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Las millonarias omisiones del INE

INE determinó ¡hasta siete años después! notificarle a TV Azteca de los spots que tenía que reponer.

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Escrito en OPINIÓN el

En la última sesión de enero de este año, la Sala Superior del Tribunal Electoral resolvió un asunto en el que están involucrados miles de millones de pesos, TV Azteca y diversos funcionarios del Instituto Nacional Electoral.

 

No me sorprende la decisión del tribunal electoral no haya tenido mayor trascendencia en los titulares de las semanas pasadas ya que el tema es algo árido y tiene algunas complejidades técnicas. Además entre la detención y posterior liberación de Humberto Moreira, el virus del Zika, el Superbowl y la visita del Papa, los medios no nos han dado tregua.

 

Sin embargo, dadas las características del caso, me parece que es una historia que merece ser contada y que debería interesarnos a todos, porque se trata de omisiones negligentes de una institución del Estado mexicano que beneficiaron económicamente a una empresa privada.

 

Los spots como negocio

 

La Ley establece que el espectro radioeléctrico es un bien del dominio público de la Nación, cuya titularidad y administración le corresponde al Estado Mexicano. Por esa razón, aunque las televisoras y las radiodifusoras privadas no pertenezcan al gobierno, están obligadas a satisfacer determinados requisitos y obligaciones ya sea que se trate de concesionarios o permisionarios del espectro radioeléctrico.

 

Entre esas obligaciones está la de transmitir gratuitamente mensajes oficiales tales como boletines relacionados con seguridad y defensa nacional, temas educativos, culturales, sociales, encadenamientos respecto de temas de trascendencia, y mensajes político-electorales de partidos políticos y candidatos independientes.

 

Antes de la reforma al modelo de comunicación política, los mensajes político-electorales eran comprados a las televisoras y radiodifusoras directamente por candidatos y partidos políticos, lo cual representaba una importante fuente de ingresos para estas empresas. Sin embargo, después de la reforma de 2007 al artículo 41 constitucional, las televisoras y radiodifusoras quedaron obligadas a transmitir esos mensajes de manera gratuita.

 

Desde un enfoque económico, la transmisión gratuita de mensajes de partidos y candidatos representa una afectación importante al esquema de negocio de cualquier televisora o radiodifusora. No solamente porque esas empresas dejaron de percibir un importante ingreso del sector político, sino porque los espacios que están obligadas a destinar para mensajes político-electorales, podrían ser ofrecidos y vendidos a terceros como anuncios de tipo comercial.

 

Tan sólo durante el proceso electoral del 2015 se difundieron alrededor de 30 millones de spots de manera gratuita en radio y televisión. Tomando en cuenta que un spot de 30 segundos en televisión puede costar entre cinco mil y hasta un millón y medio de pesos según el horario que se transmita, ya se podrán imaginar de las sumas de dinero involucrado de las que estamos hablando.

 

Las deudas de TV Azteca

 

Como cualquier otra empresa que hace su plan de negocios y elige la mejor manera de generar utilidades, TV Azteca determinó que le resultaba más redituable pagar a sus abogados para combatir la transmisión obligatoria de spots político-electorales, que ceder los espacios de su programación para transmitir mensajes oficiales.

 

Después de múltiples litigios, el Tribunal Electoral determinó en 2008, 2009 y 2010, respectivamente, que la televisora estaba obligada a transmitir los promocionales de partidos políticos y autoridades electorales que omitió en su programación. Sin embargo, no fue sino hasta el 9 de diciembre de 2015, cuando el Consejo General del INE determinó emitir un acuerdo para la reposición de 47,877 spots que se dejaron de transmitir durante esos años.

 

Siguiendo la ruta previamente trazada, TV Azteca acudió al Tribunal Electoral para combatir la decisión de la autoridad electoral federal, argumentando básicamente que el INE actuó negligentemente y que sin justificación alguna tardó varios años para solicitarle a la televisora que repusiera los spots omitidos.

 

Una vez analizado el caso, la Sala Superior del Tribunal Electoral le dio la razón a TV Azteca y determinó que el INE había incurrido en dilación y negligencia para exigir la reposición de spots sin motivo alguno.

 

En otras palabras, que si bien la televisora estuvo en algún momento obligada a reponer los spots omitidos, el INE retardó el asunto de manera injustificada, por cinco, seis y hasta siete años, lo que generó la extinción o la pérdida de la facultad de la autoridad para solicitar dicha reposición.

 

Aunque el retraso del INE no tiene alguna justificación razonable, cabe mencionar en descargo de esa autoridad, que el acuerdo de reposición de spots se basó en una tesis de la Sala Superior del Tribunal Electoral, en la cual se determinaba que los tiempos del Estado son imprescriptibles, y que por lo tanto, según lo interpretado por el propio INE, la reparación de una omisión no tiene límites temporales.

 

A decir verdad, la sentencia de la Sala Superior no resuelve satisfactoriamente esta cuestión, ya que únicamente se limita a señalar que la tesis no es aplicable toda vez que se trata de una circunstancia distinta, sin explicar claramente a qué se refiere, y solamente realiza afirmaciones dogmáticas que no aclaran el por qué la tesis de la propia Sala no puede ser usada para resolver este asunto.

 

A los amigos: Justicia y gracia. A los enemigos: Justicia a seca

 

El surgimiento del INE partió de la idea de crear una autoridad electoral que organizara los comicios federales y en algunos casos los locales, y que marcara las pautas de actuación para todas las demás autoridades administrativas en materia electoral, ahora denominados OPLES.

 

Buena parte del discurso político que justificó la creación de una autoridad nacional electoral con tan amplias facultades se basó en el supuesto descrédito de todas las demás autoridades electorales a nivel estatal, y en la necesidad de “homologar” los estándares electorales para garantizar altos niveles de calidad en nuestra democracia electoral.

 

A diez meses de la existencia del INE, las elecciones en las que ha participado se han organizado con normalidad, tal y como venía aconteciendo en los años anteriores. Sin embargo, algunas de las tareas más importantes que se le encomendaron a ese organismo nacional han dejado mucho que desear, como en el caso de la fiscalización a candidatos y partidos, respecto de la cual el Tribunal Electoral destacó que no fue ni robusta, ni mucho menos profesional (véase artículo El gran fracaso de la fiscalización del INE).

 

Ahora nos sorprendemos con el caso de los spots, en los que inexplicablemente la autoridad electoral antes IFE ahora INE, retrasó la ejecución de decisiones firmes del propio Tribunal, y determinó hasta siete años después notificarle a TV Azteca de los spots que tenía que reponer.

 

Como sucede en muchos de estos casos, en la institución no está claro quiénes son los funcionarios responsables: Si los que se fueron y nunca hicieron nada, o los que llegaron y dejaron correr nuevamente el tiempo. Lo que sí tenemos claro son quienes resultaron beneficiados.

 

En todo caso, me inquieta que ésta sea la institución electoral que sirve como ejemplo para todas las demás, y que se pretenda homologar sus estándares en todo el país.

 

@pacozorrilla