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Mandemos a volar a Trump

Trump cree que endureciendo su política interna mantendrá su identidad nacional.

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Escrito en OPINIÓN el

El nacionalismo, que ahora le brota por los poros al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, raya en el cinismo. Los capitales de sus empresas no han conocido fronteras y ahora pretende sancionar enérgicamente a cualquier empresario que decida invertir fuera del territorio norteamericano.

 

Trump quiere que Estados Unidos sea sólo para los norteamericanos y ve al resto de ciudadanos del mundo, que han contribuido a ese país en materia económica, cultural o académica, como apestados o leprosos.

 

Fácil. Mandemos a volar a Trump y que los mexicanos dejen  botados los trabajos a ver ahora quién levantará las cosechas o realizará los actividades que los gringos no quieren hacer.

 

Lo que falta a nivel diplomático mexicano es mayor actividad, mejor defensa de la producción y que se tiendan puentes y canales adecuados y buscar nuevos horizontes para la exportación porque si a Trump le sale del forro pues cerrará su frontera a los productos mexicanos, bajo el argumento de que no son de calidad o están contaminados.

 

Lo que pasa y hay que decirlo es que aquí somos “nacionalistas” solamente el 15 de septiembre y el resto del año dejamos que nos pisoteen. Se exporta a Estados Unidos carburantes más baratos que lo que pagamos los mexicanos y algunos tienen la desfachatez de creer que Estados Unidos nos hace un favor. Nada de eso. La nuestra puede ser una economía fuerte en la medida en que se busquen nuevos mercados y cuando haya una real defensa de los intereses nacionales.

 

Pero ¿qué podemos hacer cuando en realidad nos ven como un país corrupto, afectado por el narco, socavado en sus estructuras por la clase política y sin un horizonte cercano que dé certidumbre a los inversionistas nacionales o extranjeros?

 

Trump anda desatado amenazando a cualquiera en una actitud de patrón, fustigando a latigazos a sus empleados. Es una especie de cacique de horca y cuchillo de esas lejanas fincas bananeras o cafetaleras, generando un rechazo fuera de su territorio. ¿Qué van hacer ahora aquellos latinos que lo aplaudieron? Ya advirtió que muchos se irán fuera de Estados Unidos.

 

Trump cree que endureciendo su política interna mantendrá su identidad nacional y fortalecerá la sociedad estadounidense. Su intención es fomentar el crecimiento económico al interior de su país, pero será a costa de sacrificar los intereses de otras naciones que en el pasado vieron a Estados Unidos a una nación con la que podían fomentar el intercambio comercial.

 

Ahora el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer altos aranceles a productos de las empresas estadounidenses que trasladen empleos al exterior e intenten seguir vendiéndolos en Estados Unidos.

 

Esto puede generar una guerra comercial, si es que la aplicación de esta medida no tiene sustento legal. Trump advirtió que su administración aplicará un impuesto del 35% a los productos vendidos en Estados Unidos por cualquier empresa que despidió a trabajadores estadounidenses y construyó una fábrica o planta fuera de sus fronteras.

 

Aunque la medida no se aplicaría a las firmas extranjeras que exportan a Estados Unidos es una mala señal. Trump amenazó recientemente con imponer aranceles -de 35% a las importaciones mexicanas y de 45% a las chinas- y castigar a los países que incurran en prácticas desleales de comercio.

 

Lo que hará con estos aranceles es permitir a las compañías estadounidenses tener una ventaja en precios respecto a sus competidores extranjeros.

 

El tema de la construcción del muro fronterizo y que quiere que lo pague México no ha tenido de parte de las autoridades de este país un pronunciamiento directo,  fuerte y contundente ni una campaña nacional e internacional. Tímidamente ha dicho la administración de Enrique Peña Nieto que no pagará la factura de la edificación del muro pero no ha dicho que hará si Estados Unidos decreta un bloqueo comercial en su contra.

 

El vicepresidente electo de Estados Unidos, Mike Pence, ya dijo que “hay varias maneras” para que México pague el muro que Donald Trump quiere construir en la frontera sur para frenar la inmigración ilegal.

 

Por donde empezará Estados Unidos a apretarle las tuercas a México será a través de una serie de condiciones para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), del que además forma parte Canadá.

 

Mientras Estados Unidos endurece su posición, la frontera sur mexicana es una coladera. Por aquí pasan africanos, chinos, centroamericanos y sudamericanos y muchos de ellos se quedan acantonados en ciudades fronterizas como Tapachula e incluso en la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez. Cada día es más común ver a indocumentados en los cruceros pidieron dinero a los automovilistas.

 

Algo se tiene que hacer de manera urgente para taponar el flujo de indocumentados que ya han comenzado a convertirse en un serio problema de seguridad nacional y laboral en el sur de México.

 

Así como Estados Unidos regula la migración, México debe hacer también su parte.

 

Mientras tanto, mandemos a volar a Mister Trump.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

@JLCastillejos

@OpinionLSR