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Los perdedores

Los derrotados de la contienda de 2016 no son todos los damnificados de 2018.

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Escrito en OPINIÓN el

Luego de la contienda electoral del pasado domingo muchos han hablado de los ganadores. Más aún, el objetivo de toda contienda política es la victoria. Por eso la atención a los ganadores.

 

Sin embargo, una muestra fundamental de la fortaleza de todo sistema democrático es la capacidad mostrada por los derrotados, una vez concluida la contienda.

 

En México, sin embargo, pocos derrotados se atreven a reconocer no sólo haber perdido sino, sobre todo, la victoria del adversario.

 

Así, por ejemplo, la noche del domingo 5 de junio todos se dijeron ganadores. Es decir, que ningún candidato, partido o líder aceptó, siquiera la posibilidad de haber sido derrotado.

 

Esa fue la primera señal de que en México la política y los políticos sufren una severa tara antidemocrática.

 

Y como pocos se atreven a hablar de la derrota, vale la pena refrescarles la memoria.

 

Por ejemplo, uno de los grandes derrotados fue el PRI, partido que si bien alcanzó el mayor número de victorias –con cinco gobiernos estatales-, también es cierto que sufrió las mayores derrotas.

 

Es decir, que de 12 elecciones estatales en juego, fue desplazado en siete y, en cuatro de ellas, fue echado de un poder hegemónico de más de 80 años.

 

Además el segundo gran derrotado fue, por consecuencia, el jefe de ese partido, Manlio Fabio Beltrones. Y la derrota de Beltrones fue empujada por los propios errores del experimentado dirigente.

 

¿Por qué?

 

Porque en dos momentos, el señor Manlio Fabio Beltrones se equivocó en sus cálculos políticos.

 

Primero, antes de iniciar el proceso electoral, Beltrones aventuró que el PRI tendría posibilidades de triunfo en nueve de los 12 estados en contienda. La noche del 5 de junio, a pocas hora de concluir el proceso, Beltrones “cantó” diez victorias.

 

Sin embargo, la madrugada del lunes 6, se impuso la terca realidad. El PRI sólo había conseguido cinco de 12 victorias posibles, es decir, cerca del 40 por ciento de los votos posibles.

 

Pero hay otros derrotados, como el señor Andrés Manuel López Obrador, dueño del partido Morena, quien se encargó de crear la expectativa de una impensable victoria de Morena, a partir de la grosera apropiación de millones de spots.

 

Sin embargo, Morena no consiguió una victoria electoral. Peor aún, en la capital del país fue rechazado el partido de AMLO -junto con el PRD-, por siete de cada diez posibles votantes.

 

Dicho de otro modo, resulta que Morena sigue siendo un partido de pantalón corto, incapaz de salir de la casa familiar que lo vio nacer; la Ciudad de México.

 

Pero junto con Morena también fueron derrotados el PRD de “Los Chuchos”. ¿Por qué?

Porque ese PRD perdió gobiernos como el de Puebla, Oaxaca, Sinaloa, Zacatecas… además de la Ciudad de México.

 

En este paquete de perdedores, también se debe incluir al PAN, ya que Acción Nacional era parte de las alianzas electorales que en su momento, obtuvieron la victoria en estados como Oaxaca y Sinaloa. En esas dos entidades también perdió el PAN.

 

Las derrotas también se extienden, como queda claro, a las aspiraciones presidenciales y el golpe electoral alcanza, por igual, a los señores Manlio Fabio Beltrones, Andrés Manuel López Obrador, Miguel Mancera y Ricardo Monreal, en tanto precandidato al gobierno de la Ciudad de México.

 

Sin embargo los derrotados de la contienda de 2016 no son todos los damnificados de 2018. En el 2017 habrá nuevas victorias y nuevas tragedias

 

Al tiempo.

 

@RicardoAlemanMx 

@OpinionLSR