Para nadie es un secreto que en MORENA no hay más voz que la de Andrés Manuel López Obrador, lo que se formalizó el pasado fin de semana al asumir por unanimidad, y sin competencia, la dirigencia de ese partido con el propósito de seguir apareciendo en millones de spots -tan sólo en el pasado proceso electoral tuvo acceso a 1 millón 55 mil spots- para reforzar su presencia ante la ciudadanía y preparar lo que será su tercer candidatura presidencial.
También es claro que la descalificación sistemática que hace de la “mafia en el poder” como le llama y en la que por supuesto incluye a los partidos en los que militó por muchos años (PRI y PRD) que mucho lo ayudan con sus excesos y falta de sensibilidad, así como de quienes pudieran ser sus adversarios en 2018 como el Bronco, responde a una estrategia para descarrilarlos y mostrarse como la única alternativa viable ante un electorado que cada vez tiene un mayor nivel de desconfianza y rechazo a los políticos tradicionales.
No cabe duda que López Obrador es un político astuto que comúnmente no da un paso sin antes calcularlo bien –aunque a veces lo traiciona su vena radical y mesiánica como en el caso de las acciones anunciadas contra el corte del suministro de luz a los morosos en Tabasco–, por lo que las recientes declaraciones contra Margarita Zavala en las que acusa que “Felipe Calderón pretende gobernar a través de su esposa pero que fracasará en su intento de ser presidenta de México” no pueden ser obra de la casualidad, sobre todo si tomamos en cuenta que se dan justo en el momento en que en las últimas encuestas Margarita se encuentra muy bien posicionada e incluso en algunas ya rebasó al tabasqueño.
Tiene razón en preocuparse pues a pesar de que la ex primera dama no ocupa ningún cargo público o partidista que le dé reflectores y margen de operación política, así como tampoco de la promoción gratuita que brindan los espacios en radio y televisión de que disponen los partidos, con gran habilidad ha logrado construir una imagen positiva e independiente a la de Felipe Calderón y mantener una presencia constante ante la ciudadanía.
Más aún, pareciera que Margarita Zavala goza del llamado “efecto teflón” que le ha permitido hasta el momento evitar que se le transfieran los costos de la gestión gubernamental encabezada por su esposo -que cuando menos en una buena parte se ha ido reivindicando con el paso del tiempo- o el desprestigio que padece la mayoría de los políticos.
Por ello las críticas pueden resultarle contraproducentes a AMLO ya que además de implicar un reconocimiento tácito de que se trata de una rival de cuidado, ha provocado reacciones muy duras por parte de Margarita al considerar que con estas declaraciones machistas le está faltando al respeto a todas aquellas mujeres que como ella “tienen decisiones propias y han forjado una carrera por sí mismas” precisamente en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y ha logrado también que el PAN cierre filas en torno a ella. Esta vez no la tiene fácil López Obrador pues todo indica que de víctima se ha convertido en victimario.