no existen elementos que garanticen que las bajas o alzas en materia son el resultado de la labor de nuestras autoridades.

 

Si analizamos los datos del mes de junio por tasas de 100 mil habitantes, comparados contra los datos del mes de mayo, podemos ver que el homicidio doloso interrumpe el aumento mantenido por tres meses consecutivos, que el secuestro reportado en el fuero común mantiene por tercer mes un aumento importante en denuncias, que el robo de vehículo sube por segundo mes, mientras los otros delitos mantienen un comportamiento mixto, así como se aprecia en la tabla:

 

 Fuente: ONC, con datos del SESNSP actualizados al 20 de julio de 2015.

 

Sin embargo, si hacemos un análisis comparando el primer semestre 2015 contra el primer semestre 2014 encontraremos una baja de todos los delitos que analizamos en este documento:

 

 Fuente: ONC, con datos del SESNSP actualizados al 20 de julio de 2015.

 

Estos datos podrán parecer confusos o contradictorios entre sí. ¿Por qué afirmamos que algunos delitos suben mes con mes mientras que luego leemos que semestralmente  todos los delitos bajan? La respuesta es sencilla, porque comparado con 2014 parece que en el primer semestre de 2015 han disminuido la incidencia de los delitos, pero el comportamiento de éstos mes con mes, parece ir a la alza en este año. Visto de otra manera podemos decir que, como demuestra la estadística oficial, que algunos delitos bajen, que aparentemente algunas situaciones de inseguridad mejoren, no significa que hayamos logrado darle la vuelta al problema.

 

Pensemos por un momento en entidades como el Distrito Federal, Michoacán o Veracruz,  estados de relativa media incidencia delictiva o que han reportado descensos en la incidencia de delitos, son los lugares que en el papel muestran un rumbo positivo, en las que parece que la situación mejor y donde, por lo contrario, se siguen presentando eventos preocupantes, violentos, que apuntan a graves problemas que involucran debilidad del Estado, corrupción, colusión entre autoridades y delincuentes y donde se puede identificar acción de criminalidad organizada.

 

Es aquí donde asume una mayor relevancia los estudios y análisis hechos por las organizaciones sociales: Si no sabemos cómo están nuestras instituciones y nuestras políticas públicas, cómo podemos entender qué sucede cada vez que los delitos suban o bajen. Como lo evidenciaron Causa en Común, México Evalúa y México Unido Contra la Delincuencia, no tenemos ni la policía que queremos ni los ministerios públicos que queremos ni las políticas de prevención que necesitamos.

 

Esto nos lleva a que la incidencia de los delitos dependa más del comportamiento criminal que de las instituciones, que los registros de incidencia delictiva sean incompletos, inexactos o intencionalmente equivocados, que las autoridades locales sigan sin implementar protocolos pese a los acuerdos firmados y las declaraciones de trabajo en coordinación, que haya una constante falta de rendición de cuentas en materia de seguridad y justicia.

 

En días pasados el presidente de la República afirmó que hay países que están peor que México en materia de inseguridad. Una desafortunada pero cierta declaración, hay países en misma América Latina que viven una terrible crisis de inseguridad, con tasas de homicidio 5 o 6 veces mayores que la mexicana. Que esta declaración sea verdadera no la hace menos desafortunada e insensible ante el efecto que en nuestro país ha tenido por lo menos dos décadas de inseguridad constante, de las miles de vidas tocadas por el delito, miles de millones de pesos gastados en materia sin que podamos afirmar que tenemos mejores instituciones y que quien las lidera tenga un mayor compromiso en esta materia.

 

El Distrito Federal, Michoacán y Veracruz podrán reportar algunos datos que lucen bien en la estadística, pero no en el vivir cotidiano. Los últimos eventos violentos reportados en estas entidades son sólo una muestra de lo que los ciudadanos vivimos y nos afecta cotidianamente. Puede que la comparativa semestral de datos oficiales nos presente datos alentadores, que parezca que el rumbo es el adecuado, sin embargo el comportamiento local y específico de los delitos apunta a que aún falta mucho por avanzar.

 

Compararnos con quien está peor o pensar que las mejoras en bases de datos estadísticos son suficientes para mitigar el dolor de las víctimas, es no querer enfrentar el problema.

 

@frarivasCoL

 

@ObsNalCiudadano