A los empresarios nos preocupa que este año el crecimiento sea más lento de lo que se esperaba. Recientemente el Banco de México redujo el pronóstico de que la economía crecería entre el 2.0% y el 3.0%; ahora estima que el crecimiento para todo 2015 se ubicará entre el 1.7% y el 2.5 por ciento. Es decir una media del 2.1 por ciento.
Este menor crecimiento se explica parcialmente por factores externos, como el alza del dólar, la baja de los precios del petróleo, así como el menor crecimiento de China y de Estados Unidos, y la crisis europea.
Precisamente en estos momentos de prueba se necesita que el gobierno y los representantes de los sectores productivos hagamos mayores esfuerzos para preservar los empleos formales y generar nuevos puestos de trabajo, para fortalecer el mercado interno y para acelerar el crecimiento regional.
La única salida para enfrentar ese lento crecimiento, es reconocer el valor estratégico de las empresas, que son el motor para reactivar la economía interna.
La mejor forma para acelerar el crecimiento y combatir el escenario de volatilidad internacional es incentivar nuestra producción interna y fortalecer los procesos de nuestras empresas.
Se requiere política pública que permita facilitar la creación de más empresas y reducir costos de operación de las ya existentes, especialmente a las Pequeñas y Medianas Empresas, para que puedan aguantar el alza del tipo de cambio que se ha agudizado en los últimos meses.
Hay acciones relativamente sencillas que puede hacer el gobierno, como acelerar las devoluciones de IVA para dar liquidez a las empresas, o bien que los gobiernos estatales y municipales agilicen el pago a sus propios proveedores, ejerciendo ya el presupuesto autorizado.
Se necesita eliminar trámites burocráticos que paralizan a las empresas y que significan altos costos de gestión, que no les permiten desarrollar todo su potencial para crecer.
Podrían, por ejemplo, reducirse las excesivas inspecciones por autoridades locales y federales y tener una ventanilla única para todos los trámites, con una sola inspección, con un solo formato de respuesta por parte de las empresas, a fin de liberar recursos para emplearlos en innovación, desarrollo, búsqueda de nuevos mercados y productos, para mejorar la productividad de la empresa.
Además, resulta fundamental generar un paquete de incentivos fiscales para fomentar la inversión productiva, así como medidas para generar empleo, incentivar el ahorro y crecer la capacidad de consumo de los mexicanos.
Empresas más fuertes y ágiles nos permitirán dinamizar la economía interna; producir más en México, crear más empleo, y así afrontar de mejor manera el escenario internacional con dificultades que hoy en día tenemos.